Los forenses declaran en el juicio contra el Rey del cachopo: El asesino de Heidi Paz "sabía seccionar"
- Aseguran que el torso estaba "muy deteriorado" y que se le había quitado un trozo de piel para "quitar algo identificativo"
- Según los peritos, el Rey del cachopo no presenta enfermedad mental ni trastorno de personalidad
Dos forenses que practicaron la autopsia al torso que se cree que pertenece a Heidi Paz, y por cuya muerte se juzga a César Román, el llamado 'Rey del cachopo', en la Audiencia Provincial de Madrid han explicado este lunes que la persona que lo seccionó sabía cómo hacerlo y quitó un trozo de piel a la altura del ombligo para dificultar su identificación. También han explicado que no pudieron determinar la raza del cadáver por el estado deteriorado en el que se encontraba.
Este lunes se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid la undécima sesión del juicio con jurado con los testimonios de forenses, expertos en Toxicología, psicólogos y policías. El empresario se enfrenta a una petición fiscal de quince años de cárcel por un delito de homicidio y otro de profanación de cadáver, mientras la familia lo eleva a veinticinco años de prisión.
Los primeros en comparecer este lunes han sido los dos forenses que practicaron la autopsia al tronco encontrado el 13 de agosto de 2018 en una nave de Madrid y a los que se les ha preguntado fundamentalmente sobre la causa de la muerte, la raza del cadáver y si ese tenía marcas de cesárea, ya que son puntos de controversia en el juicio.
El acusado sostuvo en su declaración durante el juicio que el torso que se halló en una maleta en una nave que él tenía alquilada no podía ser de Heidi Paz porque inicialmente la Policía dijo que era de una mujer caucásica que no había tenido hijos, mientras que Heidi era mulata y tenía dos hijos, al menos uno de ellos por cesárea.
Seccionado "limpiamente"
Estos dos forenses han explicado que las partes que faltaban, cabeza, extremidades y senos, habían sido seccionadas "limpiamente" y tras el fallecimiento. A su juicio, esos cortes eran "absolutamente regulares" y bien delimitados en las articulaciones, lo que "exige un conocimiento", y han detallado que debieron ser hechos con un cuchillo de hoja larga, y no con sierra, dado que no había marcas dentales.
Los investigadores localizaron al lado de la maleta un cuchillo con restos de sosa cáustica y otro en el local del Rey del cachopo situado en la calle Caunedo. Ambos cuchillos han sido exhibidos a los forenses, quienes han señalado que se podrían haber usado para desmembrar a la víctima aunque han señalado que lo podría haber hecho con uno más robusto.
Sobre si el cuerpo presentaba alguna marca de cesárea, los forenses han explicado que en la zona del vientre la piel estaba muy alterada, con grandes cambios de coloración, y no vieron cicatriz de cesárea pero sí que faltaba piel en esa zona, lo que les hizo pensar "que era un corte hecho para quitar algo identificativo". No pudieron determinar si el cuerpo era de una persona que había dado a luz dado su estado.
"Es un corte para quitar algo. No es una lesión hecha en vida. Es retirada de parte superficial y está perfectamente marcada y delimitada", ha detallado.
Además, los dos forenses han señalado que cómo encontraron el tronco "muy deteriorado" por la sosa cáustica, sin cabeza, ni extremidades, por lo que no pudieron determinar la causa de la muerte, ni la fecha exacta de la misma. Tampoco pudieron determinar la raza precisamente por el estado del torso y porque necesitarían tener todo el cuerpo y otros datos antropológicos. Por eso, han explicado, se limitaron a reseñar que el tronco de era de una persona "de piel blanca-morena".
El tronco coincide con Heidi Paz al 99,99%
También han declarado este lunes las responsables de los informes de ADN, quienes han confirmado al jurado que el tronco investigado es de Heidi Paz porque coincide al 99,99% con el ADN el de su madre, y que el ADN de César Román estaba en la maleta en la que se encontró el cadáver y en dos botes de sosa cáustica.
Las responsables del informe de ADN, una de ellas agente de Policía Científica y la otra titulada superior en Actividades Técnicas y Profesionales, han reiterado sus conclusiones a preguntas de todas las partes, especialmente de la defensa del procesado, que ha insistido en cómo se ha calculado ese resultado y en sí se puede afirmar taxativamente que en el cadáver es de Heidi Paz, sin ninguna duda.
Tras relatar todas las muestras que les llegaron al laboratorio desde la nave en la que apareció el cadáver y el piso en el que vivía César Román, han precisado que el análisis de las pruebas indubitadas (de las que no cabe duda) obtenidas del tronco y de la madre de Heidi Paz se concluye que "son compatibles en todos los marcadores menos en uno", que es una mutación genética que se valoró.
La prueba arrojó una compatibilidad del 99,9985% entre ambas mujeres, siendo "aproximadamente cinco millones de veces más probable" que Gloria y Heidi fueran madre e hija en comparación con la coincidencia que arrojaría la comparación con otra persona.
Han relatado que una vez que se detuvo a César Román se compobó que su ADN estaba en las asas y la tapa de la maleta en la que se encontró el tronco atribuido a Heidi y en la tapa de dos botes de sosa cáustica que había en esa nave.
Los peritos no ven en el Rey del cachopo ningún rasgo de trastorno psíquico
Dos médicos forenses adscritos a los juzgados de Violencia de Género han asegurado que César Román no presenta ningún rasgo o síntoma de trastorno psíquico que le impida distinguir el bien del mal.
En el test de personalidad que los dos médicos forenses le realizaron y que constó de 240 preguntas se llegó a la conclusión de que ningún trastorno psiquiátrico condicionó la conducta del Rey del cachopo. "Vimos que era una persona normal", han zanjado. Más prolija ha sido la declaración de las psicólogas del gabinete al que la defensa de César Román encargó en su día para ver si era un psicópata.
Según la psicóloga, César Román presenta "una personalidad compleja sin trastorno, con rasgos narcisistas, dependiente y paranoide". "Es una persona muy sociable. Quiere caer bien y gustar. Cuando gusta, se siente satisfecho. Es un animal social. No tiene rasgos psicomáticos. Es arrogante y manipula, con ausencia de empatía en relaciones personales. Usa el engaño y la impulsividad y es habilidoso en el manejo de habilidades sociales", ha descrito.
De igual modo, ha destacado que no es una persona agresiva y que puede ser que su ira la descargue por la impulsividad que tiene, pero no sobre terceros ni animales en alusión a las acusaciones de una de sus exparejas de que ejercía maltrato a sus mascotas.
El Rey del cachopo tiene una historia familiar de desafecto y desapego, con "carencias" afectivas desde edad muy temprana, sin la presencia de su padres y con sus abuelos maternos haciéndose cargo de él.