EE.UU. retirará las sanciones contra 'Nord Stream 2', la empresa detrás del gasoducto Rusia-Alemania
- Washington sigue considerando que el proyecto supone un "riesgo para la seguridad energética europea"
- Sin embargo, la imposición de sanciones "habría afectado a las relaciones de Estados Unidos con Alemania y la Unión Europea"
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, le ha mandado una carta al Congreso estadounidense indicando la decisión de renunciar a las sanciones impuestas sobre la empresa Nord Stream 2 AG y a su director general, Matthias Warnig, de nacionalidad alemana y aliado del presidente ruso Vladimir Putin.
Nord Stream 2 AG -con sede en Suiza- es una filial del gigante ruso Gazprom y la principal empresa implicada en la construcción del gasoducto entre Rusia y Alemania que pretende duplicar los suministros de gas entre ambos países, sin tener que pasar por territorio ucraniano.
Washington considera que el proyecto -completado ya a un 95 %- supone un "riesgo para la seguridad energética europea" al aumentar la dependencia de Moscú, pero el Secretario de Estado norteamericano ha subrayado en el documento que las exenciones son "de interés nacional para Estados Unidos", puesto que la imposición de sanciones "habría afectado a las relaciones de Estados Unidos con Alemania, la Unión Europea y otros aliados y socios europeos".
El Congreso había votado en 2019 a favor de una ley que exigía al poder ejecutivo imponer sanciones a las partes implicadas en el proyecto Nord Stream 2, lo que motivó la renuncia de empresas colaboradoras como la aseguradora suiza Zurich, la compañía danesa Ranboll, la certificadora internacional DNV y la constructora alemana Bilfinger, entre muchas otras.
La Europa del Este pide que mantenga su oposición
Ucrania, a la que el nuevo gasoducto circunvala, y otros países de Europa del Este "siguen instando a Estados Unidos a que se oponga al proyecto Nord Stream 2", ha indicado Blinken. El polémico proyecto haría que el gas no tuviera que atravesar por territorio ucraniano, dirigiéndose directamente a Alemania por el mar Báltico, privándole así de la importante fuente de ingresos que le supone el canon de tránsito que cobra a Rusia por transportar su gas.
En Europa, el gasoducto despierta inquietudes en varios países, sobre todo en el este del Viejo Continente, al considerar que incrementa la dependencia de Rusia para suministrar energía a la Unión Europea.
Por su parte, Berlín insiste en que el proyecto es "necesario" y "considera las sanciones estadounidenses como una injerencia en sus asuntos internos", señala el secretario. El Ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, ha celebrado las exenciones: "Vemos esto como un paso constructivo que nos complace con nuestros socios en Washington".
La compañía energética estatal rusa, Gazprom, y sus socios occidentales se apresuran para terminar el gasoducto de unos 1.200 kilómetros, completado a un 95 %. Quedan dos tramos de unos 15 kilómetros por tender en aguas alemanas y las embarcaciones involucradas sí serán sancionadas por Estados Unidos.
EE.UU. rebaja la tensión con Rusia
La exención de sanciones a Nord Stream 2 se enmarca dentro de la reunión diplomática entre el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que han mantenido este miércoles en Islandia. Blinken le ha advertido al representante ruso que Estados Unidos responderá si Rusia actúa de forma agresiva contra Washington o sus aliados.
Aun así, la reunión se ha centrado en la posibilidad de que los intereses de ambos países "se entrecrucen y superpongan". "Creemos que podemos trabajar juntos, y de hecho, construir sobre esos intereses, tanto si es frente a la COVID-19 durante la pandemia, como combatiendo el cambio climático; abordando los programas nucleares en Irán, en Corea del Norte; en Afganistán", enumeró el titular de Exteriores de EE.UU., asegurando que el mundo puede ser "un lugar más seguro" si se da una colaboración entre EE.UU. y Rusia.
Lavrov ha visto a Blinken dispuesto a "retirar los escombros" de las relaciones con Rusia heredados de las anteriores administraciones estadounidenses, considerando "constructiva" su primera reunión con él. Un encuentro de casi dos horas en el que Blinken no ha perdido la oportunidad de expresar su "profunda preocupación" por el despliegue de tropas rusas en Ucrania, la salud del opositor Alexei Navalny y la "represión de las organizaciones de la oposición".