¿Podremos quitarnos la mascarilla en exteriores este verano?
- Numerosas comunidades autónomas se muestran a favor, y se baraja como posible fecha finales de junio o principios de julio
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¿Podremos quitarnos la mascarilla en exteriores este verano? A escasas tres semanas para que comience la temporada estival, el avance de la campaña de vacunación invita al optimismo.
A medida que cada vez son más los inmunizados y baja la incidencia de los contagios de COVID-19, cobra fuerza la posibilidad de que la mascarilla deje de ser obligatoria en exteriores. Castilla-La Mancha ha sido la primera comunidad autónoma en pedirlo formalmente, y otras se han mostrado ya favorables. Incluso Fernando Simón ha señalado que es "factible" que no sea obligatorio para mediados o finales de junio en todo el país.
El debate en las comunidades autónomas ya está abierto, aunque en este sentido, la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado que serán la Comisión de Salud Pública y el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) los que decidan, y no el Gobierno, la posible eliminación del uso obligatorio de las mascarillas en exteriores.
En el ámbito científico, este primer paso hacia la recuperación de la vida prepandémica se ve con buenos ojos, aunque con una cierta cautela. "Creo que esta flexibilización deberá materializarse cuando veamos que las vacunas nos está ayudando a controlar la epidemia. No solamente la enfermedad grave y los fallecimientos, sino también los contagios" expresa a RTVE.es Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), quien recalca, en todo caso, que "es una realidad muy cercana, si sigue avanzando así la vacunación".
Alfredo Corell, catedrático de Inmunología y vicerrector de la Universidad de Valladolid, considera que es factible pensar en que las mascarillas desaparezcan de los espacios exteriores a final de este mes de junio. “Ahí ya tendremos un porcentaje de población vacunada suficiente. También cuando personas vacunadas se junten, podrían empezar también a pensar en quitarse la mascarilla”, ha asegurado en el programa Las mañanas de RNE.
Aunque existe el temor de que el fin del uso de la mascarilla en exteriores puede inducir a una cierta relajación en interiores, Corell cree que si se hace un poco de pedagogía y se explica bien a la población por qué hay que hacer las cosas, se puede conseguir que la gente se quite la mascarilla en el exterior y se conciencie más de su necesidad de mantenerla en el interior.
El catedrático de Inmunología opina que la campaña de vacunación está funcionando muy bien en España y considera que lo importante es seguir teniendo disponibilidad para poner hasta 600.000 inyecciones cada día. “Con las dosis que hay, creo que en agosto estaremos en este nivel de la llamada inmunidad de grupo”, ha dicho en RNE, aunque deja claro que se trata de un porcentaje incierto, ya que factores como la aparición de nuevas variantes pueden hacer que sea mayor de ese 70% calculado para el virus SARS-CoV-2.
70% de población vacunada, ¿en agosto?
El Gobierno español mantiene sus previsiones de inmunizar contra la COVID-19 al 70% de la población española antes de que finalice el verano, lo que supondría unos 33 millones de personas adultas vacunadas. La Comisión Europea adelanta incluso ese plazo y habla de que este porcentaje de ciudadanos comunitarios estarán completamente vacunados antes de que finalice el mes de julio, tal y como ha manifestado su presidenta, Ursula Von der Leyen.
Solo durante este mes de junio, España va a recibir una cifra récord de vacunas de Pfizer, ya que se pasará de 1,7 a 2,7 millones por semana. Sin contar las que lleguen de AstraZeneca y Moderna, también para este mes se esperan 3,9 millones de dosis de Janssen.
Israel, Reino Unido o EE.UU. ya han relajado su uso
La mejoría de la situación epidemiológica, sumada a la llegada del buen tiempo y una mayor vida social al aire libre, podrían hacer que Sanidad y las comunidades autónomas se replanteasen la necesidad de relajar el uso de la mascarilla, igual que ya han hecho países como Israel, Reino Unido o Estados Unidos, cuyas coberturas de vacunación son significativamente más altas que la española.
Estados Unidos, que a pesar de todo está encontrando una fuerte resistencia a las vacunas en una parte importante de su población, ha anunciado que las personas vacunadas contra el coronavirus pueden estar en exteriores sin mascarilla, excepto en entornos muy concurridos y eventos multitudinarios. En esta misma línea, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha pedido que se relaje el uso de mascarilla entre vacunados.
Con tantas variables en escena, el tablero de juego nunca es fácil cuando se intenta pronosticar futuras situaciones epidemiológicas. Lo que ha ocurrido en otros países no tiene por qué ser lo que suceda en España, y además hay que tener en cuenta el impacto desigual de la epidemia en las diferentes regiones. "Está muy bien lo que estamos viendo en Israel o Reino Unido, pero aquí tenemos que basarnos en datos reales, y en el efecto que tienen las vacunas en nuestro territorio", opina Jonay Ojeda, de SESPAS. "Somos conscientes de que esta cuarta ola se ha caracterizado por muchas diferencias territoriales, con lo cual puede ser que ese porcentaje del 70% de inmunización tenga un impacto diferente en un territorio y en otro, ya que los indicadores epidemiológicos y asistenciales están siendo diferentes entre comunidades autónomas", continúa.
"El 70% es una cifra como mágica, pero de ahí a que con ella se alcance la inmunidad de rebaño, no lo podemos asegurar", incide, y añade que "vamos por buen camino, sobre todo por las dosis que se están recibiendo, pero tenemos que seguir siendo muy prudentes, porque el mensaje que podemos trasladar es que únicamente con las vacunas salimos de esto, y sabemos que hay muchos más elementos que necesitamos".
Objetivo: alcanzar la inmunidad de grupo
Así, aunque el panorama actual invita a un claro optimismo, los expertos recuerdan que es precisamente en este momento cuando conviene extremar las precauciones contra el virus. Daniel López Acuña, epidemiólogo y ex director de acción sanitaria en situaciones de crisis de la OMS, expresa a RTVE.es que "yo soy de la opinión de que aguantemos al menos un par de meses más, con un uso riguroso de la mascarilla. Desde mi punto de vista no deberíamos relajarlo hasta que alcancemos la inmunidad de grupo".
"Mientras no haya esa alta proporción de personas vacunadas, yo creo que es fundamental el uso de la mascarilla y el mantener la distancia física. Hay muchos casos de infecciones leves, asintomáticas, pero aun así que pueden ser contagiosas, en personas vacunadas, porque dejaron de usar la mascarilla o de tomar las medidas de protección", advierte.
Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), cree que, de cara al verano, las personas vacunadas deberán mantener las precauciones actuales, aunque también se muestra convencido de que estas personas inmunizadas "podrán ir sin mascarilla por la playa, o en exteriores".
"Deberá guardarse una serie de precauciones, pero también es verdad que psicológicamente nos podremos liberar un poco y pensar que tendremos una vida prácticamente normal", continúa, y añade que "con la vacunación, si estamos con otra persona vacunada, podemos estar sin mascarilla, y eso debemos tenerlo en cuenta". Aunque, eso sí, deja claro que "las personas que no están vacunadas han de seguir igual".
Mascarilla, "poco efectiva" en entornos abiertos
Pero aunque no se alcance esa inmunidad de grupo en el plazo previsto, el uso de mascarilla al aire libre es una medida que podría replantearse, ya que, como asegura Jonay Ojeda, de SESPAS, "la evidencia ha cambiado, y ese uso universal de mascarillas es probablemente poco efectivo en entornos abiertos, donde hay mucha distancia entre personas", por lo que "incluso sin esas coberturas vacunales del 70% podría estar justificado flexibilizar en algunos entornos el uso de la mascarilla".