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Coronavirus

Una guía para tratar a pacientes de COVID persistente: "Un año después, aún no han podido recuperar su vida"

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Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - La medicina intenta vencer el desánimo que provoca la COVID persistente: "la ilusión se me ha acabado"

“Un año después todavía no han podido recuperar su vida. Y todavía no sabemos cuándo la van a recuperar”. Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) habla de los pacientes de COVID persistente. Este jueves, han presentado una guía para que los profesionales médicos y sanitarios puedan tratarlos, acompañarlos y mejorar su calidad de vida, puesto que todavía no se ha encontrado una cura.

“Es una herramienta dinámica, que tiene que ir actualizándose en función de las nuevas evidencias”, ha afirmado Rodríguez en una entrevista en RNE antes de presentar la ‘Guía clínica para la atención al paciente Long COVID / COVID persistente’, coordinada por la SEMG, con la colaboración de más de otras 40 sociedades científicas y de LONG COVID ACTS, la alianza de colectivos autonómicos de pacientes.

Se trata de personas que pasaron la infección del coronavirus, en su mayoría mujeres jóvenes, que conviven a diario con unos 30 síntomas de entre un abanico de 200 asociados a esta nueva, y aún desconocida, dolencia. “Hay que tratar a la persona de una forma integral. No someterlos a más riesgo con pruebas inútiles ni dejar de hacerles las que necesiten”, ha explicado la vicepresidenta de la SEMG sobre una enfermedad que puede afectar a todos los órganos.

El desánimo de la COVID persistente

Es el caso de Alicia Negrín. Esta enfermera de atención primaria está enferma desde hace un año de COVID persistente. Se contagió de coronavirus al inicio de la pandemia y convive desde entonces con falta de aire, cansancio o mareo. “A partir de enero me dieron un tratamiento para la angina de pecho y el dolor de corazón, que era horrible, ha mejorado mucho. Ahora es residual. Pero la fatiga y el ahogo no terminan de irse”, ha contado en RNE.

Tiene dos niñas pequeñas que se han adaptado a lo que le pasa. “Cuando me mareo, le expliqué a mi hija pequeña que era como una burbuja. Cuando ocurre, ella me pregunta si la burbuja es grande o pequeña”. Alicia, que estaba a punto de terminar su doctorado cuando le ataco la enfermedad, ha reconocido que el desánimo ha hecho mella en ella: “¿Ilusión? Se me ha acabado un poco”.

Bajas laborales que se prolongan, ¿hasta cuándo?

Por el momento, se desconoce cuánto puede prolongarse la enfermedad, pero sí se ha podido constatar el impacto en la vida de las personas afectadas. Durante la presentación virtual de la guía, Felipe Gómez, miembro de Long Covid Acts, ha destacado los datos estadísticos de Reino Unido que indican que si el 10 % de los infectados de coronavirus desarrollan COVID persistente, de ellos, el 20 % tiene una discapacidad grave para su llevar su vida habitual.

“Dejar a su suerte a estos pacientes, con lo que va a suponer en bajas laborales, etc. va a salir mucho más caro para la Administración que destinar los recursos adecuados para tratar a estos pacientes”, ha recalcado Gómez, y ha reivindicado la necesidad de reconocer la COVID-19 como enfermedad profesional para los sanitarios.

Entre las incógnitas, preocupa la posibilidad de que afecte a otras patologías crónicas. En ese sentido, Lorenzo Armenteros, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, ha señalado un estudio que sugiere que quienes pasaron la COVID-19 podrían tener “una tendencia mayor a padecer una cronicidad de forma temprana”, lo que exige una “vigilancia estrecha” de los pacientes con COVID persistente. “Viene a darnos un toque de atención de las posibilidades de futuro de esta enfermedad y sus consecuencias desconocidas”, ha añadido.

Las vacunas, una esperanza para los enfermos de COVID persistente

¿Qué hay de las vacunas?

Todavía es pronto para saber si las vacunas pueden ser una pieza decisiva para curar a estos pacientes. Durante la presentación de la guía, los miembros de la SEMG han recordado que solo se cuenta con resultados preliminares de encuestas, que permiten aventurar algunas hipótesis. Y, aunque unos pocos enfermos han experimentado mejorías tras recibir sus dosis, otros tantos sienten que han empeorado y la mayoría permanece igual. Para despejar las dudas, serán necesarios muchos más datos de encuestas como las que están realizando desde esta sociedad médica.

No obstante, el tiempo sí ha permitido evidenciar que adolescentes, preadolescentes y niños también pueden padecer COVID persistente, aunque “no se detectan tan fácilmente”, ha explicado Esther Rodríguez, representante del colectivo de pacientes Long COVID ACTS. “El menor puede decir que está más cansado y eso no trasciende; se tiende a minimizar”, ha expuesto, antes de demandar recursos para un mejor seguimiento, ya que suponer problemas cognitivos que afecten a su aprendizaje.

Registrar, describir... investigar

Asimismo, el doctor Armenteros ha reclamado un registro de la enfermedad unificado en toda España, que permita que los médicos y médicas, independientemente de su comunidad autónoma, puedan “codificar” de la misma manera la dolencia. De lo contrario, solo se detectan síntomas inconexos y el problema permanece invisible.

Ante este último reto, la SEMG han remitido la guía al Ministerio de Sanidad y a las comunidades, a los colegios de médicos, así como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Rodríguez está convencida de que la clave es que toda la comunidad médica trabaje unida para mejorar los conocimientos y la calidad de vida del afectado. “Juntos, sumamos”, ha recalcado.