La Justicia rusa ilegaliza las organizaciones del opositor Navalny y las declara "extremistas"

• La decisión supone el desmantelamiento inmediato del movimiento político de Navalny
• La sentencia se ha dictado tras 12 horas y media de juicio

El opositor ruso Alexei Navalny, en un acto en Moscú en 2019.

La Justicia rusa ha ilegalizado este miércoles varias organizaciones asociadas al líder opositor Alexéi Navalny,  entre ellas su movimiento político, al declararlas "extremistas" e impedir así a sus miembros y seguidores presentarse como candidatos a elecciones a cualquier nivel, incluidas presidenciales.

La defensa ha informado a través de su canal de Telegram de que el juez ha dictado sentencia después de 12 horas y media de juicio a puerta cerrada en el Tribunal Municipal de Moscú. "Por decisión judicial, las organizaciones sin ánimo de lucro Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) y Fondo para la Protección de los Derechos de los Ciudadanos (FZPG) fueron liquidadas, las actividades del movimiento público 'oficinas de Navalni' fueron prohibidas", señaló.

Navalny, quien cumple una sentencia de dos años y medios de prisión, ha negado las acusaciones de extremismo, que ha considerado un intento para acabar con la oposición al partido gobernante Rusia Unida antes de las elecciones legislativas que se celebrarán en septiembre.

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Diez días para recurrir la sentencia

La Fiscalía ha alegado que "los objetivos reales" de las actividades de las organizaciones de Navalny "son crear las condiciones para cambiar los cimientos del orden constitucional, incluido a través de la revolución de color", en alusión a las revueltas populares en el espacio promovidas desde el exterior, según Moscú.

El Ministerio Público ha sostenido en la vista que las organizaciones desarrollaron de manera regular "acciones masivas no autorizadas que a menudo acabaron en disturbios" e incluso implicaba a menores, lo que creaba "una amenaza a su vida", en referencia a las protestas en apoyo a Navalny tras su encarcelamiento.

La defensa tiene ahora 10 días para recurrir la sentencia. Iván Pávlov, líder de "Equipo 29", ONG que participa en la defensa de las organizaciones de Navalny, ha anunciado que llegará hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Según la defensa, "nunca se presentaron pruebas adecuadas de la culpabilidad" en el caso por supuesto extremismo.

Reino Unido y Estados Unidos condenan la decisión

Estados Unidos ha condenado una decisión "particularmente inquietante" de la justicia rusa, mientras que el Reino Unido la ha calificado de "perversa".

"Esta decisión pone al personal, a los voluntarios y a miles de simpatizantes en toda Rusia bajo la amenaza de ser procesados penalmente y encarcelados por ejercer derechos humanos fundamentales garantizados por la Constitución rusa", ha declarado el portavoz diplomático estadounidense Ned Price, que volvió a pedir la liberación "inmediata e incondicional" del opositor. "Con esta acción, Rusia ha criminalizado a uno de los pocos movimientos políticos independientes que quedan en el país", añadió.

"Se trata de otro ataque kafkiano contra quienes se levantan contra la corrupción y a favor de las sociedades abiertas, y de un intento deliberado de ilegalizar de hecho a la verdadera oposición en Rusia", ha denunciado el ministro de Asuntos Exteriores británico, Dominic Raab.

Navalny pide a la población que no se rinda

Navalny ya se había adelantado a esta decisión judicial y el pasado 29 de abril y decidió disolver su red de oficinas para proteger a sus colaboradores de la persecución penal. Aun así, este miércoles ha asegurado a través de su equipo que, pese a todo, no se rendirá.

"¿A quién le importa cómo nos llamen? No somos un nombre, ni un trozo de papel ni una oficina. Somos un grupo de personas que unimos y organizamos a los ciudadanos de Rusia que están en contra de la corrupción, (luchamos) por unos tribunales justos y la igualdad de todos ante la ley", dijo.

"Hay millones de ellos y mientras estén, no iremos a ninguna parte", escribió en Instagram. Además, pidió a sus seguidores su apoyo al "voto inteligente" de cara a las elecciones de septiembre, una campaña ideada por él que consiste en respaldar al candidato que tenga más opciones de derrotar al representante del gobernante Rusia Unida.

El Kremlin considera que esa campaña, que ha permitido desbancar a los oficialistas de varias asambleas parlamentarias regionales, es "un instrumento de injerencia extranjera en las elecciones rusas".