"Suri" y "Tyrion", las estrellas de la Unidad Canina de Pamplona
- Este grupo fue creado de forma independiente por la Policía Municipal en 2020
- En este tiempo se han multiplicado las operaciones contra el tráfico y consumo de drogas en la capital navarra
Hoy es un día de perros en la actualidad de Navarra. Los primeros nombres propios son los de Suri y Tyrion, las dos estrellas de la Unidad Canina de la Policía Municipal de Pamplona. Su habilidad y sobre todo su olfato para descubrir cualquier escondrijo en el que se oculte la droga es impresionante.
Suri, con el acompañamiento de su adiestrador que forman un equipo imprescindible, tarda sólo unos segundo en descubrir la droga dentro de un coche. Se trata de una exhibición, pero no es distinto a su trabajo diario por las calles de la ciudad. Su experiencia es fundamental para obtener los buenos resultados que esta unidad ha conseguido desde su creación. En los últimos meeses se han triplicado las incautaciones.
También en tiempos de pandemia
A pesar de las restricciones anticovid, como el cierre perimetral o el toque de queda a partir de las once de la noche, las aprehensiones han aumentado de 25 a 75 . El trabajo de Suri, se complemente con el de Tyrion, que se ha especializado en controlar las inmediaciones de los centros escolares, en los que habitualmenmte se mueven este tipo de sustancias. A su labor rastreadora se une su poder intimidatorio. En el momento que ven aparecer el perro se acaba el trapicheo y el consumo.
“En el momento en el que los estudiantes ven al perro se acabó el consumo“
Además de los colegios, los dos perros y sus adiestradores patrullan otros puntos conflicitivos, como estaciones de tren y autobuses o salas de juego y terrazas.
Reascate de "Canela"
Y el tercer nombre propio es el de Canela, una perra que llevaba varios días desaparecida y que ha tenido que ser rescatada en la Foz de Lumbier , el Grupo Especial de Intervención de Montaña de la Guardia Civil. Sus ladridos fueron escuchados por los senderistas de la zona que dieron la alerta. La dificultad fue máxima y obligó a sus rescatadores a rapelar 55 metros hasta llegar a la zona rocosa en la que se encontraba.