El 'Robinson italiano', obligado a marcharse de la isla de Budelli
- La isla la han convertido en Parque Nacional y le exigen que deje el que ha sido su hogar durante tres décadas
- Con una superficie de unos 1,6 kilómetros cuadrados, la isla es considerada una de las más bellas y salvajes del Mediterráneo
Hace 32 años que Mauro Morandi llegó a la isla de Budelli, un archipiélago al norte de Cerdeña (Italia) de casualidad y fue todo un flechazo. La isla le ofrecía por un lado tranquilidad y soledad al ser el único habitante y por otro lado paisajes de película y postales para el recuerdo.
Durante las más de tres décadas Morandi no se ha cansado de fotografiar 'su' isla y colgarla en las redes. A su llegada dejó atrás una profesión como educador físico, y tres hijos. Él había llegado allí para quedarse. Durante todo este tiempo ha contado su historia a multitud de periodistas de todo el mundo que ya le han bautizado como el Robinson italiano. Ahora, abrumado por su situación, ya no responde a los mensajes.
Con una superficie de unos 1,6 kilómetros cuadrados, la isla es considerada una de las más bellas y salvajes del Mediterráneo, conocida sobre todo por su playa Rosa, formada por diminutos fragmentos de coral y conchas que le dan este color y a la que se puede acceder solo con permiso.
Cumplidos los 82 años de edad le obligan ahora a marcharse de la que ha sido su casa durante tanto tiempo. La isla de Budelli pertenece ahora al Parque Nacional de la Madalena.
La legislación italiana establece que ahora se ha convertido en una zona protegida, vetada al turismo y hay un plan para establecer aquí un centro de educación ambiental. Mauro no entra en este proyecto de las administraciones, le han dado la espalda. Además le acusan de haber cometido abusos en la edificaicón de la vivienda que ocupa y desde hace años las instituciones no dejan de presionarle para que se vaya.
70.000 firmas para frenar su marcha
"Llevo 20 años luchando contra los que me quieren echar, aunque apoyado, psicológicamente y no solo por Budelli, sino por todos los que me animan, ahora me he hartado de verdad y me voy", confiesa en un video publicado por Mauro en su perfil de Facebook en el que anuncia su rendición.
Hace un año cuando se conoció la posibilidad de que el octrogenario tuviese que dejar su paradisiaco hogar en contra de su voluntad, se abrió una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para impedir que le echaran. A día de hoy todavía sigue sumando apoyos desde todas partes del planeta.
Pero a pesar de las 70.000 firmas que piden que Mauro pueda seguir en Budelli parece que no hay vuelta atrás. Desde su cabaña, Mauro contempla ya los últimos atarcederes, antes de hacer las maletas y buscar otros paisajes.