Netanyahu se queda sin plazo para formar Gobierno
- Tras su victoria en las pasadas elecciones del 23 de marzo, disponía de 28 días para ensamblar un Ejecutivo
- El presidente israelí deberá elegir si pasarle la tarea a otro candidato o dejarla en manos del Parlamento
El bloqueo político de más de dos años en Israel se mantiene después de que el todavía primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, no haya podido presentar un Gobierno de coalición antes de que expirara el plazo en la medianoche, hora local. Tras su victoria en las pasadas elecciones del 23 de marzo, el presidente del país, Reuvén Rivlin, le encomendó la tarea de ensamblar un ejecutivo.
Netanyahu disponía de 28 días para realizar una misión prácticamente imposible para cualquier candidato, mientras pasa por un proceso judicial tras ser acusado de corrupción. De hecho, el candidato a renovar su cargo como primer ministro ha decidido no solicitar los 14 días adicionales de mandato y le ha pasado la responsabilidad a Rivlin, que ahora deberá elegir, en solo tres días, si otorgárselo a otro candidato o dejar la tarea en manos del Parlamento israelí -Knéset-.
La alternativa a Netanyahu
El parlamento israelí está formado por 120 escaños y se necesita el apoyo de al menos 61 diputados para poder gobernar. Benjamín Netanyahu solo ha conseguido el apoyo de 52 representantes: su partido, Likud, sus socios ultraortodoxos -Shas y Judaísmo Unido de la Torá- y el ultraderechista Partido Sionista Religioso.
En la situación actual, analistas y medios apuntan que Rivlin podría asignar la tarea de formar Gobierno al centrista Yair Lapid, de Yesh Atid (Hay Futuro), que quedó segundo en los comicios y fue también quien siguió a Netanyahu en recomendaciones para obtener el mandato en las consultas entre el presidente y los partidos políticos a inicios de abril.
Lapid -que tampoco tiene una mayoría clara- encabeza el "bloque del cambio", una amalgama de más de siete formaciones de ideología muy diversa que van de la ultraderecha a la izquierda, pero que están unidas en su oposición a Netanyahu.
Con todo, las extremas diferencias parecen una dificultad para formar una coalición opositora, dado que requeriría el apoyo de al menos un partido árabe al mismo tiempo que de una o dos formaciones de extrema derecha sionista.
¿Abocados a unas quintas elecciones?
El penúltimo escenario posible sería que Rivlin no otorgue el mandato a ningún diputado en particular, sino a la Cámara, permitiendo que cualquier miembro de la Knéset intente obtener una mayoría en un plazo de 21 días.
De no funcionar ninguna de estas alternativas, se daría paso al último escenario: los ciudadanos israelíes podrían tener que dirigirse nuevamente a las urnas, por quinta en vez dos años y medio.
Lo harían en medio de una situación convulsa, todavía con el país conmocionado por la estampida que dejó 45 muertos -de la que se busca responsables-, tras los altercados más graves que ha sufrido la capital en los últimos años e intentando recuperar la normalidad mientras supera poco a poco la pandemia.