Del hijo único con Deng Xiaoping al fomento de la natalidad: así han cambiado las políticas demográficas en China
- Deng Xiaoping introdujo en 1979 la política del hijo único para ayudar al desarrollo económico
- En 2015 se permitió tener dos hijos, pero la tendencia al envejecimiento de la población no se ha revertido
China ha anunciado este lunes que permitirá a las parejas casadas tener un tercer hijo, un cambio enorme en el país más poblado del mundo y donde el control demográfico ha formado parte de la agenda de los gobiernos desde que en 1979 instituyó la política del "hijo único".
El temor a un crecimiento poblacional inasumible ha dejado paso a la preocupación por una baja natalidad y el envejecimiento de la población, detectado por el último censo, que ha llevado al gobierno a establecer esta nueva política.
Freno al crecimiento imparable de los 60
Tras la creación de la República Popular China y durante el tiempo de Mao Zedong (1949-1976), descendió la mortalidad infantil y aumentó la esperanza de vida. La población casi se duplicó entre 1949 y 1976, y se acercaba a los 1.000 millones en 1979.
Ya en tiempos de Mao existía entre los gobernantes el temor a una crisis por superpoblación en un país aún abrumadoramente rural y agrario. La llegada de Deng Xiaoping al poder supuso un plan de industrialización del país con una progresiva liberalización de la economía.
Deng decretó en 1979 la política del hijo único. La medida de un solo hijo por familia se pretendía cumplir mediante incentivos económicos y ventajas para quienes cumplían y sanciones y multas para quienes no obedecían. A comienzos de los '80, incluso abortos y esterilizaciones forzosas.
Tan solo algunas minorías étnicas o aquellos padres cuyo primer hijo fuera discapacitado podían tener más de un hijo.
Desequilibrio por sexos
Quienes tenían más dinero podían pagar las multas, pero para las clases menos favorecidas la política del hijo único se tradujo en abortos clandestinos, abadono de hijos o incluso asesinatos de neonatos.
Las principales víctimas eran niñas. En una sociedad tradicionalmente machista, si solo se podía tener un hijo se prefería al varón. El resultado ha sido un desequilibrio de la población por sexo, y una sociedad con más hombres que mujeres (más de 51,2% de hombres según el último censo).
Ante esta perspectiva, las autoridades introdujeron algunas modificaciones. En los '80 se autorizó a las familias de zonas rurales a tener un segundo hijo si el primero era una niña; y a partir de 2013, se permitió para todas aquellas parejas en las que al menos uno de los progenitores fuese hijo único.
Fin de la política del hijo único
En 2015, China enterró definitivamente la política del hijo único y autorizó sin condiciones un máximo de dos hijos por pareja. Este cambio provocó en 2016 un aumento de nacimientos del 7,9 %, un dato sin precedentes desde principios de siglo. Pero no fue suficiente para revertir las tendencias iniciadas por las políticas anteriores.
La población sigue creciendo (1.411 millones de habitantes en 2020) pero lo hace a un ritmo lento. En la última década, la población china apenas aumentó en 72 millones de habitantes, un 5,38 %, un dato que no tiene precedentes desde que se inició el censo en los cincuenta.
Los mayores de 60 años representan el 18,7% del total de la población y en 2020 nacieron unos 12 millones de niños, la cifra más baja desde los sesenta. La tasa de fertilidad por mujer ronda los 1,3 hijos, por debajo del objetivo de 1,8 que se había marcado el gobierno en 2015.