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Día de la Higiene menstrual

El permiso menstrual en el trabajo, a debate: ¿un avance o un retroceso para la mujer?

  • Relegada al ostracismo social, la menstruación influye una semana al mes en diferentes aspectos de la vida de las mujeres
  • El Ayuntamiento de Girona prevé aprobar un permiso menstrual recuperable para sus trabajadoras
  • ¿Perspectiva de género o sesgo? Abrimos el debate con trabajadoras, activistas, sindicalistas, empresarias o filósofas

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Planeando el ciclo menstrual
Planeando el ciclo menstrual

La menstruación ha cargado con la mochila de ser sucia, oler mal y tener que pasar inadvertida, pero cada vez rompe más tabúes y se vuelve más visible, e incluso pretende adentrarse hasta en la esfera laboral. Lo hace gracias a trabajadoras, activistas, sindicalistas, empresarias o filósofas que no entienden cómo algo que le afecta a la mitad de la población una vez al mes –supone alrededor de 2.000 días de la vida de una mujer– puede seguir relegado a la intimidad. Sobre todo, si es algo fisiológico que, en algunos casos, es totalmente invalidante. Para ellas es hora de poner el debate sobre la mesa: ¿un permiso menstrual es posible en España?

Cíclicas, para lo bueno y para lo malo

La sangre menstrual contiene células madre en mayor cantidad incluso que las que se extraerían de la médula ósea. Lo aseguraba allá por 2008 una investigación de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad de Pittsburgh. Es un dato que no se ha generalizado, como todo lo relacionado con la regla. Lo advierte la activista menstrual y fundadora del proyecto de menstruación sostenible, Cyclo, Paloma Alma: "Nunca se ha visto en positivo. Estamos tan acostumbradas a tirar la sangre a la basura que durante muchos años de investigación científica nadie se ha parado a analizar su contenido".

Una de las puntas de lanza de la trayectoria de esta empresaria haciendo pedagogía sobre el ciclo es precisamente ese, que cada fase tiene unas características especiales a las que se les puede sacar partido incluso laboralmente. "Hay días en los que serás más previsora, estarás más inspirada o serás más eficiente, por eso hay que adaptar nuestra vida, nuestro trabajo, a nuestro cuerpo, y no al revés", dice Alma.

Esos son los factores positivos, pero también los hay negativos. Cerca del 75 % de las mujeres ha tenido en algún momento un periodo menstrual que ha sido tan doloroso que no le ha permitido seguir con sus actividades y dos de cada diez mujeres tienen un dolor incapacitante derivado de la endometriosis, que puede llegar hasta el 30 % en aquellas que están en edad reproductiva, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Los médicos tenemos que estar concienciados. No debemos olvidar que hay que comenzar a hacer pruebas en fases tempranas

Esta dolencia, donde un tejido que recubre el útero se extiende fuera del mismo -para la que no existe tratamiento causal-, tarda en diagnosticarse hasta una década. El doctor Lorenzo Armenteros del Olmo, responsable del Grupo de Trabajo de Salud de la SEMG, hace autocrítica: "Los médicos tenemos que estar concienciados. No debemos olvidar que hay que comenzar a hacer pruebas en fases tempranas. Se da por hecho que el dolor menstrual es algo tan innato que se van dejando pasar los años y se va tratando sin investigar".

El Trastorno Disfórico Premenstrual, catalogado como una enfermedad mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que conlleva depresión, fatiga o ansiedad, se une a la lista de problemas de la menstruación. Más allá de las patologías, que se podrían encuadrar en una baja médica en caso de ser reconocidas, son muchos los dolores, malestares e incomodidades que sufren las mujeres durante sus sangrados o incluso antes: el 80 % de ellas han padecido el síndrome premenstrual. Para dar respuesta a esta realidad, el Ayuntamiento de Girona, si se cumplen las previsiones, tendrá, a partir de este verano, un permiso para que las trabajadoras que lo requieran puedan ausentarse hasta ocho horas al mes durante su periodo. Eso sí, deberán recuperarlas "de forma flexible" durante los siguientes tres meses.

