Enlaces accesibilidad

Abás aplaza las elecciones legislativas palestinas por la falta de permiso de Israel para celebrarlas en Jerusalén Este

  • Los comicios legislativos se iban a celebrar el próximo 22 de mayo y las elecciones presidenciales serán el 31 de julio
  • La Unión Europea ha calificado el aplazamiento como "profundamente decepcionante"

Por
Un hombre haciendo una foto a una pantalla de televisión en la que se ve al presidente palestino, Mahmud Abás, dando un discurso el jueves 29 de abril de 2021.
Un hombre haciendo una foto a una pantalla de televisión en la que se ve al presidente palestino, Mahmud Abás, dando un discurso el jueves 29 de abril de 2021.

El presidente palestino, Mahmud Abás, ha anunciado este jueves el aplazamiento de los comicios legislativos de mayo hasta que Israel permita votar a los residentes de Jerusalén Este ocupado y ante reproches de autoritarismo por facciones como el grupo islamista Hamás, que ha calificado la decisión de "golpe de Estado".

Tras una reunión con facciones políticas en la ciudad de Ramala, Abás ha anunciado el retraso de las elecciones parlamentarias, previstas para el 22 de mayo a una fecha no determinada. Estos comicios eran los primeros convocados en 15 años.

"Hemos realizado grandes esfuerzos con la comunidad internacional para obligar al estado de ocupación a realizar los comicios en Jerusalén, pero estos esfuerzos hasta ahora han sido rechazados", ha señalado Abás en un comunicado después del encuentro. "Decidimos posponer la fecha de celebración de las elecciones legislativas hasta que se garantice la participación de Jerusalén y su pueblo", ha añadido.

Hamás critica la decisión

El aplazamiento ha despertado malestar entre gran parte de las 36 listas que se presentaban a los comicios, y uno de los que lo ha condenado con más fuerza ha sido el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que controla Gaza y en los últimos meses había acercado posiciones con Abás para materializar las elecciones.

La demora de la votación "contradice el consenso nacional" y daña "el apoyo popular" para su celebración, según ha dicho un portavoz de la organización. Además, ha agregado que la decisión de Abás "es un golpe de Estado contra lo acordado en El Cairo", en referencia a reuniones previas entre facciones celebradas en la capital egipcia, donde consensuaron celebrar comicios respetando el calendario previsto

El movimiento ha afirmado que sabía "de antemano" que se iba a interrumpir el proceso electoral, "debido a otros intereses que no tienen nada que ver con Jerusalén". "El movimiento Fatá y el presidente palestino son plenamente responsables de esta decisión y sus consecuencias", ha aseverado.

La UE califica la decisión como "profundamente decepcionante"

El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha afirmado este viernes que el aplazamiento de las elecciones palestinas es "profundamente decepcionante" y ha pedido a "todos los actores palestinos" que "reinicien los esfuerzos" para lograr avances a partir de las "exitosas conversaciones" de los últimos meses.

"Debe fijarse sin retrasos una nueva fecha para las elecciones", ha recalcado Borrell, quien ha reiterado el llamamiento de la Unión Europea a Israel para que "facilite la celebración de estas elecciones en todo el territorio palestino, incluido Jerusalén Este".

Asimismo, ha señalado que el bloque "hace un llamamiento a la calma y la contención por parte de todos los actores en este momento sensible" y ha subrayado que la UE "sigue preparado para trabajar con todos los implicados para facilitar la observación por parte de la Unión Europea de todo el proceso electoral".

15 años sin ir a las urnas

La población palestina de Jerusalén Este, Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza estaba convocada a elecciones legislativas en mayo y a presidenciales el 31 de julio, tras 15 años sin ir a las urnas ni poder participar en procesos democráticos para elegir su liderazgo. El aplazamiento de este jueves pone en entredicho la vía electoral y lleva a los palestinos a un panorama político de mayor inestabilidad que podría ahondar su desconfianza hacia las instituciones.

Según analistas, Abás ha usado la falta de autorización israelí para votar en Jerusalén como pretexto para evitar unos comicios que probablemente no ganaría su partido, el nacionalista Fatah. Este se presentaba dividido en tres listas, y la oficialista integrada por sus fieles tenía pocas opciones de ganar ante rivales como Hamás.

"La suspensión de comicios" es "un paso peligroso" que "secuestra el derecho fundamental del pueblo palestino a escoger sus representantes y revitalizar sus instituciones políticas", ha declarado una portavoz de Hurriya, candidatura liderada por Naser Quidwa, antiguo alto cargo de Fatah que se escindió con una lista propia.

Con todo, medios y expertos locales señalan que el retraso de las parlamentarias podría abocar a un proceso incierto que puede derivar en protestas, agravar tensiones entre facciones y profundizar el largo estancamiento político de las autoridades palestinas, sobre las que pesa poca legitimidad entre la población y estar salpicadas por sombras de corrupción, falta de transparencia o autoritarismo.

De hecho, desde que Abás llamó a comicios en enero, y pese a que su preparación fue a buen ritmo hasta ahora, muchos palestinos veían la convocatoria con escepticismo y pocos se atrevían a afirmar con seguridad que las elecciones se llegarían a materializar.

Derecho de Jerusalén Este como "capital eterna"

En las últimas semanas, Abás y otros miembros del liderazgo que le son cercanos alertaron en mayor medida de que las legislativas no se celebrarían sin Jerusalén Este, e instaron a la comunidad internacional a presionar a Israel para que cambiara de postura.

Las autoridades palestinas reclaman la zona oriental de la ciudad como capital de su futuro Estado, como propugna gran parte de la comunidad internacional, y argumentan que no quieren renunciar al voto en un espacio clave en sus reivindicaciones.

De los 350.000 palestinos residentes en Jerusalén, más de 150.000 tenían derecho a votar, y según planificó el comité electoral, podrían hacerlo en zonas de la ciudad ubicadas al otro lado del muro de separación israelí, conectadas sin separación con Cisjordania.

Sin embargo, más de 6.000 deben hacerlo en oficinas de correo de la urbe que Israel debe autorizar previamente, según los Acuerdos de Oslo (1993-1995). Ya lo hicieron en las elecciones parlamentarias de 2006 o las presidenciales de 2005, pero esta vez el Gobierno israelí no dio su visto bueno. Con todo, a estas alturas, la vuelta de los palestinos a las urnas se complica y parece ser una meta cada vez más lejana.