El Comité Nacional de Paro acepta desbloquear las vías para encauzar el diálogo en Colombia
- El CNP cumple así su parte en el intento por desatascar las negociaciones con el Gobierno
- Sin embargo, se desconoce si el Comité tiene la suficiente influencia sobre los manifestantes
Tras la retirada de la reforma tributaria por parte del Gobierno de Iván Duque, la renuncia de dos de sus ministros, el rechazo de la reforma sanitaria y la no celebración de la Copa América en el país; ahora es el Ejecutivo colombiano el que se apunta un tanto: el Comité Nacional de Paro (CNP) ha hecho este martes un llamamiento por levantar los bloqueos.
Los organizadores sociales y sindicales de las protestas en Colombia cumplen así su parte en el intento por desatascar las negociaciones con el Gobierno, al que exigen firmar los preacuerdos de garantías de las protestas. Este es el primer avance logrado después de dos semanas de reuniones en las que los diálogos entre representantes del Comité y una delegación del Gobierno colombiano permanecían empantanados, pues las partes se mantenían sin ceder en sus condiciones.
Sin embargo, sobre los diálogos persiste una sombra de incertidumbre porque se desconoce si el CNP tiene la suficiente influencia sobre los manifestantes tan heterogéneos y las movilizaciones que desde hace un mes surgen espontáneamente en casi todo el país. En los barrios populares, sobre todo en los de Cali (suroeste del país), donde se mantienen los bloqueos más fuertes, consideran que el CNP no tiene "ninguna autoridad".
"El problema es que el CNP, una vez que llegó el 1 de mayo, se desprendió por completo de las protestas", ha recriminado en palabras a Efe Pipe, un defensor de derechos humanos desde el renombrado "Puerto Resistencia", que agrupa varias comunas del oriente de la ciudad, golpeadas por la pobreza y la violencia pandillera.
Unificar el discurso
Desde barrios como el de Pipe piden al Comité que se sienten a dialogar en las concentraciones con ellos y unifiquen las demandas que quieren negociar con el Gobierno, "pero ni siquiera tienen la voluntad de hacerlo, por lo tanto no gozan de legitimidad para decir que se levanten los bloqueos", ha resumido este joven.
Los jóvenes defienden que la obstrucción de las vías es una forma válida de protesta y desde estos puntos ven los bloqueos como única vía para que les hagan caso. "Lo que queremos es que nos escuchen", alega Pipe, y para ello ven como única solución "afectar la economía para que se puedan sentar a dialogar".
Según una encuesta de las Cámaras de Comercio colombianas, más del 22 % de las empresas afiliadas han tenido que suspender operaciones por los bloqueos y casi todos los empresarios encuestados reconocen que muchos puestos de trabajo corren riesgo por el Paro Nacional.
La Alcaldía de Cali ha establecido una mesa de diálogo directo con estos jóvenes, un formato que piden que se repita con representantes del Gobierno para una interlocución directa con el presidente Iván Duque, que les ha excluido tanto de la mesa como en sus visitas a Cali.
"La normalidad en Colombia aterroriza"
La Defensoría del Pueblo ha aplaudido el anuncio del CNP, con quien han logrado levantar 31 bloqueos en 10 departamentos del país. Lo mismo ha hecho la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de Estados Americanos (MAPP/OEA), que saludó esa y otras medidas acordadas en los departamentos del Cauca y el Valle del Cauca, como el desbloqueo de la Vía Panamericana, la principal carretera del suroeste del país, que estaba taponada desde hace más de un mes.
Sin embargo, en "Puerto Resistencia" aseguran que no van a aceptar un diálogo "hasta que el Gobierno acepte que en verdad nos está matando y pida disculpas a toda Colombia". Los "pelaos", como se les llama popularmente a los jóvenes en Colombia, temen salir de estos puntos por miedo a que les maten o simplemente porque no quieren volver a la normalidad. "La normalidad en Colombia aterroriza porque son personas aguantando hambre, miles de jóvenes desempleados", defiende Pipe.
"Mientras en el día el señor presidente habla de diálogo en sus canales de preferencia, en la noche salen personas en carros lujosos a disparar a los muchachos", acusa Pipe, quien asegura que solo en la noche del lunes hubo tres muertos en las comunas. "Entonces es bastante grave que mientras hablan de diálogo a nosotros nos están matando", añade.
La aparición de civiles armados en algunos de estos barrios de Cali que dispararon bajo la inacción de agentes de Policía el pasado viernes ha agravado la situación. Solo ese día se produjeron en esta ciudad 13 homicidios, de los cuales al menos tres se relacionan con las protestas, según la Policía. Unas manifestaciones que tras 33 días han dejado al menos 20 muertos, según la Fiscalía, aunque la ONG Temblores y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) señalan que han sido registrados 60 homicidios, 43 de ellos presuntamente cometidos por la fuerza pública.