"Estimamos que podría entrar en julio o en agosto en vigor", dice Bernat Pèlach, delegado de Intersindical-CSC en el consistorio de Girona, organización que ha promovido la licencia. "Cuando pactamos este permiso quedamos en hacer una revisión anual para ver cómo evoluciona. La idea es que la gente que hasta ahora se cogía algún día de vacaciones o asunto propio por este tema, ya no lo tenga que hacer y no se vea perjudicada", añade poniendo el caso de una empleada a la que "todos los meses veían pasarlo mal".

Su compañera y trabajadora del Ayuntamiento, Silvia Ruiz, completa el escenario que se ha abierto: "Hemos tenido muchas críticas, sobre todo por parte de hombres, que nos han dicho que también quieren la medida para ellos. En cuanto a las mujeres, todas me han dicho lo mismo que pienso yo: 'que no tienen pensado usar el permiso salvo que se encuentren muy mal'. Al menos sabemos que la posibilidad está ahí". Al ser horas retornables ambos creen que "no hay ninguna forma de aprovecharse ya que a nadie le gusta recuperar horas" y que simplemente es un primer paso que mejorará sus condiciones laborales.

Una política menstrual que derive en los permisos menstruales

No hay ningún país europeo con un permiso similar. Desde el sindicato también nos atiende Esther Rocabayera, secretaria nacional de Igualdad, que confiesa que la intención es ser más ambiciosas: "Este es un gran paso, pero hay que ir más allá, hacia el permiso retribuido". En Europa, Italia ya se enfrascó en un debate similar que no llegó a ningún lado. Lo mismo pasó en Chile, en Latinoamérica. Si ampliamos el foco al mundo entero despunta Japón, cuya ley laboral cuenta con una licencia parecida desde 1947. Aunque se pone recurrentemente de ejemplo cuando se trata este tema, lo cierto es que no es algo tan extendido. Así lo confirman varias trabajadoras en el país nipón que cuentan a RTVE.es que o no han oído hablar de él a pesar de llevar años trabajando allí o lo han escuchado, pero no consideran que sea algo que se utilice recurrentemente.

El ciclo no es una parte aislada de la mujer, tiene reflejo en todos los aspectos

"Si una empleada no se encuentra bien, por ejemplo, puede asistir a la reunión y ausentarse después, o puede teletrabajar y ya recuperará las horas, pero estar incómoda en el sitio de trabajo no es la solución", dice Alma, antes de reconocer que el problema es que "no terminamos de entender que nuestro ciclo no es una parte aislada de la mujer sino que tiene un eco o un reflejo en todos los aspectos".

Sin un marco normativo oficial impuesto, la flexibilidad horaria en los periodos menstruales es algo que también práctica Sara Wener, una de las fundadoras de la empresa de cosmética natural Cocunat: "A veces no hay que esperar a que se nos imponga algo para ir haciendo cosas Trabajar teniendo dolores recurrentes no es solo la cuestión a evitar según el sindicato: "Hay gente que puede padecer grandes hemorragias y estar de pie trabajando o gente que está en turnos que no puede ir al baño y esto es lo que queremos visibilizar", apunta Rocabayera.

El Ayuntamiento de Girona dará un permiso menstrual a sus trabajadoras

Tras la propuesta de Girona la polémica se ha abierto. "Que haya suscitado tanto debate indica que todavía queda mucho camino. Solo queremos que cuides tu salud y que se reconozca que es un proceso fisiólogo que como solo afecta a las mujeres está invisibilizado", continúa la sindicalista a la que se suma su compañero Bernat: "Esta medida es la punta para empezar a avanzar. Hace falta un debate en la sociedad para que sea esta la que apriete a la clase política". Por la pedagogía y la autoeducación también apuesta Alma que asegura que "hay que trabajar en políticas menstruales para que todo se entienda" y que "antes de legislar hay que educar".

Debilidad, discriminación o naturalidad

Lo que sigue son comentarios que ha recibido en sus redes sociales la ilustradora e historietista Raquel Corcoles, más conocida por su pseudónimo Moderna de Pueblo. A raíz de la propuesta de Girona, la artista se animó a hacer una encuesta entre su millón y medio de seguidoras basándola en su trabajo previo: "El 99% de las mujeres que votaron que sí querrían que su empresa les proporcionara un permiso menstrual, tenían dudas de que se nos viera como débiles y que esto aún supusiera más pegas a la hora de ser contratadas".

