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Factura de la luz

Las cifras del mercado eléctrico: los contratos libres siguen ganando terreno a la tarifa regulada

  • Los cambios en la factura eléctrica afectan a todos los consumidores, aunque la incertidumbre es mayor en el mercado libre

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La estructura de la tarifa de la luz en España se modifica por completo a partir de este martes, con la introducción de tres precios distintos en función de la franja horaria para todos los consumidores. Si bien las consecuencias sobre la factura a corto plazo serán distintas en función de las circunstancias de cada abonado: desde si ya tenía contratada una tarifa con discriminación horaria hasta si compra la electricidad en el mercado libre o en el regulado, un segmento menguante en los últimos años, en los que cada vez más clientes optan por salir del paraguas de los precios máximos y se aventuran a negociar por su propia cuenta con las compañías eléctricas.

Al cierre de 2020, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), había unos 26,8 millones de consumidores que podían acogerse al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), esto es, a la tarifa que el Gobierno regula en parte para quienes contraten una potencia inferior a 10 kW. De ellos, menos del 40 % -10,7 millones- decidía acogerse a esos precios máximos.

En cambio, los otros 16,1 millones contrataban su electricidad en el mercado libre, lo que supone más del 60 %, cuando hace ocho años la proporción era justamente la inversa. A pesar de que, en general, las tarifas libres son más caras en última instancia que las reguladas: "El mercado libre es mucho más caro", asegura a Datos RTVE el director de Próxima Energía, "de media, hay diferencias del 30 %".

A su juicio, las eléctricas van a seguir ampliando el mercado libre, ya que su valor asciende a "2.000 millones de euros anuales y hay mucha gente que vive de ese margen; no hay comerciales vendiendo PVPC porque no salen las cuentas, pero hay muchísimos comerciales que viven del mercado libre".

Más incertidumbre en el mercado libre

En la actualidad, contando puntos de suministro tanto en mercado libre como en mercado regulado al cierre del segundo trimestre de 2020, tres compañías acaparan el 83 % de todos los clientes: Endesa, con el 34,7 %; Iberdrola, con el 34,1 %; y Naturgy, con el 14,2 %. Y aunque las comercializadoras independientes ganan terreno, tan solo tienen el 8,6 % de los abonados.

Al margen de la cuantía de la factura, la modificación que entra en vigor este martes plantea mayor incertidumbre para los clientes del mercado libre, tal como explica José Luis Sancha, profesor y experto en mercado eléctrico de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Pontificia Comillas: "Hay un gran déficit de información, no sabemos qué van a hacer las comercializadoras eléctricas, ni qué criterio van a usar para trasladar las modificaciones. Se puede dar el caso de que dos clientes que tenían el mismo precio, a partir de ahora tengan un precio distinto".

Parte de esa incertidumbre proviene de que muchos clientes del mercado libre tienen un contrato con discriminación horaria pero, en realidad, pagan un precio fijo, porque las comercializadoras han utilizado el margen que les permitía ese tipo de tarifas para ofrecer ofertas que ahora tendrán que ajustar. Morales, de hecho, anticipa que "van a tener que subir el precio al cliente final".

De ser así, afectaría a buena parte de los consumidores del mercado libre, donde casi el 60 % de los abonados, más de 9,5 millones, estaban acogidos a la discriminación horaria en dos tramos, mientras que el 40 %, otros 6,5 millones, tenían un precio fijo sin importar el horario del consumo.

Buscar las horas llano

Las tendencias son más previsibles entre los clientes del mercado regulado, donde una gran mayoría de casi el 89 %, más de 9,5 millones, no se acogía a la discriminación horaria. Apenas 1,2 millones, el 11 %, tenían precios diferenciados por tramos horarios. En general y con todas las salvedades que merece un mercado con múltiples variables, los primeros verán reducida su factura más de un 3 %, mientras que los segundos sufrirán un aumento que la CNMC cifra en dos euros mensuales.

El experto de la Universidad de Comillas señala, en cualquier caso, que los precios de las horas intermedias de precio serán similares a los actuales, mientras que en las horas punta pueden ser el doble y en las valle, la mitad. "Hay ocho horas llano al día, así que no hay que buscar que la gente ponga la lavadora a las 5:30 de la madrugada, pero sí a las 16:00 de la tarde".


Su recomendación, en este sentido, sería "permanecer unos meses, quizá un año, en el mercado regulado, que ofrece información muy precisa para saber a qué atenerse, porque mucha gente no tiene una idea precisa de cuánto consume en punta o en valle. Con esa referencia, se puede luego comparar ofertas", indica el profesor.

Morales también apunta a una mayor transparencia para que el cliente sepa qué le conviene y subraya un cambio que también se estrena este martes aunque no será obligatorio hasta septiembre: las comercializadoras deberán incluir en la factura un código QR que redirige directamente al comparador de tarifas de la CNMC. "A un golpe de móvil, vas a poder ver lo que estás pagando de más, y eso sí que puede hacer que vuelva mucha gente al PVPC", vaticina.

El precio se dispara en lo que va de año

En cualquier caso, más allá de las modificaciones normativas, buena parte de la tarifa seguirá dependiendo del precio que se fije, cada día y a cada hora, en el mercado mayorista de la electricidad, donde en los últimos meses se advierte un alza notable del coste.

Aunque la composición del precio es variable en función del tipo de consumidor, especialmente en el mercado libre, como referencia sirva que el precio medio del megavatio hora, para los abonados acogidos a tarifas reguladas, se situaba este lunes en 158,5 euros sin discriminación horaria y en 136,78 euros para quienes tenían discriminación horaria.

Es una subida del 73 % respecto al mismo día en 2020 en la tarifa por defecto, que hace un año era de 91,42 euros por MWh, y del 48,04 % en la tarifa con discriminación horaria, que estaba 71,06 euros por MWh. De forma que el precio se asoma ya a los máximos que alcanzó en enero, cuando la borrasca Filomena disparó el coste de la luz.

Un suministro que, además, es insoslayable para los hogares, cada vez más electrificados. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, que depende del Ministerio de Industria, cada hogar español consume "cerca de 4.000 kWh" cada año, sobre todo en electrodomésticos (un 61,8 %). A partir de este martes, hay que volver a echar números con la tarifa eléctrica.