Zbanik, directora de cine bosnia: "La guerra continúa con las mismas intenciones, pero con armas diversas"
- Informe Semanal entrevista a la cineasta por su película Quo Vadis, Aida?, que relata la matanza de Srebrenica
- Ahora se cumplen 30 años de la descomposición violenta de la antigua Yugoslavia
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Jasmila Zbanic (Yásmila Sbanich), agotaba su adolescencia en la última década del siglo pasado, es decir, hace 30 años. Los mismos años han pasado desde que se produjo la descomposición violenta de la ex Yugoslavia que ella misma vivió y le marcó para el resto de su vida. "Cuando era una joven de 20 años fui testigo del momento en el que Srebrenica fue tomada por el ejército serbio. Para mí fue horrible porque era una traición de las Naciones Unidas, una traición de Europa, una traición del mundo. De repente dejas de creer en todo lo que te enseñaron en la escuela. En los medios de comunicación, sobre que los derechos humanos son importantes, en las promesas, y en el peso de la ley. Te das cuenta de que lo único que importa es la violencia", cuenta en una entrevista para Informe Semanal.
“Es muy interesante políticamente, la historia de cómo pudo darse esa traición, pero opté por verlo todo a través de una persona“
"Desde ese momento me obsesioné con la historia de Srebrenica porque nos dice tanto a nosotros hoy en día. Hace cinco años decidí hacer una película y me planteé qué ángulo iba a mostrar, porque es muy interesante políticamente, la historia de cómo pudo darse esa traición, pero opté por verlo todo a través de una persona", cuenta sobre su protagonista, Aida, es una profesora de instituto que acaba siendo traductora del batallón holandés de UNPROFOR en la ciudad que los romanos bautizaron como Argentaria por sus minas de plata, Srebrenica. Las UNPROFOR eran la primera fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Croacia y Bosnia Herzegovina durante las guerras de Yugoslavia. Y a través de ella, Aida, vemos y vivimos la tragedia de la guerra.
Quo Vadis, Aida? Una película redonda
Esta directora de cine, ha revivido el pasaje más cruel de la denominada Guerra de Bosnia, que tuvo lugar entre abril 1992 y noviembre 1995, en su última película Quo vadis, Aida?, candidata a los Óscar como película extranjera, y celebrada en todos los festivales internacionales de cine a los que ha asistido.
La matanza de Srebrenica, entre el 11 y el 15 de julio de 1995, sigue siendo una herida abierta difícil de restañar. Fue la mayor matanza de civiles desde la II Guerra Mundial en Europa, a pesar de haber sido declarada zona segura bajo protección ONU, junto con Gorazde y Zepa.
En aquellos días, más de 8.000 hombres, jóvenes, niños, fueron asesinados a sangre fría a manos de las tropas separatistas serbias de Bosnia, dependientes en última instancia de las autoridades de Belgrado. Al mando del general Ratko ("guerra", en la lengua serbo-croata), Mladic. Su asociado político, el civil Radovan Karadzic, acabaría con él en el tribunal de La Haya.
La película, a pesar del genocidio que narra, es delicada y acaba con un tono de esperanza. El que imprimen las madres, esposas, hijas, sobrinas, nietas, primas, de aquellos hombres cuyos restos, en algunos casos, fueron enterrados y volvieron a sepultar hasta 11 veces, para borrar las trazas de los asesinos. Los aviones espías norteamericanos que sobrevolaron Bosnia-Herzegovina durante toda la guerra sirvieron las pruebas definitivas en los tribunales de justicia y los cascos azules holandeses han sido centro de críticas desde entonces.
Ahora circularían por Bruselas documentos que corroborarían el trazado de nuevas fronteras siguiendo la pauta de aquella guerra tan desigual, según las líneas de la limpieza étnica ratificada por las armas durante cuatro años. El epítome de todo lo que no debe ser la Unión Europea, una amalgama de nacionalidades y etnias como, en pequeño y simbólicamente, encarna la misma Bosnia-Herzegovina.
“La guerra continúa con las mismas intenciones pero con armas diversas“
"La guerra continúa con las mismas intenciones, pero con armas diversas. Las armas de hoy son Non-Papers y decisiones políticas. Si la Unión Europea está de acuerdo con cambiar las fronteras de Bosnia, significa que forma parte de un movimiento anti-musulmán que es absolutamente fascista y creo que sería terrible para Europa. Terrible. Les estallaría en la cara como un boomerang", confiesa Zbanic.