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Inmigración

Sin controles en Marruecos y una hora a nado: "Vino mi tío a casa y me dijo: ¡Vamos a España, es el momento!"

  • Mohamed y Haisa tienen 30 y 21 años y aseguran que familiares y conocidos les animaron a cruzar a Ceuta
  • Más de 8.000 marroquíes, 1.500 menores, han entrado de manera irregular en Ceuta ante la pasividad de Marruecos
  • Sigue en directo la última de la crisis en Ceuta

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Pasividad policial en Marruecos ante la avalancha de migrantes hacia España

"Estaba en mi casa, vino un primo con unos amigos y me dijeron que era un buen momento para viajar a España. Me despedí de mi familia y me fui con lo puesto", relata a RTVE.es Mohamed. Tiene 30 años y es uno de los jóvenes marroquíes que han llegado nadando a Ceuta. "Los controles eran raros", dice al intentar explicar su travesía. "Nos paraban, pero luego nos dejaban seguir. Era como un sí y un no", dice.

Desde su casa cogieron un taxi y ya cuando llegaron a la frontera nadó media hora hasta pisar territorio español. "Yo no había nadado mucho en mi vida y claro que es peligroso", afirma, consciente del riesgo. Un adulto ha fallecido en el intento de llegar a España. Sin embargo, más de 8.000 personas, la mayoría marroquíes, entre las que habría 1.500 menores, han accedido irregularmente a Ceuta desde la madrugada de este lunes bordeando el espigón marítimo fronterizo de Benzú, en la bahía norte, y del Tarajal. Una situación que ha colapsado la capacidad de acogida de la ciudad autónoma.

¿Cuál es la ruta que están siguiendo los migrantes que llegan a Ceuta?

"Quiero trabajar y ayudar a mi familia. Todos mis amigos queremos trabajar", dice en plural. Una frase que se repiten entre todos los que intentar pisar suelo europeo. Del otro lado de la frontera, en la ciudad de Castillejos, un equipo de Televisión Española ha podido grabar -sin resistencia de las autoridades marroquíes, algo poco habitual- cómo centenares de personas avanzaban en grandes grupos hasta el mar, desde donde se divisa Ceuta. La mayoría son jóvenes varones aunque, con respecto a crisis migratorias anteriores, en esta ocasión hay más rostros de mujeres, adolescentes e incluso niños pequeños. Caminan sin pausa y lo hacen ante la pasividad de la gendarmería del reino alauita. Dicen que solo buscan un futuro mejor.

"No tenemos nada en Marruecos", dice Haisa. Tiene 21 años y añade: "Yo ya no estudiaba, tenía en la mente viajar a Europa. Vino a casa mi tío y me dijo ¡Vamos a España es el momento!". No tienen claro lo que va a pasar a partir de ahora, pero aseguran que lo importante es que han logrado cruzar la valla. "Hemos venido nadando aunque no es mucho, pero es peligroso. Yo tardé una hora", asegura el joven. Es la quinta vez que lo intenta en dos años. La pasada madrugada a las seis de la mañana lo logró.

Anoche estuvimos varios vecinos repartiendo ropa seca, hacía mucho frío y vi a muchos niños y mujeres

Nos atienden en un restaurante de comida típica marroquí que les está dando bocadillos y agua. "Lo que ha pasado estos días jamás lo había visto. Llegan empapados. Están en la calle y en los parques", asegura Abdelkarim, dueño del restaurante y vecino de la ciudad. Él nació en España, pero es de origen marroquí. "Anoche estuvimos varios vecinos repartiendo ropa seca, hacía mucho frío y vi a muchos niños y mujeres", asegura.

No todos los que llegan al restaurante tienen dinero. "Algunos pagan, pero a otros les damos un bocata porque tienen que comer". Abdelkarim asegura que sus argumentos le desarman, pero lo más complejo es ver que no saben a dónde ir.

Por su parte, el Gobierno de Pedro Sánchez ha prometido "máxima firmeza" y ha puesto los medios para asegurar las fronteras de la ciudad autónoma y para devolver a las personas que han entrado ilegalmente "siguiendo los protocolos en vigor".

Las ONG están desbordadas

Ante esta situación sin precedentes España ha desplegado a su ejército en la playa del Tarajal. No solo para frenar la llegada de personas migrantes, sino también para atender a los que ya están en territorio nacional y se encuentran en una situación de vulnerabilidad como por ejemplo los menores. Las ONG sobre el terreno no dan abasto.

"En Cruz Roja estamos acostumbrados a crisis de emergencia, nos entrenan durante todo el año, pero nos sorprende la cifra, son muchas personas las que estamos atendiendo", asegura Isabel Brasero, portavoz de la ONG en Ceuta. "Llegan en buen estado. Les estamos dando asistencia humanitaria y médica, sobre todo estamos volcados en los menores en los establecimientos que se han habilitado", explica Brasero. Asegura que las condiciones climatológicas favorecen al que lleguen con un buen estado anímico.

"La situación es tan límite que no tenemos la cifras exactas. No sabemos cuántos hemos derivado al hospital", dice la portavoz, estamos desbordados y lo que más urge es atender a todas las personas.

Preocupación por los menores

Ante la llegada a Ceuta de al menos 1.500 niños y niñas y sus familias, Save The Children teme por la situación de estos menores. La situación caótica que se ha producido provoca, dicen, que no haya una línea de actuación para el reconocimiento de los más vulnerables.

"Queremos insistir que es importante que las autoridades españolas deben realizar una adecuada valoración de las necesidades de protección de la infancia y garantizar sus derechos", asegura a RTVE.es Jennifer Zuppiroli, experta en migraciones de la ONG. Sobre todo piden aunar esfuerzos para que haya una respuesta temprana de corresponsabilidad tanto a nivel español como europeo. "No se pueden ahogar los sistemas de acogida en aquellos lugares con menos recursos", aclara.

Además, exigen la protección de todos los menores. "Abogamos para que este tipo de procedimiento de perfiles vulnerables incluya a menores con familia. El hecho de estar acompañados no impide que necesiten protección", concluye.