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La caída del califato del Daesh: terroristas detenidos, sus familias confinadas en Siria y víctimas esperando justicia

Noticia Documentos TV 
  • Documentos TV entra en cárceles y campos donde están detenidos, en un limbo legal, los terroristas del Daesh y sus familias
  • Hablamos con varios de estos yihadistas, entre ellos dos mujeres españolas
  • El documental da voz también a las víctimas de los terroristas yihadistas, como las esclavas sexuales yazidíes
  • Ya puedes ver "El legado del califato" en RTVE.es y a las 23.55 en La 2 de TVE

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Las españolas Yolanda Martínez y Luna Fernández en la entrevista de TVE en el campo de Roj
Las españolas Yolanda Martínez y Luna Fernández en la entrevista de TVE en el campo de Roj

La caída de Baguz, el último bastión del autoproclamado califato del Daesh, en marzo de 2019, llevó al confinamiento de decenas de miles de sus combatientes y sus familiares, mujeres y niños, en cárceles y campos bajo control de las milicias kurdas. Los países europeos se resisten a repatriar a sus nacionales, en medio del dilema entre seguridad, moralidad, derechos humanos y justicia.

Las españolas del Daesh

Yolanda Martínez y Luna Fernández son dos españolas conversas al islam que se fueron con sus maridos a Siria para unirse al autodenominado estado islámico. Ahora están detenidas en el campo de Roj, en el noreste de Siria, que acoge a varios miles de personas, mujeres y niños de los terroristas del Daesh. Tienen a su cargo a 13 menores, entre propios y heredados. Esperan en un limbo jurídico una decisión sobre su futuro.

Nosotras veníamos a vivir el islam, cien por cien hasta nuestros maridos han podido venir engañados

El marido de Yolanda Martínez es un terrorista yihadista de origen marroquí, ahora detenido. Luna Fernández es viuda de otro terrorista yihadista. Han sobrevivido al derrumbe del califato. Dicen que no sabían que iban a unirse al Daesh, que sus maridos no se lo dijeron.

"Yo no sé lo que es el estado islámico, yo no renuncio a las leyes de Alá", dice Luna Fernández. "Nosotras veníamos a vivir el islam, cien por cien que hasta nuestros maridos han podido venir engañados", añade Yolanda Martínez.

Yolanda y Luna detenidas en el campo de Roj, en el noreste de Siria

Yolanda y Luna detenidas en el campo de Roj, en el noreste de Siria TVE

Aseguran que sus maridos sólo trabajaron en la administración del califato. En realidad, formaban ya parte en España de la célula de la M-30 de Madrid, una red terrorista dedicada al adoctrinamiento, reclutamiento y envío a Siria de yihadistas, desarticulada en 2014. "Estas mujeres ya estaban bajo la observación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por sus actividades en nuestro país antes de que se desplazasen a la zona de conflicto", explica Carola García-Calvo, Investigadora del Real Instituto Elcano.

El gobierno tiene sus leyes ¿verdad? Alá tiene sus leyes

Ellas insisten en que solo han sido unas devotas esposas musulmanas. Pero no se percibe distanciamiento de la ideología del Daesh, cuando preguntamos por prácticas tan aberrantes como lapidaciones o decapitaciones. “Mira, yo no tengo una base tan fuerte en mi religión como para poder hablar de ello, eso necesita estudios. Es como si vas a España y le preguntas al dependiente del supermercado sobre la ley 24/14 del estado”, responde Yolanda. “El gobierno tiene sus leyes ¿verdad? Alá tiene sus leyes”, remata Luna.

"Alguien que no renuncia a su ideario y que quiere retornar aquí supone un peligro para nosotros, no solo por ellas, por ellas, ellos y los menores", dice tajante Raquel Alonso, presidenta de la Asociación contra el Radicalismo Extremista y Víctimas Indirectas (ACREAVI).

El campo de Roj está menos masificado que el de Al Hol, más violento y con condiciones más insalubres. En él hay más de 70.000 personas, entre ellas unos 10.000 extranjeros, niños y mujeres, muchas viudas, de terroristas del Daesh.

Preguntamos por Lubna Miludi y Lubna Fares pero nuestra búsqueda resulta infructuosa. Nadie nos sabe o quiere decir dónde están. Lubna Fares es viuda de un yihadista nacionalizado español que fue miembro de la Brigada Al-Andalus. Luna Miludi lo es de un yihadista francés.

Campo de Al Hol, en Siria

Campo de Al Hol, en Siria TVE

En Al Hol, las más radicales reprimen cualquier conato de distanciamiento del Daesh. "Las extranjeras más radicales están trabajando en secreto para reorganizarse. Quieren reconstruir el estado islámico dentro de este campo. Ha habido muchos crímenes relacionados con eso", afirma Jaber Mustafa, administrador del campo.

