Un riñón por una cama UCI: el gesto desesperado para que su madre con COVID reciba tratamiento en Perú
- La pandemia deja en evidencia la fragilidad del sistema de salud de Perú, colapsado por el coronavirus
- Con más de 185.000 fallecimientos, es el país del mundo con más muertos per cápita por COVID
"Queridos amigos, estoy ofreciendo mi riñón a cambio de una cama UCI para mi madre. Cualquier información al inbox por favor. Ella se encuentra hospitalizada".
Con este mensaje en sus redes sociales la historia de Carlos Chicchón se hacía viral en Perú. El joven de treinta años estaba desesperado por encontrar una cama de cuidados intensivos para su madre enferma de COVID. "Llevaba tres días ingresada en el hospital, había entrado muy débil, con la saturación muy baja y los médicos me dijeron que no había ninguna UCI libre", afirma Carlos, quien no dudó en poner a la venta uno de sus órganos.
"Así estamos en este país, tienes que ofrecer un riñón a cambio de una cama UCI, o algún otro órgano. Yo tengo dos riñones pero una sola madre", asegura Carlos, quien sabe que la venta de órganos es un delito aunque el mercado negro, en países como Perú es un negocio conocido por todos, que mueve mucho dinero.
30.000 euros por entrar en lista de espera
Antes de tomar esa decisión había recorrido durante tres días hospitales públicos y privados suplicando por una cama. En algunas clínicas llegaron a pedirle unos 30.000 euros solo por entrar en una lista de espera. A ese dinero habría que sumar otros 8.000 diarios por cada día que su madre pasara en la UCI.
Sus ingresos le hacían imposible sumar esa cantidad: Carlos tiene un contrato temporal en una fábrica de chocolates en Lima y gana 250 euros al mes; tampoco podría conseguir este monto vendiendo lo poco que tiene la familia. "Ni siquiera vendiendo un carro, casa o rifando algo...; es imposible de pagar esa cantidad", nos cuenta con la impotencia que le genera saber que si hubiera tenido mayor solvencia económica habría conseguido preferencia para que atendieran a su madre.
Solo media hora después de poner el anuncio en sus redes recibió la llamada inminente del hospital. "Me dijeron que justo se había muerto un paciente y que había quedado una cama libre, pero en realidad ellos no atienden a la gente mayor, dan prioridad a los jóvenes y prefieren reservar esas camas para otros pacientes", explica el joven peruano.
Delante del hospital de Lima donde se encontraba ingresada su madre, mientras hablamos con Carlos, un joven del área de comunicación del centro sanitario se acerca a nosotros para preguntarnos qué hacemos. Le exponemos la historia y le dejamos nuestros datos para que nos llamen para ofrecernos su versión de los hechos, hasta ahora no hemos recibido respuesta a nuestra petición.
El 'protocolo de la muerte'
Consultamos a un experto sobre lo que se llama coloquialmente como 'el protocolo de muerte', una norma no escrita que todos los profesionales conocen. "Son protocolos que toda la vida los médicos hemos utilizado en situaciones de desastre, porque no puedes salvarle la vida a todo el mundo. Tienes veinte pacientes y una cama UCI y se hace una evaluación de los años de vida ajustados a la calidad.
En el pico de la primera ola y de la segunda ola, la cantidad de demanda que había por camas UCI era estratosférica. Si teníamos 2.000 camas, las listas de espera en cada hospital eran de más de cien personas. Todos los días se repetía la misma historia", explica el epidemiólogo Antonio Quispe, que denuncia la fragilidad del sistema de salud. "Tenemos uno de los peores sistemas del mundo. Somos un país que no tenía atención primaria. Tú te enfermabas y directamente ibas al hospital a buscar a un cardiólogo por un problema de hipertensión. Y si no tienes ese filtro, que es la base de la atención primaria, llega un problema como la pandemia que aumenta la demanda y tu sistema colapsa. Era muy fácil colapsar con facilidad", afirma el experto.
Carlos saca de su bolsillo una foto de su madre Silvia. Tras ingresar en la UCI su estado parecía mejorar, pero varios días después la trasladaron a otro centro para unas pruebas médicas y su salud sufrió un claro retroceso; murió después de 25 días en cuidados intensivos. "Lamentablemente no se pudo ya. Tal vez no resistió no sé. Ella ya estaba mal cuando ingresó en el hospital, quizás si hubiéramos conseguido la UCI desde el primer momento no habría fallecido. Yo habría dado cualquier parte de mi alma, de mis órganos para salvarla", asegura su hijo entre lágrimas.
El país con más fallecidos per cápita en la pandemia
Dos semanas después de la muerte de su madre vive con la indignación de saber que en Perú ha habido políticos, entre ellos el expresidente Martín Vizcarra, y exministras como las titulares de Salud o de Asuntos Exteriores que se han saltado la cola de la vacunación en un escándalo que se denominó 'el vacunagate'. Pero la inmunización nunca llegó para su madre Silvia, una mujer de 63 años, madre de tres hijos y cabeza de una familia humilde.
Perú, que ha actualizado las cifras y ha reconocido más de 185.000 muertes, se ha convertido en el país del mundo con más fallecidos per cápita por COVID. El país andino ha visto colapsadas sus UCI en la primera ola y la escena se ha vuelto a repetir en la segunda. Los más vulnerables cruzan los dedos de cara a una posible tercera ola.