Orgullo de tractorista: la mirada poética de un agricultor
- En la última década el número de agricultores en España no llega a los 300.000
- Un tractorista de 32 años ha disparado su cuenta de twitter subiendo fotos de su día a día en el campo
Rodrigo Carrillo es un joven agricultor, un joven tractorista, que en el último año ha disparado su cuenta de twitter “Tractorista de Castilla” subiendo fotos de su día a día en el campo. "Al final el oficio de un tractorista es el oficio de un agricultor. Y estar encima de una herramienta de trabajo tan tradicional y bonita como esta yo creo que merece la pena reivindicarse y enorgullecerse de ello", dice.
Huele a lavanda. Un tractorista labra meticulosamente su campo de lavandín, un híbrido entre espliego y lavanda. A mitad de hilera, rompe la rutina: para el tractor, abre la puerta y dispara. “Yo no soy fotógrafo. Lo que pasa es que me entretengo con la fotografía”, nos cuenta Rodrigo quitándose importancia. Tiene 32 años y, aunque nació y estudió Sociología en Madrid, toda su vida deseó instalarse en el campo, en los pueblos de sus padres: Villar de Cañas y Villares, ambos muy próximos entre sí, en la provincia de Cuenca.
Los campos que cultiva, heredados de la familia, están entre estas dos localidades. Aquí, foto a foto, día a día, a través de su cuenta de twitter difunde la belleza de su territorio. "Al final a la gente sí que le gusta ver el campo. Sobre todo gente de ciudad que no puede volver al pueblo en estos días tan feos. Siempre me dicen, qué ganas tengo de volver al pueblo gracias a ver tus fotos".
Con admirable sensibilidad, Rodrigo retrata la vida en los campos de Castilla la Mancha. Sus miles de seguidores descubren así la mirada poética de un agricultor, la razón de por qué engancha cultivar la tierra: “Yo creo que la agricultura y la agricultura del futuro tiene que ir enfocada al trabajo primoroso de la tierra y tiene que ser sostenible, sobre todo hay que tener apego a lo que haces. Nosotros, mi hermano y yo, tenemos en Villares una destilería de lavanda y toda nuestra cosecha la destilamos ahí. Hacemos el aceite esencial que luego vendemos al por mayor a empresas perfumeras. Ahora empezaremos a venderlo también al por menor, que será el siguiente paso que demos”.
Una nueva generación de agricultores
Él y su hermano, han apostado desde hace ocho años por el cultivo de plantas aromáticas como alternativa al cereal. Forman parte de una nueva generación de agricultores en Villar de Cañas, trescientos habitantes, pueblo agrícola en decadencia que aceptó la instalación de un cementerio nuclear en el municipio a cambio de puestos de trabajo.
En la plaza del pueblo, en la fachada del ayuntamiento y en los balcones de varias casas, aún se cuelgan pancartas reclamando el almacén temporal de residuos nucleares ATC.
Rodrigo asegura que el pueblo se siente frustrado y "se ha quedado apagado el proyecto y con ello el pueblo. Yo confío en que el día de mañana los terrenos que iban destinados a ese macroproyecto sean destinados a algo relacionado con la investigación agroforestal o con la producción del cultivo de la lavanda que Castilla la Mancha es puntera..., pero que se haga algo. Yo tengo una idea de lo que podría ser y sería bonito, pero claro, la decisión escapa a todo lo que queramos nosotros. Y a lo que diga yo, que soy un agricultor que sube fotos a twitter, que no soy más que eso”.
Nada más y nada menos. En la última década el número de agricultores en España está en caída libre: no llega a los 300.000. Rodrigo aporta orgullo al colectivo. Sin complejos, logra cada día un extraordinario puente de comunicación entre la ciudad y el campo.