La "Generación Z" en el mundo: concienciada, desencantada y aún indignada
- Los jóvenes, junto con los mayores, son los que más han sufrido la pandemia en su modo de vida
- Los medios de comunicación les señalan como "insensatos" sin mostrar su lado más responsable y solidario
- A diferencia de la juventud china, son en general más escépticos y pesimistas con el futuro
- Ya puedes ver “Generación Z" en RTVE.es y a las 23.50 en La 2 de TVE
A la generación bautizada con la última letra del abecedario pertenecen los nacidos entre mediados de los 90 y el año 2010. Nacieron con la globalización y en plena era digital, se sienten ciudadanos del mundo e, independientemente del país en el que viven, les unen las mismas inquietudes y los mismos problemas.
A Joao, de Portugal, y a "AG Day", de Marruecos, les indigna que, a pesar de ser una de las generaciones mejor preparadas, tienen enormes dificultades para encontrar un empleo o para disfrutar de un contrato y un salario dignos.
Además de poder acceder a un trabajo y a una vivienda, coinciden en inquietudes. Están muy preocupados por el planeta y los efectos del cambio climático. Como Cristina, protagonista alemana de "Generación Z", son muy conscientes de estar sufriendo ya las consecuencias de los daños causados al ecosistema y, por eso, sienten la necesidad de medidas urgentes para frenar catástrofes y pandemias.
Entre sus objetivos prioritarios, también está acabar con el patriarcado y reconocer los derechos de las mujeres. Candela pasó días frente al Congreso argentino movilizándose por la aprobación de la Ley del aborto en su país. Qiu, por su parte, anima a las mujeres de su país, China, a ser, cada vez, más dueñas de su destino. Ambas son conscientes de que les ha tocado ser parte de ese cambio histórico protagonizado por las mujeres y que su generación, sin duda, está capitaneando.
La Covid les ha impedido socializar
Han pasado por momentos difíciles, por dos crisis económicas casi seguidas y una pandemia en la que además se sienten estigmatizados, señalados en general como "irresponsables" y sin poder mostrar esa otra cara de una juventud que está ciertamente más comprometida y es más solidaria que las anteriores generaciones. De hecho, en gran parte son ellos los que ahora ocupa la primera fila en las diferentes protestas y marchas que recorren el mundo.
Se sienten llamados por protestas que, a diferencia de las que otros jóvenes protagonizaron por ejemplo en España durante el 15M, no se caracterizan por el optimista mensaje del "Sí se puede". Suman la experiencia, propia y de otros, de ilusiones que se han desvanecido. Los jóvenes de la "Generación Z" son más pragmáticos y más pesimistas como asegura Gleb, un joven de Moscú que cree que muchos ya no confían en las protestas aunque participen en ellas. No se manifiestan con la confianza de lograr un futuro mejor a corto plazo. Lo perciben incierto y fatalista.
Quizás son los chinos los que más se distancian del resto. Las perspectivas económicas, en su caso, les da un mayor alivio.
No conciben un mundo desconectado
Inmersos en las redes sociales, pendientes y dependientes de ellas, no conciben un mundo sin internet. Decepcionados por los grandes medios de comunicación, buscan sus propios canales on line. Así es cómo se informan: a la carta. Y, así, más conectados que nunca, una de las grandes amenazas a las que se enfrentan es la polarización de la sociedad y de la política, marcadas también por la impunidad y el anonimato que ofrecen las redes.
Son, en definitiva, una generación dominada por la inmediatez que se cuestiona los actuales modelos educativos, laborales y sociales y que, por primera vez desde hace muchos años, está convencida de que su futuro no va a ser más esperanzador que el tuvieron sus padres o abuelos.