La primera nave de carga con provisiones para la estación espacial china se acopla con éxito al módulo central
- La misión duró unas ocho horas en total, ya que la nave de carga Tianzhou-2 había despegado este sábado a las 20.55 hora local
- El ambicioso programa espacial chino tiene previstos una decena de lanzamientos de este tipo entre 2021 y 2022
La primera nave de carga con provisiones y combustible para la estación espacial china se ha acoplado con éxito este domingo al módulo central de esta, ha informado la Agencia Espacial de Misiones Tripuladas (AEMT) de China.
La AEMT detalló que el acoplamiento se produjo a las 05.01 hora local de este domingo (21.01 hora GMT de este sábado).
La misión duró unas ocho horas en total, ya que la nave de carga Tianzhou-2 había despegado este sábado a las 20.55 hora local (12.55 hora GMT) desde la base espacial de Wenchang, en la provincial meridional de Hainan.
A bordo, la nave Tianzhou-2 lleva provisiones para los astronautas, trajes espaciales para salidas de la estación, equipamiento para esta y combustible, entre otros materiales.
El pasado 29 de abril, China (Tianhe: "Armonía celestial") de su estación espacial (Tiangong: "Palacio celestial").
Una decena de lanzamientos de este tipo entre 2021 y 2022
El ambicioso programa espacial chino tiene previstos una decena de lanzamientos de este tipo entre 2021 y 2022, a fin de completar la construcción del Tiangong antes del comienzo de 2023.
Según la agencia estatal de noticias Xinhua, la estación espacial orbitará la Tierra a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, y está diseñada para durar unos 10 años, aunque expertos citados por la agencia confían en que con el mantenimiento adecuado pueda aguantar más de 15 años.
La Tiangong tendrá forma de "T", y el Tianhe se ubicará en el centro, con módulos laboratorio a cada lado.
En los últimos años, el programa espacial chino ha conseguido alunizar la sonda Chang'e 4 en la cara oculta de la Luna -primera vez que se logra- y a mediados de este mes, llegar por primera vez a Marte, convirtiéndose en el tercer país -tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética- en amartizar.