Termina la EBAU: notas de corte, perspectivas laborales y otras claves para buscar carrera
- La inserción laboral aumenta con la formación, pero sigue habiendo una brecha entre hombres y mujeres
- Conoce las notas de corte de las carreras universitarias en España en el buscador de RTVE.es
Terminada la semana grande de la EBAU -aún Selectividad para algunos-, los estudiantes de bachillerato de la mayor parte de España ya están esperando sus resultados. ¿Les llegará la nota para la carrera que les gustaría cursar en la universidad el próximo curso?
Para ayudar a responder a esa pregunta, en DatosRTVE hemos elaborado un buscador a partir de las notas de corte del último curso, con la posibilidad de filtrar por nota, universidad, titulación y provincia. Pero, ¿y una vez superada la barrera de entrada? Es difícil determinar las oportunidades que brindará cada carrera, pero la inserción laboral es una de las claves para elegir.
Repasamos la información de acceso a la universidad y analizamos algunos de los datos disponibles sobre perspectivas laborales.
1. Perspectivas laborales de los titulados universitarios
Es imposible saber cómo será el mercado laboral dentro de unos años, cuando los estudiantes que en septiembre entrarán en la universidad terminen sus carreras. Pero hay algunos datos que pueden ayudar a orientar en este sentido.
Cuatro años después de finalizar los estudios, las diferencias entre alumnos de distintas titulaciones son evidentes. Y la brecha se abre entre las ‘ciencias’ y ‘letras’. Según los datos recopilados por el Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU) sobre la situación laboral de los titulados universitarios cuatro años después de terminar sus estudios, las carreras con mayor proporción de afiliación a la Seguridad Social en 2018 pertenecían principalmente a ramas más técnicas. Asimismo, entre las carreras de esas ramas es más habitual que el trabajo vaya acorde al nivel de educación; esto es, que los titulados estén afiliados a la Seguridad Social en un grupo de cotización acorde a sus estudios.
La información del SIIU, perteneciente al Ministerio de Universidades, permiten saber más sobre esa situación laboral. Los últimos datos disponibles -a los que se puede acceder a través del portal QEDU, Qué Estudiar y Dónde en la Universidad- recogen información relativa a egresados del curso 2013-14 y evalúan su evolución en el mercado de trabajo en los cuatro años siguientes a su graduación. En el siguiente gráfico, cada punto es una titulación en una universidad pública española. Cuanto más a la derecha, mayor porcentaje de egresados tenía trabajo cuatro años después de terminar sus estudios. Cuanto más arriba, una mayor proporción de esos trabajadores estaba, además, en un empleo acorde a su nivel formativo. El tamaño del punto hace referencia al número de egresados de cada titulación.
2. Las diferencias más allá de la carrera
La situación laboral al terminar los estudios universitarios varía según la titulación elegida, pero también influye la universidad en la que se han cursado los estudios. Así, se observan grandes diferencias entre cursar, por ejemplo, la carrera de Derecho en la Universidad de Granada (un 30 % de egresados afiliados a la Seguridad Social cuatro años después de graduarse) o hacerlo en la Rey Juan Carlos (74 %). En el caso del Grado en Periodismo, la tasa de afiliación va desde el 54 % de la Universidad de Sevilla al 80 % de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En la siguiente tabla se muestran los valores máximo, mínimo y medio para distintas titulaciones. Para evitar que un número demasiado pequeño de egresados distorsione la información, en la comparación solo se consideran aquelas universidades en las que hay un mínimo de 100 egresados para el título en particular.
Otra factor diferencial es el género, aunque entender su peso requiere un análisis en detalle. "Las disparidades de género no se articulan mediante una peor inserción en el mercado de trabajo, sino mediante unas peores condiciones laborales de las mujeres tras ser empleadas", concluye el informe sobre la elección de la carrera universitaria y su impacto en las brechas de género en el mercado laboral, de la Fundación ISEAK.
Y es que la brecha de género se vuelve llamativa cuando se profundiza en los datos. El análisis de ISEAK a partir de la Encuesta de Inserción Laboral de la Universidad del País Vasco muestra cómo la proporción de trabajadores a jornada completa a los tres años de haber finalizado los estudios es mayor en aquellas áreas elegidas mayoritariamente por los hombres, mientras que las más seleccionadas por las mujeres tienen mayor ratio de trabajo parcial.
Además, la cantidad de horas trabajadas varía significativamente dentro de una misma rama de conocimiento en función del género. En la rama de Humanidades, donde las diferencias son más acusadas, el 63 % de los hombres trabajaba jornada completa, frente al el 51 % de las mujeres.
3. La universidad sigue rentando
Más allá de las diferencias entre titulaciones, estudiar una carrera universitaria sigue resultando una apuesta razonable, al menos a la luz de las tasas de paro. En la Unión Europea, el porcentaje de jóvenes desempleados con estudios superiores es hasta 12 puntos inferior al registrado entre quienes solo han llegado al primer ciclo de Secundaria, según datos recabados por Eurostat.
Aunque las diferencias entre países dependen en gran medida del contexto económico de cada país y de la estructuración de su programa educativo, esta tendencia se observa en casi todos los países. Eslovaquia es el lugar con la mayor variación, más de 36 puntos, mientras que Dinamarca es el que tiene la menor (2,1).
