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Prohibir los vuelos cortos, pagar por usar el coche y jornada laboral de 35 horas: así es el plan del Gobierno para 2050

  • El Gobierno pretende abrir una reflexión colectiva y plural sobre los retos de futuro del país tras la pandemia de coronavirus
  • El plan recoge más de 200 propuestas y un cuadro con 50 objetivos para diseñar líneas de acción y monitorear su progreso

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Una mujer reposta combustible en una gasolinera
Una mujer reposta combustible en una gasolinera.

Prohibir los vuelos en aquellos trayectos que puedan realizarse en tren en menos de 2,5 horas, aumentar los impuestos de la gasolina y del diésel, crear un tributo sobre el uso medio real del coche o reducir a 35 horas la jornada laboral semanal son algunas de las propuestas que el Gobierno ha plasmado en el documento 'España 2050', con el que pretende abrir una reflexión colectiva y plural sobre los retos de futuro del país tras la pandemia de coronavirus.

Durante su presentación, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha reivindicado el espíritu de la Transición y ha justificado la pertinencia y oportunidad del informe, tras las críticas de la oposición: "¿Tiene sentido hablar de la España que querremos en 30 años? Para mí tiene el mismo sentido que la España de la Transición, precisamente porque nos preocupa nuestro tiempo. Los próximos seis años modernizaremos nuestro país y por eso nos preocupa 2050", ha recalcado.

En total, el plan 'España 2050' recoge más de 200 propuestas y un cuadro con 50 objetivos e indicadores cuantitativos para diseñar líneas de acción, tomar medidas concretas y monitorear el progreso en los próximos años. Estas son algunas de las principales recomendaciones:

Disminuir el impacto medioambiental del transporte

El Gobierno ha recomendado prohibir los trayectos que se realizan en avión y que tengan una alternativa para viajar en tren inferior a las 2,5 horas de duración, con el objetivo de disminuir a 2 millones de toneladas las emisiones del sector del transporte español para ese año.

Asimismo, plantea llevar a cabo una mejora de las red ferroviaria tanto para el transporte de personas como de mercancías, una actividad esta última que todavía se realiza en su mayoría por carretera, con las elevadas emisiones que esto supone. Además, apuesta por seguir implementando zonas de emisiones bajas y ultrabajas, como las que ha hay en Barcelona o Madrid, peajes urbanos, como los establecidos en Estocolmo, Londres, Milán, o supermanzanas, como en Barcelona.

Otra de las propuestas para desarrollar ciudades saludables es la de que la empresas de distribución y entregas a domicilio sustituyan su flota actual de furgonetas y camiones por vehículos más ligeros y neutros en carbono, entre los que podrían incluirse los drones de reparto.

Elevar la fiscalidad de los combustibles, alcohol y el tabaco

El Ejecutivo tambien recomienda modificar los impuestos especiales, elevando los tipos de gravamen sobre bebidas alcohólicas, tabaco y combustibles derivados del petróleo hasta converger con los establecidos en los principales países de la UE.

Además, plantea ajustar la fiscalidad del transporte por carretera al uso real del vehículo, es decir, pasando de los actuales figuras fiscales sobre la compra, circulación y combustibles, a un impuesto sobre el uso medido real del vehículo que tenga en cuenta sus características, como el peso, potencia, emisiones de contaminantes atmosféricos y gases de efecto invernadero.

Reforma "integral" de los impuestos sobre la renta, patrimonio y sucesiones

La reforma "integral" de los impuestos sobre la renta, el patrimonio y sucesiones y donaciones para eliminar los incentivos fiscales a favor de la inversión en activos relacionados con el patrimonio inmobiliario, elevando la tributación efectiva del capital hasta situarla en línea con los países de la UE-15, es otro de los objetivos que se marca el Gobierno a largo plazo.

Asimismo, asegura que debe replantearse el papel del Impuesto sobre el Patrimonio y del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en las haciendas autonómicas "para evitar estrategias de competencia fiscal indeseables", las cuales "minan" el alcance recaudatorio y progresivo de estos impuestos y el principio de igualdad.

Revisar la regulación laboral y reducir la temporalidad

El texto señala que se tienen que corregir algunas "disfuncionalidades normativas" si se quieren sentar las bases de un mercado laboral más eficiente y equitativo. Es por ello por lo que apuesta por revistar la regulación laboral, la negociación colectiva y las políticas activas de empleo.

"Si se quiere reducir el desempleo temporal y lograr una mayor tasa de conversión de temporales a indefinidos, habrá que erradicar la cultura de la temporalidad de las relaciones laborales", según el documento. Sobre la negociación colectiva, cree que esta presenta "flaquezas importantes" que deben ser resueltas para que pueda seguir desempeñando su "importante papel".

