'Un Blues para Teherán', Javier Tolentino deja que la música persa vuele a través de la pantalla
- El periodista y realizador ha presentado su documental en Málaga, donde también es jurado
- La película llegará a los cines el próximo 2 de julio
Tras su exitoso paso por importantes festivales como los de Moscú, Las Palmas o Gijón, Javier Tolentino trae a Málaga su debut en el largometraje: Un blues para Teherán, una estupenda película que nos invita a conocer Irán a través de su música y sus gentes. Y que llegará a los cines el próximo 2 de julio. Tolentino, que también es jurado de este festival, nos ha anunciado que, después de 22 años, deja su mítico programa El séptimo vicio (Radio 3).
En Un blues para Teherán diferentes rostros nos muestran un Irán donde tradición y modernidad conviven y se confrontan, a través de “un periodista de una radio cultural que viaja a Irán buscando viejas canciones persas” –nos cuenta Tolentino-.
Por eso todo está contado a través de la música. “Yo procedo de una casa donde el 80 por ciento de su programación es la pasión por la música, una cosa que tengo en vena -confiesa Tolentino-. Por eso, a la hora de rodar mi primer largometraje (antes había hecho tres cortos) quería que hubiera un fondo donde yo me sintiera seguro. Y eso lo consigo con la música”.
“La música también me ha venido muy bien para estructurar la película -añade-. Pusimos anuncios en conservatorios y escuelas de música de las zonas del Caspio y del Rasht, de Irán, para ver cómo una de las culturas con más dedicación a la música, estaba soportando la vigencia del tiempo. Cómo nos llegaba la gran música antigua de Persia en voces, instrumentos e incluso como cala en la mentalidad de la gente joven”.
“Un blues para Teherán –añade Tolentino- es un homenaje tanto al cine iraní que he mamado, como a un pueblo al que amo profundamente. Yo no quería ser un occidental que va allí a juzgar a un pueblo, sino que quería tener una relación cariñosa con la cultura iraní, que es a la que quiero rendir homenaje en la película”.
La música de la cuna de la civilización occidental
Como nos recuerda Tolentino, la antigua Persia fue la cuna de la civilización occidental: “Todo lo que es la antigua Mesopotamia: Irán, Irak, Afganistán… ahí se esconden los secretos de nuestra civilización. Actualmente parece que estamos muy alejados los unos de los otros, oriente de occidente, como nunca antes en la historia de la humanidad. Por eso quería también buscar las claves de por qué se ha producido ese alejamiento”.
En cuanto al momento en el que decidió hacer la película Tolentino nos confiesa que: “Cuando realmente decidí rodar esta historia fue estando en Teherán, en casa de Abbas Kiarostami. La verdad es que pones una cámara en Irán y es muy fácil dejarse atrapar por la luz y por la belleza de un país. Pero no quería hacer un publirreportaje de Irán. Y fue a través de las conversaciones con Kiarostami, y de visitar Teherán, cuando terminé de decidirme”.
Para contactar con los grupos de música que aparecen en la película, Tolentino hizo varias convocatorias. “Acudieron muchísimos músicos. En Irán das una patada y aparecen muchísimos, porque la tradición musical persa es enorme”.
Pero el protagonista del documental, el joven Erfan (que nos guía a través de su país y de su música) no surgió de ese casting: “Lo curioso -confiesa Tolentino- es que Erfan empezó como mi ayudante de dirección. Pero en la primera reunión con él, con la productora iraní de la película, supe enseguida que iba a ser mi protagonista. Aunque tuve que ir engañándolo poco a poco para convencerlo, porque me daba justo el alter ego de mi propia mirada de Irán; ya que, a medida que lo conocía mejor, me daba cuenta de que la derrota iraní también pasaba por cómo era Erfan”.
“Erfan -continúa el realizador- es un hombre de la cultura al que le va a ser muy difícil construir algún día lo que quiere hacer. Simplemente por la propia burocracia iraní, que impide el desarrollo de la libertad de los artistas. Él está atrapado en esa telaraña burocrática”.
Y es que los artistas no lo tienen nada fácil en el Irán actual. “Si repasáramos la dictadura española veríamos que los artistas se enfrentan a dificultades similares. Por ejemplo, Víctor Erice no tendría problemas y, haciendo una similitud, Abbas Kiarostami tampoco ha tenido nunca problemas con la censura iraní, porque su cine es poético, alegórico, metafórico… Pero otros como Jafar Panahi o Bahman Ghobadi tienen muchos problemas porque su cien es más explícito, más directo y denuncian torturas, violaciones, desigualdades...”
Dejar que las canciones 'vuelen'
Preguntamos a Javier Tolentino por qué cree que la música iraní es especial. “Tiene una cosa que me parece fundamental: una relación con la música antigua, que en occidente es muy complicado encontrar. Cuando escuchas a jóvenes músicos iraníes ves que tienen un respeto y un conocimiento de su música tradicional, que en España yo solo veo comparable en el caso de la música relacionada con el flamenco, como el nuevo flamenco o la fusión. Ahí si veo un respeto similar por la música tradicional española. Pero eso en Irán es bestial. Es infinito”.