Corcoles, que centra la cuestión fuera de los dolores derivados de la endometriosis o cualquier otra irregularidad en la mentruación, ya que "no se está pidiendo una baja laboral sino que haya ciertas medidas que se adapten a nuestra realidad”, confiesa que recibió muchísimos mensajes de profesoras y médicas contándome lo difícil que era mantener una profesión de tanta exigencia física y llevarlo en silencio. Operar mientras te resbala la sangre por la pierna sin poder salir del quirófano a cambiarte, es solo un ejemplo de muchas situaciones que no se tienen en cuenta".

Momentos incómodos que se ha dado cuenta que ella no tiene que afrontar al trabajar en su casa. Algo que no deja de ser un privilegio, reconoce, porque puede organizar sus horas de trabajo teniendo en cuenta su menstruación: "Poder descansar más esos días me generaba menos estrés y poder adaptar mi productividad a mi ciclo mejoró mucho mis condiciones laborales".

Están quienes estiman que el permiso podría ser un avance en la perspectiva de género en la Administración y las personas que creen que este instrumento podría introducir un nuevo sesgo de género en las contrataciones como ha ocurrido con la maternidad y, por tanto, caer de nuevo en la discriminación. A esto último se une el miedo del doctor Armenteros: "Tiene el riesgo de que se pueda reducir la investigación médica. No puede ser que la mujer se vaya a casa y se ponga en un sofá acurrucada. El interés es que se la diagnostique y se investigue para que esa mujer tenga herramientas para vencer esos dolores".

Sobre una posible discriminación laboral la respuesta de la filósofa, ensayista y sociología de la maternidad y la crianza, Carolina del Olmo, es introducir otro parámetro en el debate: el de la humanización del trabajo. "No tengo ni idea cómo deberían ir estos permisos porque sí que es cierto que si empiezas a ponerlos de forma específica para las mujeres estás deteriorando su competitividad en el mercado laboral. Lo que sí sé, es que no podemos seguir fingiendo que las mujeres y los hombres somos trabajadores exactamente idénticos, porque empeñarte en fingir que todo es igual lo único que hace es fastidiar a los más flojos, y en este mercado laboral las más flojas somos nosotras", reconoce. Por ello, aboga por ir modificando y humanizando las condiciones y el mercado en su totalidad para que se entienda que somos algo más.

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Para Wener la cuestión está más que clara: "Lo que tenemos que conseguir es que este planteamiento se introduzca dentro de las empresas. Somos trabajadoras, pero somos mujeres e igual que tenemos ventajas, también hay otros hándicaps. Como empresaria veo que es hora de que los empresarios cambien esa mentalidad y confíen en sus trabajadores. La baja no tiene el problema, lo tiene el empresario o sus equipos directivos", concluye. Es ahí donde Rocabayera ve la mayor dificultad de la propuesta de su sindicato: "Sabemos que no es lo mismo introducirlo en el sector público, donde hay un margen para poder garantizar la seguridad de nuestra salud sin que peligre nuestro trabajo, pero esto en el sector privado puede comportar despidos". Lo que es cierto, cree, es que "si le ocurriera a los hombres ya se habría abordado socialmente".

El permiso no tiene el problema, lo tiene el empresario

Tanto la responsable de Cocunat como la sindicalista coinciden en recalcar que "los derechos deberían dar derechos y no penalizaciones como pasa con la baja maternal". Rocabayera puntualiza: "Las mujeres siempre estamos discriminadas en el ámbito de la contratación por lo que esto es una dicotomía falsa, no avanzaremos en derechos si siempre tenemos miedo a que nos discriminen. Tenemos una brecha salarial brutal Lo que tenemos que hacer es fomentar que se establezca y que los gobiernos pongan medidas para que no se permitan las desigualdades".

Permiso recuperable, horario flexible, un día retribuido y sin justificar al mes o tres días de teletrabajo a demanda independientemente de si eres mujer o no. Quizá no sean medidas perfectas ni definitivas, pero lo que está claro es que parece que ha llegado el momento de abordar una cuestión acallada hasta ahora: que la mitad de la población mundial sangra 200 centímetros cúbicos de media una vez al mes (según una investigación de las ginecólogas Enriqueta Barranco y Olga Ocón en la Universidad de Granada), y eso, irremediablemente, influye en la vida y, por tanto, en el trabajo de las mujeres.