Autónomos y empresas: estimación objetiva y tipo mínimo en sociedades

En lo que respecta a los autónomos, el documento afirma que los actuales sistemas de estimación objetiva por módulos o coeficientes en el IRPF deberían transitar hacia sistemas de tributación basados en los ingresos reales, manteniendo la simplicidad y facilidad de gestión que suponen. En cuanto al Impuesto sobre Sociedades, apuesta por racionalizar la fiscalidad corporativa e impulsar su armonización a escala internacional, con el fin de eliminar las distorsiones provocadas por los beneficios fiscales en este impuesto, que acaban "sesgando su carga hacia empresas pequeñas y sectores tradicionales y menos móviles".

En el ámbito internacional, indica que se debe trabajar para lograr una atribución equitativa de la recaudación entre países, y añade que si finalmente no se alcanza un acuerdo en la OCDE, España debería impulsar en la UE la implantación del sistema de 'Base Imponible Común Consolidada', además de una solución multilateral para gravar a las grandes empresas de servicios digitales y la implantación de un tipo efectivo mínimo en este impuesto.

"Herencia pública universal" para los jóvenes

El plan 'España 2050' plantea estudiar una posible "herencia pública universal", una dotación económica que todos los jóvenes del país recibirían alcanzada cierta edad y que podría destinarse a adquirir la primera vivienda, crear un negocio o completar la formación. La idea, admite el Ejecutivo, puede sonar utópica, pero es posible que en las próximas décadas se haga realidad en algunos países y España debería "explorar esta posibilidad" teniendo en cuenta los niveles de desigualdad.

Evitar la despoblación

El texto precisa que en la actualidad el 80 % de la población española vive en ciudades y advierte de que si no se pone remedio, se estima que, en 2050, lo haga el 88 % de los ciudadanos y que la España rural perderá casi la mitad de sus habitantes. No obstante, el Gobierno considera que el escenario puede evitarse si se implementan las políticas adecuadas y se aprovechan bien "megatendencias como la digitalización y la transición ecológica" para hacer las ciudades del futuro más saludables, cohesionadas y sostenibles que las de ahora.

Según el documento, para promover un desarrollo territorial más igualitario, propone "equilibrar" la presencia de organismos públicos del Estado en el territorio, sin que ello suponga la generación de duplicidades, así como mejorar y aumentar la diversificación productiva y las oportunidades económicas y laborales de los municipios de menor tamaño. El documento también propone aumentar la rehabilitación de viviendas hasta 1,2 millones al año, mejorando su consumo energético, así como garantizar de forma efectiva el acceso a una vivienda digna, reduciendo el esfuerzo económico.

Fuentes alternativas de abastecimiento de agua

El Gobierno estima que la España de 2050 será "más cálida, árida e imprevisible" que la actual con sequías que afectarán a más del 70 % del territorio a las que se sumarán incendios e inundaciones "más frecuentes y destructivos" y con una temperatura y nivel del mar más elevadas que provocarán daños severos en sectores "clave" como la agricultura o el turismo.

Por ello, en su planteamiento, el Gobierno adelanta que en materia de agua habrá que desarrollar fuentes alternativas de abastecimiento, como la reutilización o desalinización a partir de energía renovable; reducir las pérdidas que se producen en la red de saneamiento y suministro; y garantizar unos elevados estándares de la calidad del agua.

Además, alerta de que esta menor disponibilidad de agua provocará la transformación de los ecosistemas, alterará paisajes, y que en 2050 aumentarán las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, y el área con alto riesgo de desertificación se incrementará considerablemente. Todo ello, añade, repercutirá en la salud de manera "severa" ya que el aumento de las temperaturas y las olas de calor causarán la muerte de 20.000 personas al año en 2050.

Objetivos para 2050

  • Aumentar la recaudación fiscal hasta el 43 % en 2050, ocho puntos más que ahora
  • Situar la tasa de empleo en el 80 % en 2050 y la del desempleo en el 7 %
  • Reducir el paro juvenil hasta el 14 %, desde el 40 % actual
  • Elevar la tasa de empleo femenina hasta el 82 % para equipararla a la de los hombres antes de 2050
  • Situar la brecha salarial de género en el 0 % en 2050
  • Reducir el número de horas trabajadas a la semana hasta situarlas en los niveles europeos: 35 horas en 2050
  • Reducir la población en riesgo de pobreza del 22 % al 10 % en 2050