Contagiados después de vacunarse: "Que nadie baje la guardia"
- Los expertos piden cautela a la hora de levantar medidas hasta que el 70 % de la población esté vacunada
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"Mi padre tiene 84 años y mi madre 81. Se vacunaron contra el coronavirus hace mes y medio aproximadamente. Habían sido muy cautelosos durante este año y lo siguieron siendo. La diferencia es que salían más. Cogían autobuses, iban al supermercado. Lo hacían protegidos, siempre con mascarilla, pero más tranquilos, porque estaban vacunados. Hace 15 días mi padre empezó con una tos por las noches muy profunda. No era tos seca y ni se me pasó por la cabeza que pudiera ser COVID".
Pero la prueba positiva lo confirmaba: fue COVID. Laura de Madariaga nos cuenta la experiencia de su familia estas últimas dos semanas, mientras continúa confinada, a la espera de sus resultados y los de su madre. "Se lo estoy diciendo a todos mis amigos, por sus padres. Que nadie baje la guardia", ruega. "Creo que gracias a que están vacunados ha sido más leve, pero con esa tos tan profunda y agarrada, no sé qué hubiera pasado. La vacuna les ha protegido".
La ciencia avala esa afirmación; las vacunas son eficaces para prevenir una enfermedad grave por COVID-19. Pero todavía no están todas las dudas resultas en lo que a la prevención de contagios se refiere. Matilde Cañelles, inmunóloga e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en declaraciones a RTVE.es, advierte: "Tenemos que seguir tomando medidas". Al menos, hasta que se alcance la inmunidad de grupo.
Uno de cada diez vacunados puede infectarse
Por casos como el del padre de Laura, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, pedía este lunes a la población vacunada que no se relaje con el cumplimiento de las medidas de prevención, como el uso de mascarillas, distancia física e higiene de manos, hasta que más personas estén inmunizadas y las incidencias del virus sean más bajas.
“Simón: “Hay riesgos que no eliminaremos hasta que no tengamos más población vacunada"“
"Vacunarse no implica estar inmunizado al 100%. Las vacunas que estamos utilizando tienen aproximadamente una eficacia de un 90 %, lo que quiere decir que 1 de cada 10 vacunados todavía puede infectarse", explicó durante la rueda de prensa para dar cuenta de la situación de la pandemia. “Hay ciertos riesgos que no podemos eliminar todavía hasta que no tengamos poblaciones vacunadas superiores a las que tenemos”.
Los datos de efectividad a los que se refería Simón emanan de los ensayos clínicos realizados por las farmacéuticas al desarrollar sus preparados, porque para conocer más sobre la utilidad de las vacunas a la hora de prevenir o reducir los contagios no siempre podemos extrapolar lo ocurrido en países con coberturas más amplias.
Pfizer previene muchos contagios, ¿el resto?
"En Israel se ha vacunado casi exclusivamente con la vacuna de Pfizer. Y en Estados Unidos, sobre todo, con Pfizer y Moderna, las dos de ARNm. En los dos sitios, han encontrado que las personas vacunadas parece que no transmiten el virus o lo transmiten muy poco. Por eso, en esos países se están empezando a relajar bastante las medidas. El problema de España, y de Europa en general, es que se están poniendo muchos tipos de vacunas distintas. Y de la mayoría no sabemos demasiado", explica la inmunóloga Matilde Cañelles.
Así, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos registraron 9.245 contagios entre 95 millones de personas protegidas con la pauta completa, esto es, un 0,009 %, con datos del 26 de abril en un país que ha empleado los productos de Pfizer, Moderna y, en menor medida, Janssen. Igualmente, han registrado 0,001 % de hospitalizaciones por COVID-19 entre los 123 millones de personas vacunadas hasta el 17 de mayo. Es decir, apenas 1.950 pacientes, que tenían en su mayoría de 65 años en adelante.
Estados Unidos no está realizando pruebas sistemáticamente a la población, por lo que se han podido detectar solo las infecciones más evidentes, mientras se pierden por el camino otras leves o asintomáticas. Pero los estadounidenses sí cuentan con los datos israelíes para guiar decisiones como la relajación de mascarillas, nos cuenta Cañelles.
"En Israel, llegaron a un acuerdo con Pfizer. Les daban las dosis necesarias de vacunas y ellos harían un seguimiento muy importante de todo, incluyendo hacer test a las personas que habían sido vacunadas, independientemente de si tenían síntomas o no. La información que se ha sacado es muy valiosa, pero solo para la vacuna de Pfizer", prosigue la investigadora. "Aquí, como estamos vacunando con todas las vacunas, es un poquito más complicado, no podemos tomar las mismas medidas que están tomando en Estados Unidos y en Israel".
Infecciones más leves, menos contagiosas
El abuelo de Gemma del Caño, de 94 años, fue otro de esos casos leves, casi asintomático. Unos días después de recibir la segunda dosis, resultó positivo en un control rutinario en la residencia en la que vive junto a su mujer. "Si no, ni se habría enterado", nos cuenta la nieta, que celebra que pasara la infección con un poco de tos y sin fiebre. "Mi abuela ni siquiera lo cogió estando en la misma habitación".
A este respecto, la investigadora del CSIC confirma que hasta ahora "sí se ha encontrado una correlación importante entre la carga viral y cómo de severa es la enfermedad", pero advierte: no siempre es así. "Tenemos casos de supercontagiadores que muchas veces ni se han enterado y han contagiado a un montón de gente", apunta.
Otra de los mecanismos que podría impedir el contagio es la llamada inmunidad de mucosa, "buenas noticias", que se están empezando a confirmar también para el antídoto de Pfizer. "Es la inmunidad que tenemos en todas las zonas de entrada de un virus respiratorio", elabora Cañelles. "Eso quiere decir que la persona no va a transmitir casi, porque matará el virus según entra". No obstante, no puede presumirse que ocurra con todas las vacunas, al menos, con las de vector vírico, Janssen y AstraZeneca.
Es necesario mantener las medidas hasta la inmunidad de grupo
Otro estudio reciente, llevado a cabo por la Agencia de Salud Pública de Reino Unido, ha apuntado que la probabilidad de transmisión dentro de los hogares es de un 40 % a un 50 % menor con las vacunas de Pfizer y, esta vez, también AstraZeneca. "Supone un importante beneficio para los contactos cercanos", concluye el estudio británico, que aún no ha sido revisado por pares, sobre una muestra de más de 300.000 familias y casi un millón y medio de personas.
En cualquier caso, uno de los aciertos de las autoridades británicas ha sido mantener las restricciones mientras se ampliaba la inmunización de la sociedad. En la revista Nature, el virólogo Stephen Griffin, de la Universidad de Leeds, subrayó: "La gente es teóricamente vulnerable entre la primera y la segunda inyección (...) Lo que ha funcionado en el Reino Unido es mantener las restricciones al mismo tiempo que se vacuna".
En esto coincide Matilde Cañelles, que pide cautela a la hora de levantar medidas antes de que entre el 70 % y el 80 % de la población esté inmunizada. "La pandemia se acabará por el efecto de escudo, cuando ya esté mucha parte de la población vacunada, porque el virus lo tendrá mucho más difícil para pasar de una persona a otra", afirma. Y con ese pronóstico, avanza: "Las medidas se podrán relajar en determinados contextos y circunstancias, pero con mucho cuidado. Creo que las decisiones importantes se podrán tomar ya al final del verano".