'Shorta', ¿Y si la muerte de George Floyd hubiera sucedido en Dinamarca?
- El thriller nórdico del año comienza con una escena que se adelantó a la realidad
- Hablamos con los directores de la película, que se estrena este viernes 4 de marzo
Tras ser detenido violentamente por la policía un joven inmigrante de segunda generación fallece, lo que provoca graves disturbios raciales. Ese arranque, que nos recuerda muchísimo a la detención de George Floyd y su posterior muerte, es el inicio de Shorta. El peso de la ley, el thriller nórdico del momento dirigido por Frederik Louis Hviid y Anders Ølholm, y que se estrena este 4 de junio.
Lo curioso es que la película no transcurre en Estados Unidos y, como nos cuentan sus directores por videoconferencia, ellos habían concebido esa escena como ciencia ficción, para alertar de los peligros del racismo que avanza en toda Europa. “Rodamos la película un año antes de que ocurriese lo de George Floyd en Minneapolis -asegura Anders- . Y cuando ocurrió estábamos montando el tráiler. Entonces discutimos si debíamos cambiar algo de la película o del tráiler. Teníamos una sensación extrañísima porque esa situación tan extrema que habíamos imaginado se había hecho realidad”.
“Al final –añade Anders- decidimos no cambiar nada de la película. Aunque sí cambiamos el tráiler porque aparecía un policía que hacía lo mismo al detenido que el agente que detuvo a George Floyd. Y no queríamos que pareciese que nos habíamos aprovechado de esa desgracia ni que intentábamos ser cínicos. Pero de la película no cambiamos nada porque nos parecía bueno que se originase un debate en la sociedad. Pero nos hizo polvo ver que la sociedad no avanza, que lo que imaginas como una cosa bárbara se repite en la realidad”.
“Pero a pesar de todo –concluye Anders-, pensamos que la historia tiene un mensaje esperanzador, que hay un rayo de luz al final del túnel”.
El racismo en "el país más feliz del mundo"
La película nos cuenta cómo, en la Dinamarca actual, una sociedad multicultural, segregada y llena de tensiones raciales, Talib, un joven inmigrante árabe de segunda generación, entra en coma estando bajo tutela policial. En ese momento los agentes de policía Høyer y Andersen hacen una patrulla rutinaria por el gueto de Svalegarden. Cuando se anuncia la muerte del joven, se desatarán violentos disturbios que convertirán ese barrio marginal en una trampa mortal para los agentes, que están solos y sin posibilidad de recibir ayuda.
Una de las cosas que más nos sorprende de la película es que esos problemas raciales se produzcan en una de las sociedades más avanzadas del mundo. “A Dinamarca se la ha llamado ‘el país más feliz del mundo’ –asegura Frederik-, y es un buen país, pero las cosas están cambiando muy deprisa. Lo más preocupante es que es uno de los países en los que el auge de la ultraderecha ha sido más rápido. En muy poco tiempo han cogido una fuerza inesperada”.
“Por eso -añade Frederik-, con esta película hemos querido advertir sobre un posible futuro. No te digo que estas cosas vayan a pasar, espero que no, pero no podemos ignorar el problema. Por eso lo que hemos querido hacer es una ‘fábula de prevención’, para avisar de ese problema que esperamos que no vaya a más. Pero lo cierto es que hay racismo institucionalizado. Y es increíble lo rápido que puede descontrolarse este problema e írsenos de las manos”.
"El racismo es un problema universal"
La película ha recibido estupendas críticas en su país y en todos los festivales donde se ha proyectado, como Venecia, El Cairo o Toronto.
Frederik nos comenta que: “La recepción ha sido estupenda en todos los lugares en los que hemos proyectado la película, quizá porque el racismo es un problema universal que no solo ocurre en países como Francia, España o Estados Unidos. Hay racismo con todas partes y creo que el público puede identificarse con lo que ocurre”.
“También -añade Frederik- porque en nuestra película siempre hemos intentado evitar que el público tenga que escoger entre uno y otro bando. No hay ni buenos ni malos. Todos son seres humanos y eso es sobre lo que queríamos hablar, de los seres humanos”.
Un thriller rodado en barrios marginales
Shorta ha sido comparada con películas de directores míticos como Walter Hill (The Warriors) o John Carpenter (Asalto a la comisaría del distrito 13), pero también con títulos recientes del cine francés como El odio (Mathieu Kassovitz, 1995) o Los Miserables (Ladj Ly, 2019).
