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El reportaje tiene alma y se llama David Beriain

  • David Beriain es un gran contador, preguntador, emprendedor...es pasión por el periodismo
  • 'Reporteros en el frente', el homenaje de 'La noche temática' a David Beriain y Roberto Fraile

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José Antonio Guardiola, director de En Portada, junto al periodista David Beriain (izqda.) en un encuentro en Castejón de Sos en 2017
José Antonio Guardiola, director de En Portada, junto al periodista David Beriain (izqda.) en un encuentro en Castejón de Sos en 2017

Ustedes no lo saben, pero además de un tipo sano, divertido y buen conversador David Beriain, en Huesca. Allí nos conocimos, hace ahora 13 años, gracias a la mediación de otro grande de este oficio, Enrique Serbeto.

Sí, he escrito “David Beriain es” y espero que ustedes me permitan seguir tecleando estos recuerdos en presente. Gracias.

David es un gran contador, un tipo capaz de hablar horas sin provocar un solo bostezo. Parece que su vida consiste en entrenarse para contar mejor las historias. Le dedica el mismo esmero narrativo a la charla con un recién conocido que a sus guiones de reportajes de audiencias millonarias.

Y es un gran preguntador. A veces, sus preguntas te desarman, te dejan desnudo, porque es tan obvio y natural el planteamiento que te irritas por no encontrar una respuesta rápida.

En este maldito oficio en el que sobran los espejos, David solo encuentra ventanas. Da igual de qué compañero le hables, siempre descubre argumentos para defender su trabajo. Una tarde de verano, después de horas de charla durante una larga comida, llegamos a un punto de encuentro: Solo se puede despreciar al reportero que, cuando un débil le abre su corazón, no se entrega al máximo para contar la historia más bella.

Sí, lo de David tiene truco. Se llama Artajona y está en la comarca de Tafalla. Allí nació y creció. De allí emigró, aunque en realidad nunca se fue, porque David cuida sus historias como el buen labrador limpia de hierbajos su pieza; abraza los cardos para que no se desparramen y en abril trasnocha para que no despunten los espárragos. David trabaja con la entrega de quien sabe que el final de la jornada no la marca ningún reloj sino el sol. Ese es el truco de David, herencia de sus padres y abuelos. Navarros de Artajona, rudos y cumplidores. He escrito que David es un gran conversador, pues esa elocuencia se desborda cuando habla de su familia, su aliento de libertad.

Y David también es emprendedor. Siempre diseña planes a lo grande. Hace un par de años le conté en Madrid que tenía un proyecto en la cabeza. No me preguntó de qué iba: “Vente mañana a la produ, nos lo cuentas y lo hacemos”, me dijo. La produ es "93 metros", la empresa con la que ha montado esos reportajes tan admirables con su Rosaura, Roberto, Sergio, Andrea, Jorge…

Y David es pasión por el periodismo; y es respeto por los más débiles; y es viajero curioso; y es humilde ante los mayores; y sabe que el miedo es el mejor chaleco antibalas, aunque en este maldito oficio a veces no sea suficiente… Y siendo así, solo se puede ser un gran reportero. Quizá por eso, Enrique Meneses -ese otro reportero que si hubiera nacido en Kentucky tendría la casa llena de premios Pulitzer- decidió un día entregar su luminosa antorcha a David. Y David le respondió: “Más quiero esto que un Óscar”.