Donación de órganos, un gesto que ha salvado la vida de 500.000 personas: "Ha sido como darle la vida otra vez"
- La ONT recuerda que es importante verbalizar en vida el deseo de ser donante
- Nueve de cada diez familias dicen si a la donación, según Sanidad
“Si un padre por un hijo puede dar la vida, cómo no va a darle un riñón”. Javier Porras no lo dudó: su hija, Carmen, de 30 años, recibió su riñón en 2013, y cada vez que lo recuerda le brillan los ojos. "Ha sido como darle la vida otra vez", señala Javier. Con idéntica emoción responde ella: “Fue mi salvación”. Javier se convertía así en una de las más de 50.000 personas que, desde la puesta en marcha de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en 1989, ha donado alguno de sus órganos o tejidos. Un gesto solidario y generoso con el que se ha podido salvar la vida o mejorar la calidad o expectativa vital de medio millón de receptores.
Decidir ante el dolor
Javier lo tenía claro y pudo ayudar a Carmen en vida. Pero las donaciones más numerosas requieren de un paso previo que implica a la familia del paciente y en el que se vuelcan también los profesionales sanitarios. Son los coordinadores de trasplantes de cada hospital quienes mantienen una delicada conversación con las familias tras el fallecimiento: les ayudan en el momento del duelo y les invitan a reflexionar sobre los deseos de su ser querido.
Por ello, Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la ONT, insiste: “Es muy importante que, en nuestro ámbito familiar, en vida, verbalicemos nuestro deseo de ser donantes tras nuestro fallecimiento, porque eso facilitará mucho a la familia la decisión en un momento tan crítico y doloroso”. Y las personas, agradece Domínguez-Gil, responden de forma extraordinaria. De hecho, nueve de cada diez familias dicen “sí” a la donación. Un acto que, de alguna forma, les aporta algo de alivio en ese difícil momento.
Lo sabe bien Belén Estébanez, coordinadora general de trasplantes del hospital La Paz de Madrid. En plena primera ola de la pandemia, con todos los servicios que se dedican al trasplante paralizados por estar volcados en la lucha contra la COVID-19, un fatal desenlace abrió la puerta a una donación. Y fue la propia familia de la joven fallecida la que llamó al hospital y formuló su deseo de donar sus órganos. Estébanez movilizó de nuevo a todo el equipo, a las decenas de profesionales implicados. Y lo lograron: “Todavía recuerdo las lágrimas de su hermano cuando le dije que la donación iba a ser posible”.
“"Es muy importante que, en nuestro ámbito familiar, en vida, verbalicemos nuestro deseo de ser donantes tras nuestro fallecimiento"“
Cada vez menos límites
Javier y Carmen no piensan ya en el futuro. En si ese riñón que Carmen recibió en 2013 tendrá una larga vida o en si será necesario un nuevo trasplante. Siempre que va a consulta, ella cruza los dedos, pero reconoce que es optimista y que acaba viviendo siempre en el presente. Los avances con cada nuevo hito en nuestro sistema nacional de trasplantes le permiten serlo, porque cada vez supera más límites.
“Se puede donar en circunstancias en las que hace años no se podía”, recuerda la directora de la ONT: se pueden recibir órganos de pacientes con hepatitis C sin desarrollar la enfermedad; también de donantes que hayan padecido COVID-19; y la edad ya no es ningún impedimento, con más de .5000 donantes de más de 75 años desde el año 2000, e incluso una treintena que superaban los 90 años”.
También el Hospital La Paz acaba de ser pionero en un trasplante de riñón combinado con otro de médula ósea. Un nuevo logro que hace historia y que, nos dice Belén Estébanez, apunta a la esperanza ante un gran reto: “Un órgano para toda la vida sin medicación”.
“"Se puede donar en circunstancias en las que hace años no se podía"“
Coordinados para dejar huella
Porque cada paso es importante. Y cada eslabón del sistema también lo es. Desde ese primer acto de generosidad del donante, “sacando lo mejor de nuestra sociedad”, hasta la precisa maquinaria que se pone en marcha en 185 hospitales de toda España, sin distinción entre comunidades, sacando, esta vez, lo mejor de nuestro Sistema Nacional de Salud. “Hemos conseguido trabajar como un gran equipo perfectamente cohesionado”, asegura Beatriz Domínguez-Gil.
Tras esos minutos de directo en Radio 5, Javier y Carmen respiran aliviados y se marchan. Les agradecemos su testimonio, pero ellos nos agradecen aún más su difusión. Hay que contarlo, nos dicen. En sus mascarillas llevan impreso un lema: “Donar es amar”. Y además, como nos recuerda la campaña de la ONT para este Día Nacional del Donante, #DejaHuella.