Uno de cada cuatro jóvenes tiene sobrepeso u obesidad en España: "La pandemia ha influido de una forma brutal"
- Ocho de cada diez reconoce el exceso de peso como una enfermedad, que repercute en aspectos de su vida social
- La mayoría ha intentado buscar una solución, aunque sin el asesoramiento de profesionales de la salud
Uno de cada cuatro jóvenes, entre 16 y 30 años, tiene sobrepeso u obesidad en España. Son datos de una encuesta elaborada por la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), en la que un 35 % de ellos ha reconocido que nunca hace ejercicio físico y más de un 40% pasa más de seis horas frente a una pantalla, factores que se han agudizado durante la pandemia y el confinamiento por coronavirus.
“Ha influido de una forma brutal”, ha valorado Susana Monereo, médico especialista en Endocrinología y Nutrición, y miembro de la junta directiva de Seedo en la rueda de prensa de presentación del estudio.
La encuesta, realizada entre un millar de jóvenes, refleja además, que 8 de cada 10 reconoce el exceso de peso como una enfermedad, que les condiciona muchos aspectos de su vida. La mayoría ha intentado perder kilos, aunque muchos sin la orientación de un especialista, sino siguiendo consejos y utilizando productos no avalados científicamente.
Intentan solucionarlo sin ayuda profesional
Concretamente, solo cerca del 15 % de los jóvenes con sobrepeso u obesidad ha pedido ayuda a un médico y en torno al 37 % ha recurrido a un nutricionista, frente al 50 % que ha seguido una dieta por Internet.
““Que los jóvenes no acudan a su médico de familia y a su nutricionista es un problema grave"“
“Que los jóvenes no acudan a su médico de familia y a su nutricionista es un problema grave. Me preocuparía que un sujeto con diabetes no recurriera a su médico de familia y recurriera a los tratamientos que encuentra en internet”, ha comparado Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española de Obesidad.
Y es que tanto Tinahones como Monereo han recordado que la obesidad se trata de una “enfermedad crónica”, que puede derivar en “complicaciones y problemas a lo largo de toda la vida”, lo que exige de un seguimiento y asesoramiento “riguroso” por parte de profesionales de la salud.
Sedentarismo y ansiedad
Según la encuesta, hasta 8 de cada 10 de estos jóvenes reconoce el exceso de peso como una enfermedad, a diferencia de solo el 20 % de los adultos. No es el único cambio. Sus respuestas han introducido factores como el sedentarismo y la ansiedad como determinantes en el sobrepeso y la obesidad de los más jóvenes. El resto de adultos, en cambio, han venido achacando estos problemas mayoritariamente a una mala dieta, según ha explicado Tinahones.
Así, más del 33 % asocia el sobrepeso a la falta de ejercicio físico, casi el 30 % acusa la ansiedad que le empuja a picar comida entre horas y el 20 % lo atribuye a su alimentación. Son minoritarios quienes señalan causas como la genética (en torno al 7 %) o dormir mal (5 %).
““Es el momento de fomentar la actividad física y que la gente se organice para no estar todo el día al frente de una pantalla”“
No obstante, los hábitos poco saludables se extienden entre todos los jóvenes, independientemente de su índice de masa corporal (IMC). Más del 61 % consume todos los días comida procesada y hasta el 25 % dice no hacer deporte nunca o casi nunca, una cifra que se eleva más de diez puntos porcentuales entre los jóvenes con sobrepeso u obesidad.
En cualquier caso, el 67 % de los jóvenes entre 16 y 30 años tiene un IMC normal, mientras el del 8 % es insuficiente. Pese a ello, la mitad de los encuestados querrían estar más delgado, incluidos el 14 % de quienes tienen un IMC insuficiente. A más del 17 % de estos jóvenes con falta de peso les han sugerido alguna vez que perdieran kilos.
Preguntados por el impacto de la pandemia y el confinamiento, Tinahones ha reconocido la influencia en los datos de la encuesta, especialmente en lo que se refiere a actividad física. “Si este dato se mantiene después de la pandemia, es tremendamente preocupante”, ha afirmado.
Por su parte, la doctora Monereo ha mencionado el peso del teletrabajo en la vida sedentaria. La consecuencia puede ser “escalofriante, teniendo en cuenta que son jóvenes”, ha apuntado, antes de explicar el riesgo de una obesidad con pérdida de masa muscular. “Es el momento de fomentar la actividad física y que la gente se organice la vida para no estar todo el día al frente de una pantalla”, ha pedido.
Desde adolescentes, aunque aumenta con la edad
La obesidad y el sobrepeso mayoritariamente aparecen en la adolescencia, pero su prevalencia aumenta con la edad. De hecho, el problema es más común entre los 25 y 30 años, franja que supera a la media en diez puntos, hasta los 34,6 %. Con la insuficiencia de peso ocurre al contrario: desde el 12,8 % de entrevistados con un IMC insuficiente en los 12 a 16 años, el porcentaje va disminuyendo con la edad. El género o sexo no influye en el perfil, aunque la falta de peso es más frecuente en el femenino.
Lo que sí es destacable es el entorno. Más de 1 de cada 3 jóvenes con sobrepeso u obesidad afirman tener un padre o una madre con exceso de peso, lo que podría explicarse tanto por la genética como por los hábitos. Asimismo, el 63 % de ellos tiene amigos con el mismo problema, esto es, 13 puntos porcentuales más que la media de jóvenes, mientras es más probable que su pareja también tenga sobrepeso u obesidad.
“El exceso de peso tiene un efecto muy importante en las relaciones sociales de los adultos jóvenes”, ha explicado el doctor Tinahones, puesto que más de un 88 % creen que les ha supuesto un problema en su vida, en sus relaciones sociales, se han sentido rechazados o acomplejados.
Soluciones transversales
“Uno de los datos que más se repite y más repetimos es que la obesidad tiene que tener con el nivel educativo y socioeconómico”, ha agregado el endocrinólogo, presidente de la Sociedad Española de Obesidad. En los países ricos, la tasa de obesidad en la población más pobre se duplica respecto a la acomodada.
En ese sentido, ha señalado que es habitual que la cesta de la compra con productos saludables sea más cara: “Sin duda, hay que promover determinados alimentos que están en la base de la pirámide de alimentación”, ha indicado Tinahones, mientras Monereo ha apuntado también que subir el IVA a los productos menos saludables puede ser necesario, siempre que se tome de forma conjunta a otras medidas.
Entre esas otras medidas: más educación en nutrición y alimentación saludable en los programas escolares y un etiquetado frontal que permita que el consumidor distinga fácilmente un producto sano de otro que no lo es. “El actual etiquetado no ayuda a nadie, solo a gente formada y que tenga buena vista”, ha valorado Tinahones. Sobre el “polémico NutriScore”, que clasifica los alimentos con un código ‘semáforo’, ha reconocido que a veces puede conducir al error, pero considera que es útil. “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”, ha concluido.
Finalmente, la doctora Monereo ha cerrado la comparecencia pidiendo que no se baje la guardia ante el problema. “La obesidad es otra pandemia”, ha dicho, “tiene mucho riesgo de desarrollar una enfermedad grave con muchas complicaciones”.