Defensa atribuye a yihadistas y no a furtivos el asesinato de los dos periodistas españoles en Burkina Faso
- El Ministerio cree que la "potencia de fuego" de los atacantes apunta a que fueron terroristas
- Los cuerpos de los periodistas han llegado este viernes a España
El Ministerio de Defensa atribuye a "grupos yihadistas" el asesinato de los periodistas españoles David Beriáin y Roberto Fraile en Burkina Faso, dada la "capacidad de fuego y los medios utilizados" en el ataque contra el convoy del que formaban parte.
Pese a que el convoy acompañaba a una patrulla que se dedicaba a perseguir a furtivos, Defensa cree que las características del ataque descarta la autoría de traficantes o cazadores furtivos.
Los cuerpos de Beriáin y Fraile han llegado este viernes a España, donde han sido recibidos por familiares y autoridades. El avión del Ejército del Aire también ha repatriado el cuerpo del conservacionista irlandés Rory Young, asesinado junto a los periodistas.
Los periodistas tuvieron "la máxima prudencia"
En un comunicado, el departamento de Margarita Robles asegura asimismo que los dos informadores "en todo momento tuvieron la máxima prudencia en su actuación, más allá de la asunción de los riesgos inherentes a su profesión".
"Prueba de ello es que acompañaban a una unidad burkinesa dedicada a la lucha contra la caza furtiva", añade Defensa, que indica que estas fuerzas del país africano "estaban preparadas y trataron de repeler la agresión que sufrieron" en una emboscada en la zona de Pama.
Según Defensa, en un primer momento las fuerzas de seguridad burkinesas consiguieron repeler el ataque, "pero después se vieron superadas por la potencia de fuego de los atacantes".
En vista de las circunstancias de los hechos, el Ministerio concluye que "los atacantes no fueron traficantes ni cazadores furtivos". "La capacidad de fuego y los medios utilizados en el ataque llevan a concluir, en una primera evaluación, que formaban parte de uno de los grupos yihadistas que actúan en la región", afirma Defensa.
Burkina Faso, como gran parte de la región del Sahel en África occidental, se enfrenta a una crisis de seguridad cada vez más profunda a medida que los grupos con vínculos como Al Qaeda o Estado Islámico llevan a cabo ataques contra el ejército y la población civil, a pesar de la continua ayuda de las fuerzas de seguridad francesas y de la ONU.
El empeoramiento de la violencia ha llevado a una grave crisis de migración con millones de desplazados, según han advertido a principios de este mes miembros de las Naciones Unidas. El Sahel alberga ahora a casi tres millones de refugiados y personas desplazadas dentro de su propio país.