Biden anula otra medida de Trump y suspende la explotación de hidrocarburos en el Ártico
- Establece una "moratoria temporal" hasta tener un informe ambiental
- Trump abrió el Refugio de Vida Salvaje del Ártico a las compañías de gas y petróleo días antes de dejar el cargo
El presidente de EE.UU, Joe Biden, ha suspendido los permisos para las explotaciones de petróleo y gas en un refugio de vida salvaje en Alaska, unos permisos que había dado Donald Trump en sus últimos días de gobierno.
Biden justifica la decisión de establecer una moratoria temporal a las licencias de explotación en el llamado Refugio de Vida Salvaje del Ártico por la falta de un informe ambiental.
La administración Trump subastó el derecho a perforar en la llanura costera del refugio, hogar de cientos de miles de caribúes y aves acuáticas migratorias, así como de los osos polares del sur del mar de Beaufort, en sus últimos días de gobierno, solo dos semanas antes de la investidura de Biden.
Suspensión de actividades hasta tener un informe ambiental
"A la luz de supuestas deficiencias legales (...), incluida la insuficiencia de la revisión requerida por la Ley Nacional de Política Ambiental, la Secretaria de Interior deberá, según corresponda y de conformidad con la ley, establecer una moratoria temporal de todas las actividades", establece la orden publicada el martes por el Departamento de Interior.
Ahora se llevará a cabo "un nuevo y exhaustivo análisis de los posibles impactos ambientales del programa de petróleo y gas".
Disputa por la explotación en Alaska
Durante décadas, republicanos y demócratas se habían enfrentado sobre la conveniencia de explotar esta zona natural. Barack Obama canceló los planes para hacerlo en 2015.
Sin embargo, con la llegada de Trump al poder se abandonó la preocupación por el medio ambiente a la vez que se potenciaba la expansión de los combustibles fósiles. En este contexto, Trump abrió el Refugio de Vida Salvaje del Ártico, un territorio de más de 78.000 kilómetros cuadrados, a las compañías de hidrocarburos.
Las primeras nueve licencias se subastaron antes del cambio en la Casa Blanca y afectaban a unos 1.740 kilómetros cuadrados.
El plan contaba con la complicidad del gobierno del estado de Alaska, que veía una oportunidad para revivir su maltrecha industria petrolera, y la oposición de ecologistas y comunidades indígenas, que presentaron denuncias en los tribunales.
Durante la campaña electoral, Biden prometió revertir esta y otras decisiones de Trump y redirigir el país hacia la protección del medio ambiente y la descarbonización. Para ello, ha vuelto al Acuerdo de París contra el cambio climático y ha prometido una reducción de emisiones.
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