La importancia de los centros de mayores en la lucha contra la soledad
- Las personas mayores han sufrido ansiedad, depresión, miedo o crisis emocionales durante la pandemia
- Los CEAM en la Comunitat Valenciana llevan abiertos desde marzo con restricciones
Carmen, de 90 años, lleva mucho tiempo acudiendo al Centro de Mayores de Doctor Waksman, en Valencia. En estos meses de pandemia, sin embargo, apenas ha podido acercarse, tanto por el confinamiento como por las medidas de seguridad. “He llorado mucho. No podía salir, mi hija no podía entrar en casa, vivo sola, sin ganas de comer… no hacía otra cosa que llorar”, confiesa. “Y me acordaba de aquí, de este centro, porque aquí me paso media vida. Estaba loca porque abrieran esto”.
“Aquí me paso media vida, estaba loca porque abrieran esto“
A diferencia de otras regiones, en la Comunitat Valenciana estos centros abrieron en marzo. Eso sí, con restricciones. “Después del confinamiento, abrimos los centros la segunda quincena de octubre, pero a partir del 6 de noviembre tuvimos que volverlos a cerrar por el aumento en los contagios”, asegura Soledad Esparza, directora del CEAM de Doctor Waksman. “Volvimos a abrir el 13 de marzo, con limitaciones y medidas de seguridad y prevención, para evitar cualquier posible contagio entre las personas mayores”.
Con la llegada de las vacunas y las buenas cifras de contagios en la Comunitat Valenciana, las actividades en los centros han ido a más, con el 75% de aforo en la actualidad. “Desde la semana pasada en Valencia estamos en nivel de alerta 1”, afirma Esparza. Y añade que se han visto obligadas a reordenar algunos talleres y actividades, sobre todo las físico-deportivas. “Se ha readaptado la gerontogimnasia, técnicas de relajación, el taichí o la gimnasia de espalda, para no incumplir la resolución de la Dirección General de Mayores para el funcionamiento de estos centros”.
Actividades para combatir la ansiedad y la depresión
La interacción con las personas mayores es clave en centros de este tipo. Reconocen, desde diferentes CEAM, que miles de usuarios preguntaban cuándo iban a poder recuperar las actividades. Soledad Esparza revela que “están súper agradecidos porque, en confinamiento, hemos hecho un seguimiento telefónico de los usuarios para saber qué necesidades tenían, cómo se encontraban, qué necesitaban. Lo han pasado muy mal porque, según nos contaban, esto es su segunda casa”.
“Lo han pasado muy mal porque esto es como su segunda casa“
Laura Vivas, trabajadora social, profundiza sobre el seguimiento individualizado de los usuarios. “Nos interesábamos por su estado de salud, las carencias que pudieran tener y ahí detectamos muchos casos de desatención, de soledad, de muchas crisis emocionales, miedos, ansiedad, depresión…”. Las actividades grupales, por tanto, se configuran como una herramienta fundamental para la socialización, para canalizar todo lo que las personas mayores habían pasado durante ese tiempo.
La socialización permite mejorar la calidad de vida
En la Comunitat Valenciana hay 34 CEAM, como el de Doctor Waksman, en Valencia, que cuenta con 11.300 usuarios inscritos. Ahora lo frecuentan unos 400 al día, aunque antes de la pandemia por allí pasaban unas 1.000 personas a diario.
Las limitaciones complican algunas de las actividades, pero tanto los monitores como las personas mayores se adaptan sin mayor problema. “Antes había muchos más alumnos, ahora el aforo es más limitado (porque) hay que guardar las distancias de seguridad”, reconoce Teresa Vilaplana, monitora de taichí. “Como no nos podemos desplazar por la sala, lo hacemos sentados, centrándonos en la respiración, con ejercicios que podemos hacer quietos”.
“Como no nos podemos desplazar por la sala, hacemos el taichí quietos“
“La actividad es un poco la excusa de sentirse que tienen algo que hacer”, comenta Laura Vivas. “Un espacio seguro donde poder relacionarse y, además, a nivel preventivo, realizar una actividad que les mantiene en una calidad de vida óptima”.