Carme Pinós, arquitecta: "La pandemia nos ha hecho repensar las ciudades"
- La filosofía de sus edificios prima la escala humana y el equilibrio con el entorno
- La exposición "Escenarios para la vida" del Museo Fundación ICO ha repasado su trayectoria
- Ya puedes ver la entrevista de Objetivo Igualdad a Carme Pinós en RTVE.es y a las 00.30 horas en el Canal 24 horas
Hemos llegado con tiempo al Museo ICO para grabar la exposición "Escenarios para la vida", antes de que llegue Carme Pinós. Nos fijamos en las maquetas elaboradas por su estudio y no sorprende que el MOMA adquiriera una de ellas para su colección. En una pared hay una larga lista de nombres. Nos explican que son los arquitectos que han colaborado en el Estudio Pinós desde 1991, cuando se separó de Enric Miralles y empezó su andadura en solitario. Nos preguntamos si será habitual en las exposiciones retrospectivas de arquitectos, como esta, recordar el nombre de sus colaboradores.
Subimos a la tercera planta de la exposición del museo, donde hay una estantería, diseñada por Pinós, con cincuenta libros. Son algunos de los libros que han acompañado a Carmen en la construcción de la persona y la arquitecta que es. Tomo nota, al azar, de algunos títulos y autores: Susan Sontag, Sennet, Ortega y Gasset, Octavio Paz, Trías, Stefan Sweig, Conrad, Fellini, Pasolini, Buñuel, Hanna Arendt...
Tiene ese aspecto casual, como de alguien que acaba de salir un momento de su estudio, a hacer un recado en el barrio y va a volver inmediatamente. Una bandolera de crochet le cruza el pecho. "Me la cuelgo al levantarme y voy con ella a todas partes", dice e imaginamos que ahí guardará eso esencial que se lleva de la mañana a la noche. Quizá un cuaderno de notas y un bolígrafo, quizá...
Se sienta en una banqueta para la entrevista. "Soy disléxica y me dicen que tengo un acento raro, sobre todo al final de las palabras", advierte. No lo percibimos, sí esa particular forma de hablar de los disléxicos, buscando palabras que a veces se esconden. Recuerdo a otros arquitectos disléxicos: Law Olmsted, Utzon o Richard Rogers.
Repensar los edificios, los barrios, la ciudad
- Estás sentada junto a la maqueta de la torre Cube que construiste en México y cuyo original está en el MOMA. Has dicho en alguna ocasión que fue tu primera gran obra en solitario. En aquel tiempo en el que iniciaste el Estudio Carme Pinós.
- Sí, no tenía mucho trabajo entonces, pero un empresario mexicano me confió este edificio de oficinas y me dijo que hiciera lo que quisiera. Es como un árbol que se abre con sus ramas y en la base, se ofrece a la ciudad. Una de mis preocupaciones era crear sensaciones espaciales y que la gente que trabajaba dentro tuviera una relación con el exterior. No quería hacer una torre de oficinas donde los directivos tienen espacio abierto hacia el exterior y toda la otra gente está trabajando al interior.
“La necesidad de vecindario ha venido para quedarse, hacer ciudad es esta conciencia de comunidad“
- Es posible que después del coronavirus, muchos edificios de oficinas sean destinados a otros usos. ¿Va a cambiar la ciudad?
- El covid va a hacer repensar la ciudad, repensar el espacio público y el espacio de vecindario. La ciudad puede ser muy grande, pero tenemos que agruparla por vecindarios. Durante la pandemia, mucha gente ha hecho vida de barrio y, en las colas para ir a comprar te encontrabas con personas que antes veías y no saludabas. Y en este tiempo la gente se sonreía. La ciudad se ha hecho más humana y esa necesidad de vecindario ha venido para quedarse. Hacer ciudad es esta conciencia de comunidad. Un espacio que también sella memoria. Las catedrales, más allá de que sean religiosas, están hablando de una historia que nos une.
-¿Y en las casas?