Entre los 35 países analizados, solo hay dos excepciones: Chipre, donde la tasa de paro es igual en ambos niveles, y Turquía, donde el desempleo entre los trabajadores más cualificados supera en cuatro puntos al de los que solo tienen estudios primarios.
En España, la diferencia del paro entre aquellos que terminan la ESO y quienes estudian una carrera universitaria es de casi 20 puntos: pasa de un 40,4 % para las personas que han llegado hasta el primer ciclo de Secundaria, a un 20,8 % para aquellos que cuentan con estudios superiores. En el medio, se encuentran los que han alcanzado un título de Secundaria o un primer ciclo de Formación Profesional, con un 30,2 %.
En nuestro país, la tasa de paro se reduce a medida que se avanza en los niveles educativos y encuentra su porcentaje más bajo tras haber completado la Educación Superior. No obstante, este indicador siempre es más alto si los datos de la última Encuesta de Población Activa se analizan desagregados por género.
En el caso de las mujeres, el paro alcanza a una de cada dos de aquellas que carecen de cualquier tipo de estudios, mientras que solo una de cada diez de las que han estudiado una carrera no encuentra trabajo. Esta diferencia de más de 40 puntos en el caso femenino, es de tan solo 12 en el masculino. Se encuentra en situación de desmpleo el 20,6 % de los hombres sin estudios, frente al 8,6 % entre aquellos que cuentan con formación superior.
Si el foco se pone en el grupo de los recién titulados, los que están entre 25 y 29 años, las tasas de paro son mayores en casi todos los niveles educativos. Sin embargo, la distancia entre hombres y mujeres se reduce a medida que se superan etapas. La variación es de poco más de un punto a favor de ellos cuando se ha pasado por la universidad.
4. Se mantiene la demanda por las Matemáticas
En 2018, los titulados en Matemáticas tenían, por lo general, buenas cifras de afiliación a la Seguridad Social y también de adecuación de ese trabajo a su nivel de estudios. Probablemente, esas buenas perspectivas laborales explican la gran demanda de esta carrera en los últimos años: de las diez carreras con mayor nota de corte en el curso 2020-2021, siete tenían Matemáticas en su plan de estudios. La carrera donde el acceso fue más difícil en 2020 en España es el doble grado de Matemáticas y Física de la Universidad Complutense de Madrid. El último alumno que lo consiguió el curso pasado tuvo una nota media de 13,875 puntos sobre 14, una décima más que en el curso anterior.
¿Qué explica la elevada demanda de estos estudios, que en otras épocas perdían alumnos en favor de las ingenierías y otras carreras técnicas? Como explicaba a RTVE la coordinadora del grado de Física en la Universidad de Granada, Estrella Florido, "son estudios que aportan una formación muy versátil. Lo que enseñan es una forma de trabajar, de pensar, de afrontar un problema, de buscar soluciones, que se puede aplicar en muchos contextos".
En el ámbito de ‘letras’ también hay titulaciones con un acceso complicado. De hecho, la segunda nota de corte más alta en España el año pasado (13,828) fue la requerida para el grado de Lenguas Modernas y Traducción en la Universidad de Alcalá, impartido en su campus de Guadalajara, y que lleva aparejada una reserva de plaza para su prestigioso Máster en interpretación y traducción en los servicios públicos.
Pero el efecto de la pandemia se ha notado especialmente en la rama sanitaria, donde la demanda de titulaciones como Medicina o Enfermería se ha disparado. Medicina sigue siendo la carrera más buscada en este ámbito y una de las más demandadas en toda España.
5. ¿Quién se ha podido presentar a la prueba?
El curso pasado terminó confinado y en estado de alarma. Por eso, el Gobierno abrió la puerta a que, de manera excepcional, los alumnos y alumnas pudieran presentarse a la prueba de acceso a la universidad con alguna asignatura suspensa. Siete regiones flexibilizaron entonces los requisitos para la obtención del título de Bachillerato.
La medida pandémica se ha prolongado y se consolidará con la nueva ley educativa. Este curso, son ocho las comunidades autónomas que han permitido a su alumnado acceder a la EBAU con alguna materia suspensa, siempre en casos excepcionales y avalados por el equipo docente del centro educativo.
Navarra, País Vasco y Canarias incorporan ahora esa posibilidad (aunque esta última región solo lo permite una vez agotada la convocatoria extraordinaria de septiembre). Por el contrario, Aragón y Castilla-La Mancha han dado marcha atrás y vuelven a exigir que se aprueben todas las asignaturas.
PD. Las novedades educativas llegan de la mano de la tecnología y la innovación. La oferta de las universidades públicas para el curso que viene abarca más de 50 nuevos títulos, la mayoría de ellos vinculados a la ingeniería, la industria, la construcción y la tecnología. Sobre cómo llega a implantarse un nuevo título, el decano de la facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Catalunya, Josep Fernández Ruzafa: "Las universidades tenemos la potestad de proponer títulos, pero debemos acreditar su necesidad, que hay una demanda social y del mercado laboral, que tenemos recursos y capacidad para hacerlo y que contamos con una propuesta educativa coherente".