Susana Díaz, la 'lideresa' andaluza derrotada frente al aparato
- Su revés en las primarias socialistas pone en entredicho el futuro político de la expresidenta andaluza
- Derrotada en 2017 en las primarias socialistas, su alejamiento de Sánchez ha ido en aumento
La derrota de Susana Díaz (Sevilla, 1974) en las primarias socialistas de este domingo suponen un nuevo revés para la mujer que, no hace mucho tiempo, lideraba con solvencia la política andaluza y aspiraba a hacer lo mismo a nivel nacional.
Pero su enfrentamiento con Pedro Sánchez ha terminado por dar al traste -al menos por el momento- con su carrera política, sobre todo tras anunciar que dará un "paso al lado" y no se presentará a la reelección a la secretaría general del PSOE andaluz, dejando expedito el camino al vencedor en las primarias y candidato del aparato, Juan Espadas.
Quizá el instante que marca su declive es su posicionamiento, junto a otros barones, en contra del actual presidente del Gobierno en aquel trágico Congreso Federal de 2016 que acabó con la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general.
Se abrió entonces una brecha que no hizo sino acrecentarse un año después, cuando Sánchez y Díaz se enfrentaron como aspirantes en las primarias socialistas en las que, de nuevo, los militantes dieron al hoy presidente la victoria.
Aunque la 'lideresa' andaluza supo replegar velas y refugiarse en su feudo andaluz, el acuerdo entre PP, Ciudadanos y Vox terminó por desalojarla del Palacio de San Telmo tras las elecciones de 2018, en las que logró la victoria pero no la mayoría para mantenerse en la Presidencia.
La candidata de las bases
Pese al revés, decidió liderar la oposición y esperar una nueva oportunidad, pero el 'aparato' del partido optó por proponer un candidato alternativo, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que tras su victoria en las primarias de este domingo será quien opte a recuperar para el PSOE uno de sus Gobiernos emblemáticos.
Ante esta situación, durante la campaña Díaz se ha autoproclamado como la candidata de las bases, defendiendo la necesidad de una mayor autonomía respecto a la dirección nacional. Incluso ha protagonizado momentos polémicos, como las afirmaciones en las que aseguraba que su partido quería sustituirla "por ser mujer", pues otros dirigentes repitieron como candidatos pese a perder las elecciones.
La expresidenta andaluza se ha quejado además de que lleva dos años sufriendo ataques y ha alardeado de no llevar en su lista figuras destacadas del partido: "No quiero a mi lado palmeros, ni oportunistas en busca de cargos", ha afirmado.
En política desde los 17
Sus rivales, sin embargo, le han recordado los numerosos cargos ocupados desde sus inicios en política, a la que llegó muy joven, con apenas 17 años. Su estreno tuvo lugar en 1997, como secretaria de Organización de las Juventudes Socialistas.
Luego fue concejala del Ayuntamiento de Sevilla, consejera y presidenta de la Junta de Andalucía, senadora y diputada en el Congreso de los Diputados, además de secretaria general del PSOE andaluz, cargo para el que fue elegida por primera vez en 2013 tras la dimisión de Juan Antonio Griñán por el escándalo de los ERE y que ha revalidado este domingo.
En 2015 fue reelegida presidenta de la Junta de Andalucía aunque sin mayoría absoluta, lo que le obligó a pactar con Ciudadanos en una legislatura que transcurrió en su mayor parte sin sobresaltos, aunque en 2018 volvió a convocar comicios de manera anticipada por la cercanía de la sentencia de los ERE.
Esta vez la jugada no le funcionó tan bien y el acuerdo de PP y Cs para un gobierno de coalición -con el apoyo externo de Vox- dio la presidencia a Juan Manuel Moreno y acabó con Susana Díaz liderando la oposición en el Parlamento andaluz. Ahora, la victoria de Espadas le aleja de su deseo de volver a presidir la Junta y pone en entredicho su futuro político.