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Coronavirus

El Banco de España pide prudencia a las entidades financieras y mayores provisiones por la pandemia

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Fachada del Banco de España con un semáforo en rojo
Fachada del Banco de España con un semáforo en rojo.

El Banco de España ha pedido este jueves prudencia a las entidades financieras y un mayor esfuerzo en provisiones, tanto este año como el próximo, porque la incertidumbre sobre la situación económica continúa por la pandemia de coronavirus y se desconoce el impacto que puede tener el previsible aumento de la morosidad.

En su último Informe de Estabilidad Financiera, el supervisor recomienda una vez más a los bancos que sigan dotando de forma anticipada provisiones para evitar futuros deterioros, como hicieron en 2020, para evitar tener que hacer esas dotaciones de repente. No todas las entidades financieras tendrán que hacer el mismo esfuerzo, pero sí son necesarias mayores dotaciones, frente a las tesis de algunos bancos.

La institución monetaria avisa de que si se llega a esa situación, el riesgo es que el crédito no pueda seguir fluyendo a familias y empresas de la forma que se necesita para apoyar el crecimiento de la economía española.

Un plan de reformas "ambicioso"

En el documento, el Banco de España urge a la ejecución de un programa de reformas estructurales "ambicioso" que mejore el crecimiento potencial de la economía y el diseño de un plan de consolidación fiscal para su implementación gradual cuando la recuperación sea sólida.

El organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos señala también que los fondos europeos pueden ser "particularmente importantes" para mitigar los riesgos identificados en la economía ante la crisis, aunque ha instado a que se diseñen priorizando los proyectos con capacidad de incrementar el crecimiento del país.

En el contexto actual, el Banco de España considera que la política económica tiene que poner "un foco especial" en apoyar aquellas empresas viables, pero que se enfrentan a dificultades financieras, y a los grupos poblacionales más afectados.

La pandemia sigue generando efectos negativos sobre los ingresos de las empresas, especialmente en las actividades más afectadas por la crisis, que, en un contexto en el que ha crecido el endeudamiento empresarial en los últimos trimestres, pone en riesgo la viabilidad de algunas, limita sus planes de inversión y empleo, y las expone a un empeoramiento de las condiciones de financiación.

Desigualdad en los hogares

En el caso de los hogares, el aumento de la tasa de ahorro y la reducción del volumen de crédito a nivel agregado, oculta la existencia de segmentos que han visto incrementar de manera significativa su grado de fragilidad financiera.

La materialización de los riesgos identificados ante la crisis generaría una nueva reducción de la capacidad de repago de las deudas de hogares y empresas, que aumentaría la morosidad del crédito y provocaría un deterioro adicional de la situación patrimonial del sector bancario.

A pesar de la crisis, la riqueza agregada de los hogares ha seguido aumentado, gracias al ahorro y al incremento del patrimonio inmobiliario, si bien existe una elevada heterogeneidad de niveles de renta y patrimonio dentro del sector.

En concreto, la tasa de ahorro de las familias se ha situado en máximos históricos, canalizándose una gran parte de los fondos hacia los depósitos. Sin embargo, es muy probable que el aumento de la riqueza más líquida se concentre en los hogares menos vulnerables.

Ejecución "rápida" de las ayudas

El organismo ha señalado que la efectividad de las últimas medidas aprobadas por el Gobierno, como las ayudas directas o la extensión de los plazos y periodos de carencia de los programas de avales, dependerá de una ejecución rápida y homogénea.

Además, su efectividad dependerá de que los mecanismos de reparto permitan focalizar selectivamente las ayudas precisamente en las empresas viables pero con problemas de solvencia.

También ve "necesaria" la flexibilidad en el volumen y uso de fondos comprometidos, para adaptarse a la propia evolución de la pandemia y a la eventual materialización de los riesgos.

Un riesgo de 82.000 millones de euros

A finales de 2020 las entidades españolas tenían un volumen de préstamos de 82.000 millones de euros en "vigilancia especial", esto quiere decir que tienen una mayor probabilidad de convertirse en morosos que el resto de los que están al corriente de pago.

Este saldo era un 20 % superior al de un año antes, una muestra de que los bancos estarían prestando atención a la capacidad de pago de algunos de sus clientes, ya sean empresas especialmente afectadas por la pandemia, unos 50.000 millones, como familias, los 32.000 millones restantes.

Teniendo en cuenta que el volumen de préstamos de la banca española supera el billón de euros, el riesgo de 85.000 millones equivaldría a un 7,5 % de la financiación concedida a empresas y hogares; un 10 % en el segmento corporativo y un 5,2 % a familias.

El director de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, Ángel Estrada, explica que medidas como los avales del ICO o las moratorias de préstamos están retrasando el aumento de la morosidad, que llegará, aunque la previsión es que suba de forma suavizada y dilatada en el tiempo, con lo que los bancos tendrían margen para generar recursos, dotar provisiones y cubrir esos deterioros.

Si fuera necesario, los bancos podrían hacer uso de los colchones de capital para hacer esas dotaciones, con la palabra del supervisor de que no se les exigirá su reconstrucción hasta que la recuperación sea firme. A pesar de que la situación económica es más halagüeña por el avance de la vacunación, el informe detecta riesgos a la baja sobre el PIB y mucha incertidumbre.