La película está rodada en barrios marginales, pero que no tienen nada que ver con la imagen de sitios sucios y descuidados a los que nos tiene acostumbrados el cine norteamericano. De hecho, ya quisiéramos que las calles estuvieran tan limpias en España. “Rodamos en la calle, en barrios de protección social; una cosa que no existe exactamente en España -asegura Frederik-. Algunos eran peores que otros, pero en general nos trataron muy bien. Usamos a jóvenes de extras y la gente colaboró con nosotros. Creo que el aspecto de los barrios tiene que ver con la economía social de Dinamarca”.
“Aquí -continúa Frederik-, somos un estado del bienestar. Aunque cada vez menos, porque se están retirando muchas ayudas sociales. Pero todavía no existen barrios como South Central en los Ángeles o los peores de Nueva York, París o Londres. Hemos podido evitarlo porque somos un país muy pequeño, pero también hay que tener en cuenta que las cosas están cambiando rápidamente y existe pobreza en Dinamarca, cosa que antes no existía”.
“En otras entrevistas no lo habíamos dicho -añade Frederik-, pero ahora sí lo voy a decir: Nos echaron de algunos barrios. En uno de esos barrios, donde iban a demoler edificios, no les gustó nada que fuéramos a rodar allí y nos echaron a base de petardos” (ríe)
“Pero todo lo que aparece en la película es real –continúa-. Aparecen muchos barrios porque aquí los barrios no son muy grandes y queríamos que el nuestro no fuese reconocible y que, además, pareciese enorme; para aumentar la sensación de peligro para los policías. Pero hay que reconocer que todos los barrios estaban bastante limpios y cuidados”.
Los protagonistas
Para dar vida a los dos policías, los directores han escogido a dos estupendos actores con los que Frederik Louis Hviid ya trabajó en la serie La ruta del dinero (2016): Jacob Lohmann (Los traductores, Valhalla) y Simon Sears (Sombra y hueso, La excepción). En el lado opuesto dos jóvenes actores debutantes, Tarek Zayat y Issa Khattab, que también son estupendos.
“Para los jóvenes actores hicimos un casting –asegura Anders-. Fue un proceso largo y complicado porque ellos son el corazón de la película y son dos papeles muy complicados para dos chicos que no habían actuado nunca antes. Tenían que meterse en la piel de los personajes, pero también entender la historia”.
“Y además –añade- Anders- Tenían que mostrarse vulnerables, lo que no es fácil para chicos de esas edades que siempre intentar ser duros, demostrar su valor. Tenían que ser vulnerables y carismáticos a la vez. Era muy complicado. A Tarek nos lo encontramos en la calle, fue verlo y supimos que era él”.
“Ambos tenían algo muy especial y además son dos chicos muy disciplinados y saben muy bien lo que quieren -añade el director-. Tarek estudia para abogado y además es modelo. E Issa es boxeador y entrena muy duro. Incluso salía todos los días a correr antes del rodaje. Su futuro no me preocupa porque son ambiciosos y si siguen con la mentalidad que tienen ahora llegarán muy lejos. Su experiencia personal sirvió para construir a los personajes e incluso nos corrigieron cosas en muchos casos”.
Lo mejor y lo peor del ser humano
Lo más interesante de la película es que ese viaje a los infiernos cambiará por completo a los personajes, aunque no necesariamente a mejor. “Lo primero que hicimos –asegura Frederik-, es pensar en lo que realmente significa ser policía y a lo que se enfrentan cada día. Porque ven lo mejor y lo peor del ser humano. Hace falta ser gente fuerte y con carácter. Y aun así no todo el mundo puede aguantar eternamente, sobre todo cuanto tienes tanta presión como los protagonistas”.
“Y creo -concluye Frederik-, que todos somos capaces de lo peor y de lo mejor. Es posible que haya gente que solo sea buena o mala, pero la gran mayoría no somos ni blancos ni negros, sino grises. Hay muchos matices intermedios y creo que el error es intentar encasillar a la gente”.
Otro error sería no ver esta estupenda película que nos hace reflexionar sobre el racismo, un problema que está aumentando a pasos agigantados. Shorta se estrena este viernes, 4 de junio.