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Portugal retoma el debate sobre el autoconsumo y cultivo de cannabis

  • La Asamblea de la República se da 60 días para profundizar y debatir propuestas que no son nuevas en el país
  • El Estado daría un paso más en sus políticas procannabis tras despenalizar el consumo y aprobar su uso para fines medicinales

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Hoja de cannabis
Hoja de cannabis

Tratar en lugar de reprimir, ese es el mensaje que lanzan desde el Bloco de Esquerda (BE) recordando como Portugal se convirtió en ejemplo de progresismo al despenalizar hace 20 años el consumo del cannabis y como el Ayuntamiento de Lisboa abrió las primeras salas de consumo vigilado del país. Unos pasos entonces relevantes que consiguieron mejorar los resultados de tratamiento y vigilancia médica.

Por eso, ahora insisten en subir la apuesta para llegar a aprobar la venta de marihuana para el cultivo y el autoconsumo pero dentro de un marco de amplio consenso. Una propuesta que también plantean desde Iniciativa Liberal (IL) y que aseguran no busca ganar réditos políticos, sino defender y proteger lo que en manos de los traficantes se convierte en un problema para la salud pública. El asunto no es menor ya que, según datos del Observatorio de Drogas europeo,  tres de cada 100 portugueses consumen al menos 20 veces al mes, un porcentaje aún mayor en la franja de edad de entre 15 a 34 años.

Los dos proyectos buscan, por tanto, sofocar la encrucijada que plantea la cuestión sanitaria y acabar con el monopolio de la venta ilegal en el segundo país europeo con mayor consumo de cannabis, después de España.

¿Qué persiguen los proyectos presentados en el Parlamento?

La cruzada a favor del cannabis en el país vecino no es nueva, en 2018 el Parlamento portugués aprobó con mayoría su uso para fines medicinales como el tratamiento del dolor y el cáncer y siempre bajo receta médica. Lo que se persigue ahora es legalizar el cultivo propio para el autoconsumo con un máximo mensual de cinco plantas, según la propuesta del Bloco o seis plantas si atendemos a la de Iniciativa Liberal. Los planteamientos también contemplan la compra equivalente para un consumo de 30 días y detallan que las semillas para el cultivo deben estar autorizadas por el Estado.

El Parlamento portugués legaliza el uso del cannabis para fines terapéuticos

Estas nuevas vías renovarían el dibujo actual en el que solo está permitido el consumo en pequeñas dosis con la prohibición expresa de la comercialización o autocultivo bajo pena de fuertes sanciones.

¿Cómo y quién controlaría el uso para el autoconsumo?

Pese al objetivo común, las divergencias se dejan notar entre los planes de uno y otro partido en torno a cómo y quién debe controlar el cultivo. Mientras el Bloco defiende que debe ser el Estado y que debe intervenir en el control del precio creando un impuesto especial sobre su venta, para Iniciativa Liberal debe seguir los mismos moldes que con la regularización del cultivo, transformación y comercialización del tabaco y sin intervenciones de precios.

El mercado de la droga sobrevive a la pandemia en Europa

La crisis sanitaria y el confinamiento han atacado a los principales sectores económicos de los países europeos, pero no han aminorado el consumo y la venta ilegal de estupefacientes. Este es uno de los datos que arroja el Informe Europeo sobre Drogas de este año que, en lo referente a los consumidores, sí recoge una disminución en el consumo de los ocasionales pero un repunte en aquellos que acuden a estas sustancias de forma habitual que vuelven a aupar al cannabis como la droga más consumida (47 millones de hombres y 30 millones de mujeres) en el Viejo Continente.

Estos alarmantes datos también arrojan novedades en el tráfico ilegal, ya que el cierre de fronteras ha provocado una diversificación de rutas por mar con los contenedores intermodales como método de almacenaje. Las ventas minoristas, en cambio, han encontrado en Internet la respuesta y en el intercambio de mensajes cifrados como gran aliado para la venta de dosis pequeñas tanto de cannabis como de drogas sintéticas.

Con estos datos, ahora el desafío para los Estados es controlar los precursores químicos indispensables para producir estas sustancias y hacer cumplir la ley. Un horizonte que sigue dejando deberes por hacer, de hecho, solo en 2019 se incautaron en Europa 3,7 millones de plantas de cannabis y se detectaron extractos de cannabis muy potentes. Mientras, Portugal busca no perder comba en una materia que sigue generando debate y discordia en la sociedad.