Agradecer a Tolentino que incluya las canciones completas en la película, en vez de fragmentos como suele ser habitual. “Eso es Radio 3 en vena (ríe). Lo he hecho porque en el fondo la película es un musical y muestra mi cariño por los autores y por su música. Me gusta que el espectador pueda sentarse y sentir que el cien puede actuar como bálsamo, como una caricia del tiempo. Como algo a disfrutar en sí mismo, sin tener que estar pensando en intrigas o en efectos especiales. Dejar que las canciones vuelen a través de la pantalla”.
Las mujeres tienen prohibido cantar
Otra de las protagonistas del documental es Golmher, una joven que se queja de que, en el Irán actual, se prohiba cantar a las mujeres. “Creo que los que están prohibiendo a las mujeres que canten tienen una paranoia religiosa que les lleva a pensar que las mujeres que cantan son prostitutas u objetos de deseo. Una paranoia mental. Y como dice la cantante en el documental, la música y las canciones nacen desde el saber y el conocimiento musical de las madres, que las trasmiten, incluso desde el embarazo, a sus hijos e hijas”.
“Por otro lado –añade-, la música, como toda la cultura, es una amenaza para el poder. En el fondo saben que detrás de una canción hay un lamento, una derrota, una expresión de la falta de libertad. Y por eso prohíben que se desarrolle la creación”.
Acabaron varias veces en comisaría
A pesar de que tenían un equipo de producción iraní, rodar en Teherán no fue fácil, como nos cuenta Tolentino: “Ir de turista a Irán es un placer, no tienes ningún problema e invito a todo el mundo a hacerlo. Porque encontrarán muchas conexiones con nuestro pasado. Pero ir a filmar o hacer periodismo es otra historia. Primero tuvimos que esperar dos años y medio a que nos dieran los visados para poder filmar allí. Y luego sacar una cámara en Teherán, no tanto en otros puntos del país, es convertirse en blanco de los confidentes de la policía, que están por todas partes”.
“Acabamos en más de una ocasión en comisaría –añade-, teniendo que enseñar el material. E incluso tuvimos que entregar algún material. No fue nada fácil filmar en Teherán. Rodar en el resto del país es una maravilla… Te ofrecen sus casas, y la hospitalidad del pueblo persa es muy linda”.
Tras 22 años abandona ‘El séptimo vicio’
Tolentino nos ha confesado que, tras 22 años de éxito en Radio 3, ha decidido abandonar el programa El Séptimo Vicio, dedicado al cine de autor. “En septiembre comuniqué a la dirección de Radio 3 que esta iba a ser mi última temporada. Hay que dejar que pasen las nuevas generaciones porque hay gente muy interesante entre los jóvenes de nuestra casa. No quiero ser tapón para un compañero joven que tenga ideas muy buenas, como yo las tuve en su momento”.
“Creo -añade- que he marcado una trayectoria de mucho cariño, especialmente por un tipo de cine (el de autor), pero ha llegado el momento de disfrutar del cine de otra manera: a partir de ahora en vez de analizarlo quiero crearlo. Amo profundamente el cine, tengo varios proyectos y empezaré a filmar uno de ellos a partir del primer trimestre de 2022 en Cataluña, otro pueblo que amo”.
“Será una película que seguirá la estela de Un blues para Teherán, guardando la relación entre la cadencia del tiempo y esa forma muy mía, muy personal de narrar, que también tenía El séptimo vicio. Y, por supuesto, estará relacionada con la música” –concluye-.
“La cosecha de cine español de este año es my potente”
Aprovechando que es miembro del jurado del Festival de Málaga, también hemos querido preguntar a Tolentino cómo cree que la pandemia ha cambiado al cine: “Creo que el esfuerzo que se está haciendo es tremendo,.pero la pandemia ha cambiado el modelo de distribución de las películas y creo que es fundamental no abandonar al cine pequeño, al cine de autor, porque el comercial va por otras rutas. Yo lo llamo así, cine pequeño, aunque es muy grande. Hace falta una especie asamblea del cine español para hablar sobre los nuevos tiempos y encontrar nuevos caminos válidos para todos. Hay que apoyar al cine que está relacionado con la cultura, Con una distribución y exhibición más valientes. Hay que dar oportunidad al público de que descubra este cine pequeño, no solo en videoclubs, sino también en grandes pantallas".
También le preguntamos por el nivel de las películas que está viendo en Málaga como parte del jurado: "Creo que la cosecha de este año es muy potente. No voy a mencionar títulos, porque soy miembro del jurado, pero hace años que Málaga cambió de ruta, para bien, abandonando las comedias estúpidas hechas únicamente con el afán de ganar dinero. Elogio que ahora muestre un cine que nos representa muchísimo mejor, con autores perífericos, de Canarias, de Galicia, de Cataluña... Un cine cuyo afán no es solo pasar el rato después de comer".
Recordad que Un blues para Teherán se estrena el 2 de julio en los cines.