“Habíamos convertido las casas en mercancías y ahí no hay quien viva“
-Ventilación cruzada, que es una de mis obsesiones y luz y espacios abiertos a los que se pueda salir. Habíamos convertido las casas en mercancías. Ahí no hay quien viva. Es como vivir en una mercancía y al servicio de un mercado que lo que quiere es rentabilidad a corto plazo.
-¿Por qué ha escogido tantos libros de directores de cine o sobre ellos para representarte?
-Son profesiones muy parecidas. Muchas veces he dicho que el arquitecto está más cerca del director de cine que del escultor porque el director de cine trabaja con vivencias y nosotros debemos hacer espacios que hagan posibles esas vivencias. A mis alumnos les digo, antes de hacer un proyecto tenemos que escribir el guion. Hemos de escribir cómo queremos que se sienta la gente, cómo queremos que se relacionen, qué sensaciones queremos provocar... Antes de empezar a buscar la forma.
La importancia de la escala humana
-¿Por qué el nombre de esta exposición "Escenarios para la vida"?
-Tengo que agradecerle a Luis que le puso "Escenarios para la vida". Yo siempre decía, quiero una exposición que acerque la arquitectura a la gente. Y la respuesta que he tenido, que mucha gente que no es arquitecto me ha felicitado, es porque en cada proyecto hay una voluntad humana de hacer las cosas. Que no renuncio a ser también potente en presencia, pero siempre la escala humana.
-Pero CaixaForum de Zaragoza, por ejemplo, es monumental...
“Cuando te dan un premio para mujeres es como si te apartaran“
-Sí, CaixaForum es monumental, pero la puerta y la entrada se separan para hacerse pequeñitos y entras por una cajita. Y ese interés por la escala humana creo que está en las mujeres. Este diálogo de escala pequeñita y escala grande lo oigo por primera vez a Aldo Van Eyck, en una conferencia que me apasionó, entonces, no es propiedad nuestra, pero, digamos que las mujeres tenemos más presente: el no olvidar nunca la escala humana, la empatía, el no regirnos por gano o pierdo, éxito o fracaso.
-Le han concedido algunos premios exclusivamente femeninos...
-Pues no sé si estoy tan de acuerdo. Yo creo que es necesario que a las mujeres nos den premios, pero no premios de mujeres. Yo siempre digo, yo me considero arquitecto, mejor que muchos arquitectos. Entonces, cuando te ponen... parece que hacen la separación. No. Yo me merezco un premio entre los arquitectos y en el momento en el que me premian por ser mujer, me desagrada.
La poética de la arquitectura
-¿Son tan importantes los premios?
-Es que el mundo es muy depredador. Si no tienes éxito, no se te ve. Los premios sirven para hacerte visible, pero la poética está en otro lado... Claro que si no hay obra. No somos como los artistas que podemos encerrarnos en un taller. Si no tenemos cliente, no se puede realizar obra.
-Sigamos la entrevista de pie para que nos explique algunos proyectos que hay en los paneles de la exposición...
-Estamos en Melbourne. Este es el MPavilion, donde hay muchos acontecimientos durante el día y yo, lo que quería era hacer un pabellón que cuando no hubiera nadie, no fuera un espacio vacío. Entonces, este pabellón se presta tanto a hacer actividades como a que dos personas se pongan, simplemente, a tomar la sombra y a hacer un alto en el paseo. Y está así, abierto porque quería que, cuando lloviera, la gente que está dentro viera deslizarse el agua. Y este es un hotel que está en un monasterio del siglo XVIII, rodeado de viñedos. Tenía claro que no quería competir con el edificio, pero lo primero que pensé es que el monasterio daba la espalda al paisaje, como si lo negara. Decidí que había que abrirse a ese lugar maravilloso. No quería destruir el paisaje, quería formar parte de él. Debía hacer un spa y cuatro villas y las diseñé con cuidado de que cada villa mirara al paisaje y se dieran espalda entre sí. Entonces, cada villa, las personas que disfrutan de esas villas, tienen la sensación de que todo el territorio es suyo.
Y ahí surge otra Carme Pinós. Vital y apasionada, en su mundo.