En la cárcel de los terroristas del Daesh

En la cárcel de Hasaka unos 5.000 yihadistas del Daesh viven en condiciones infrahumanas, hacinados y aislados del exterior. A pesar de las fuertes medidas de seguridad, ya ha habido varios motines e intentos de fuga. Los extranjeros, unos 2.000, son de más de 50 países, más de 800 europeos.

Son como bombas de relojería

"Son los más peligrosos", nos advierte el director de la cárcel, Robar Hassan, "son como bombas de relojería. Si explotan, no sabemos lo que puede ocurrir".

Prisioneros en la cárcel de Hasaka en Siria

Prisioneros en la cárcel de Hasaka en Siria TVE

El marroquí Mustapha Ahdad nos cuenta que fue a Siria para ayudar a sus hermanos musulmanes frente al régimen de Al Asad. Asegura que no combatió. "¿Qué hacía entonces en el estado islámico?", le pregunto. "Estuve de conductor de camiones y grúas grandes", me responde con una media sonrisa que oculta más de lo que dice.

Abdellah Nouamane se fue a Siria con solo 17 años y está considerado uno de los terroristas yihadistas belgas más duros. Al preguntarle sobre los actos bárbaros del Daesh, responde: "Era joven y no pensaba en eso. Para ser honesto, era como una película. Era joven, con el cerebro lavado, no pensaba, estaba alocado. Hacía lo que me daba la gana".

El alemán Mohammed Demer llegó a Siria en 2016 y asegura que irá allí donde se cree un nuevo estado islámico. No se distancia de lapidaciones y decapitaciones. "No sé, no soy juez, no sé qué condenas se dictan, pero estoy completamente de acuerdo con la legalidad islámica, apoyo sus sentencias. Y si hay una condena a muerte, yo personalmente prefiero que me decapiten antes que ser asado en la silla eléctrica o que me metan veneno en las venas", afirma.

Son personas adoctrinadas y adiestradas operativamente

Los terroristas yihadistas y sus familias suponen todo un desafío para sus países de origen y, en concreto, para los europeos. No se les quiere repatriar. "Ningún país europeo quiere recibir en su tierra a terroristas. Son personas sumamente peligrosas. Son personas adoctrinadas y adiestradas operativamente. Pueden venir a España y no solo adoctrinar a otras personas sino adiestrarlas o directamente cometer delitos", asegura Miguel Ángel Carballo, Teniente Fiscal de la Audiencia Nacional. Pero no repatriarlos ni someterlos a un juicio justo podría llevar a incurrir en una violación del derecho internacional humanitario.

Víctimas del terror del Daesh

El autodenominado estado islámico asesinó a más de 5.000 yazidíes en Irak. Los consideran infieles y adoradores del diablo. Más de 6.500 mujeres y niñas fueron secuestradas y convertidas en esclavas sexualespor los yihadistas. Más de la mitad ya ha regresado con sus familias.

Nos violaron y nos vendieron

"Decidí dedicar mi vida a estas supervivientes. Todas tienen depresión, ansiedad, están preocupadas, han perdido la esperanza, el interés en la vida, la concentración, la confianza en la comunidad. Tuvimos casos que tenían ideas suicidas. Tienen miedo de que vuelvan los combatientes del Daesh", explica a este equipo de Documentos TV Nagham Nawzat, una ginecóloga yazidí que ha ayudado a más de 1.200 de ellas a reconstruir sus vidas.

La ginecóloga Nagham Nawzat, ayuda a las chicas que fueron esclavas sexuales

La psicóloga Nagham Nawzat, ayuda a las chicas que fueron esclavas sexuales TVE

La acompañamos a visitar a varias antiguas esclavas sexuales de una misma familia, cinco hermanas y su cuñada. Viven en un campo de desplazados.

"Se llevaron a niñas desde los 9 años. Nos violaron y nos vendieron", recuerda Ashwaq secuestrada con 14 años. Su violador fue detenido y el día anterior a nuestro encuentro lo había visto en la cárcel. "Mis sueños y mi esperanza eran enfrentarme a ese hombre cara a cara", confesa y añade que solo le deseaba la muerte para no tener miedo nunca más. "Cuando veo un hombre, pienso que es él. No puedo salir con un hombre, ni hablar con un hombre, ni casarme. No puedo hacer esas cosas, pero si él muere, quizás puedo pensar en algo así", asegura.

Si son condenados a muerte, se hará justicia

"Después de violarnos, cada miembro de Daesh cogía a una chica y la vendía y compraba otra. Se convirtió en una especie de mercado comercial. Me violaron. Tenía trece años", nos cuenta su hermana Dunia. "Si son juzgados y se les condena solo a unos años de cárcel, volverán a hacer lo mismo. Pero si son condenados a muerte, se hará justicia", sentencia Dunia. El Daesh no sólo cometió el genocidio yazidí, atacaron también a otras minorías como la cristiana.