Incertidumbre política en Perú, sin presidente electo una semana después de las elecciones

• El recuento de votos da la victoria al candidato izquierdista Pedro Castillo
• El Jurado Nacional Electoral tiene que pronunciarse sobre la petición de nulidad de 200.000 papeletas presentada por Fujimori
• La diferencia actual que separa a ambos aspirantes es de unos sesenta mil votos

Simpatizantes de Pedro Castillo se manifiestan en el centro de Lima.

El recuento de votos da la victoria al candidato izquierdista Pedro Castillo, pero tener el escrutinio a su favor no es suficiente para ser proclamado el jefe de la República. Ahora tendrá que esperar a que el Jurado Nacional Electoral (JNE) se pronuncie sobre la petición de nulidad de doscientas mil papeletas presentada por la conservadora Keiko Fujimori.

La diferencia actual que separa a ambos aspirantes es de unos sesenta mil votos, pero esto podría cambiar dependiendo del número de sufragios que invalide el JNE y que tendrán que ser retirados del recuento final; un proceso que podría durar todavía varias semanas.

Las elecciones presidenciales de Perú han provocando un estallido electoral entre dos extremos. Pedro Castillo es un maestro rural con un discurso marxista, pero conservador en lo social que está en contra de políticas como el aborto o el matrimonio homosexual.

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"El de Castillo es un votante contestatario, segundo es un votante además que demanda satisfacciones más o menos inmediatas al Estado. Y tercero es un votante que expresa un malestar frente a la imposibilidad de resolver problemas históricos, y por lo tanto es un votante también contra la élite", explica el politólogo Juan De la Puente.

Mientras, la derechista Keijo Fujimori reivindica el legado de su padre, el expresidente Alberto Fujimori, que cumple condena por crímenes de lesa humanidad. Ella ha llegado a las elecciones con investigaciones abiertas por presunta financiación ilegal de sus campañas presidenciales de 2011 y 2016. Defiende un modelo continuista basado en el capitalismo.

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"En esta defensa del modelo tienes dos votantes. La clase alta más tradicional, limeña, incluso blanca. Digamos en nuestra sociedad acostumbrado a ser parte de la élite de la toma de decisiones económicas y políticas... y un conjunto de personas que creo que legítimamente temen, a raíz de las crisis económicas y de sus propias heridas vinculadas con el escenario político, temen volver a un escenario como ese", afirma la politóloga Paula Távara.

La corrupción y la desigualdad de oportunidades divide a los peruanos

Pero qué es lo que ha dividido a los peruanos. La corrupción, la inestabilidad política y la desigualdad de oportunidades agravada por la epidemia son algunos de los factores.

Con un millón de habitantes, San Juan de Lurigancho es uno de los barrios más humildes de Lima. Berta Llanquecha se mudó a esta zona en la década de los ochenta, entonces no tenía ni electricidad. Hoy en día necesidades básicas como el agua o la red de saneamiento no llegan a todo el pueblo, una situación que afecta todavía a once millones de personas en todo el país.

"La gente del cerro no tiene agua, ni desagüe de agua. No tienen porque tienen que jalar de abajo. Viene la cisterna de agua que recoge agua en el cilindro para llevar para arriba para la montaña", nos cuenta Berta, quien confiesa que ha votado al lápiz (es el símbolo con el que todo el mundo identifica al izquierdista Pedro Castillo), pero no lo ha hecho por confianza sino por desesperación.

A sus setenta años vive con doscientos euros al mes. "No nos damos el lujo de tener muchas cosas como comprar un kilo de carne, dos kilos de carne. No comemos lo necesario para poder vivir. En realidad el sueldo mínimo no alcanza para nada", afirma esta vecina del barrio.

"Creo que hay una campaña que señala al pobre como alguien que no ha querido salir adelante, como alguien que se ha conformado, como alguien que puede estar resentido socialmente y no analizan que hay causas estructurales para esa pobreza. Y no tienen la voluntad de hacer cambios para que a todos le lleguen las mismas oportunidades", asegura Yalina Espinoza, trabajadora comunitaria en el distrito donde vive Berta.

Pero si de la periferia de la capital nos trasladamos a uno de los mercados populares del centro de Lima, nos encontramos con una forma opuesta de ver la realidad. Aquí muchos comerciantes rechazan el modelo de corte marxista del candidato de izquierda. Son trabajadores que han conseguido sacar adelante durante generaciones sus negocios humildes y temen perder lo que han ganado.

"En el sistema que se está planteando del comunismo el Estado es el papá y si usted tiene dos o tres propiedades o tiene dos o cuatro tiendas. Ellos tienen el lema de que usted no puede tener más el temor es de que uno trabaja y de la noche a la mañana cambian el sistema y viene un sistema comunista que quiere igualdad de bienes para todos", dice Walter, un comerciante de zapatos que lleva treinta años al frente de su tienda.

Rechazo generalizado hacia la clase política

Desde el año 2000 la corrupción ha salpicado a seis exmandatarios de Perú. En la última legislatura pasaron por el Palacio de Gobierno cuatro presidentes, tres de ellos en una misma semana. Los enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Congreso impidieron la gobernabilidad y desataron una crisis social. Esto ha provocado un rechazo generalizado hacia la clase política.

"Nosotros hemos tenido gobiernos que han traicionado una oferta de cambio. La imagen de lo que yo llamo gobiernos taxistas, que sacan la mano por la izquierda y voltean por la derecha. Creo que la idea de un cambio reiteradamente burlado es el que hace que la gente se fije en las propuestas de cambio y no necesariamente en la calidad del cambio", analiza el politólogo De la Puente.

Entre los retos del nuevo ejecutivo está devolver la estabilidad política, pero no lo tendrá nada fácil. El Congreso está fragmentado y debe convencer a la calle.

"Tiene que entender que el cincuenta por ciento de la población no está con él. Y el Gobierno que tenga que hacer tiene que reconocer esas demandas porque le va a ir mal en el Gobierno. Tiene que reconocer las demandas del cincuenta por ciento que no votó por él. Y tratar de formar en el Congreso, en base a ese reconocimiento un apoyo político", asegura el economista Jorge González Izquierdo.

Pero una de las prioridades será combatir la epidemia de coronavirus. Con 185.000 muertes Perú es el país con más fallecidos per cápita en el mundo. En medio de la incertidumbre urge vacunar a la población para lograr la inmunidad colectiva. En la primera y segunda ola el sistema sanitario demostró su fragilidad y tampoco estará preparado para una posible tercera ola que ya vaticinan algunos expertos.