El Banco de España mejora sus previsiones para 2021 y adelanta a 2022 la recuperación de los niveles prepandemia
- Para el segundo trimestre prevé un repunte entre el 2,7 % y el 1,4 % en función del avance de la vacunación y las restricciones
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La economía española se levantará con fuerza del golpe sufrido por la COVID-19 a partir de la segunda mitad del año, aunque a partir de este trimestre ya comenzarán a apreciarse los primeros signos de recuperación. Así lo cree el Banco de España, que este lunes ha mejorado sus proyecciones económicas para el periodo 2021-2023, después de que en marzo recortara su previsión de crecimiento para 2021 al 6 % por la peor evolución prevista para el primer semestre del año y lo fiase todo a 2022, cuando se produciría un aumento del PIB hasta el 5,3 %. Será precisamente a finales del próximo año cuando el organismo prevé que la economía española alcance los niveles precovid gracias al avance de la vacunación y el progresivo levantamiento de las restricciones.
“En comparación con las proyecciones de marzo, las actuales conllevan una revisión al alza del crecimiento del PIB en 2021 y 2022 de 0,2 y 0,5 puntos, respectivamente, lo que refleja el impacto positivo sobre la actividad del cambio en los supuestos sobre los que se anclan las proyecciones y el mayor dinamismo del producto en el trimestre en curso”, señala el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos, que ha presentado este lunes su último informe sobre proyecciones macroeconómicas, uno de los más optimistas hasta la fecha, si bien recuerda que, aunque los riesgos en la actualidad se encuentran “más equilibrados que en ejercicios de proyecciones pasados”, el grado de incertidumbre “continúa siendo alto”.
Por este motivo, el supervisor ha optado por estudiar tres escenarios -el central, el favorable y el adverso- para recoger las diferentes hipótesis sobre la evolución de la pandemia. Para el segundo trimestre, prevé una tasa de crecimiento del PIB que oscilaría entre el 2,7 % en el escenario más optimista y del 1,4 % en el más pesimista, mientras que en el central estima un avance del 2,2 %.
“La información coyuntural disponible sugiere asimismo un notable repunte de la actividad en el segundo trimestre: el gasto de los hogares se estaría viendo impulsado por la mejora de la confianza, con el trasfondo de la reducción significativa de la intensidad de las medidas necesarias para la contención de la pandemia y de los progresos en la campaña de vacunación”, señala el texto, a lo que habría que sumar la mejora de los mercados exteriores, que se traduce a su vez en “un comportamiento expansivo de las exportaciones de bienes”, una parte fundamental de nuestra economía.
Mejora de las expectativas para 2021 y 2022
Este repunte que se prevé que comience en el segundo trimestre del año continuará a lo largo de los próximos meses, lo que permitirá a la economía española cerrar 2021 en positivo, respecto a la caída del 10,8 % que experimentó en 2020. Según el Banco de España, el PIB crecerá este año un 4,6 % en el escenario adverso, un 6,2 % en el central y un 6,8 % en el favorable. En las anteriores previsiones, realizadas en marzo, el supervisor empeoró sus perspectivas rebajando con fuerza las estimaciones de PIB para este año y retrasando el inicio de la recuperación para el segundo semestre del año.
“La menor incidencia de la pandemia, con el trasfondo del avance de la vacunación, y la ejecución de los proyectos bajo el paraguas de los fondos europeos darían lugar a crecimientos elevados de la actividad en el segundo semestre de este año, lo que también tendría un impacto positivo elevado sobre el avance del PIB en el promedio de 2022”, subraya el texto, lo que se traduciría en crecimientos para el próximo año de hasta el 7 % en el escenario favorable, del 5,8 en el central y del 5,2 % en el menos optimista. En 2023, por su parte, la tasa de crecimiento del producto sería del 1,8 %.
El anterior cuadro establecía, en el escenario central, la vuelta del PIB a niveles previos a la crisis sanitaria a mediados de 2023. En esta ocasión, sin embargo, el organismo prevé que España recupere los niveles precovid a finales de 2022. “El PIB no alcanzaría el nivel previo a la pandemia hasta el último tramo de 2022 y se situaría un 1,9 % por encima del mismo al final del horizonte de proyección -2023-, lo que indica que, aunque transitorio, el impacto de la crisis sanitaria será relativamente persistente”, sentencia.
Con todo, las cifras presentadas hoy se sitúan en línea con las del Gobierno, que proyectaba en abril un crecimiento del PIB del 6,5 % en 2021 y del 7 % para 2022, y con las del Fondo Monetario Internacional (FMI), que calculaba un crecimiento del PIB del 6,4 % este año, aunque en 2022 estimaba un repunte del 4,7 %. No obstante, difieren con las proyectadas con la Comisión Europea, que elevó en mayo la previsión de crecimiento para España hasta el 5,9 % y el 6,8 %, respectivamente. En cualquier caso, todos los organismos coinciden en que España liderará el crecimiento y en que la recuperación llegará a finales del próximo año.
La tasa de paro en 2023 será inferior a la de 2019
Con respecto a las secuelas de la crisis sobre el tejido productivo, y en concreto sobre el mercado de trabajo, el Banco de España estima que el nivel medio esperado de la tasa de paro en 2023, del 13,7 %, sea cuatro décimas inferior al observado en 2019, sin que ello sea el reflejo de un descenso en la población activa que, por el contrario, se espera que crezca un 0,4 % entre 2019 y 2023.
Así, el supervisor prevé que la tasa de desempleo se sitúe entre el 15,2 % y el 16,2 % este año; para descender a entre el 13,7 y el 15,7 % el próximo año. Ya en 2023, según sus estimaciones, bajaría a una horquilla de entre el 12,8 % y el 14,6 %. En todos los casos anteriores, la cifra sería inferior que la proyectada en marzo.
De modo análogo, el nivel del stock de capital empresarial sería más elevado en 2023 de lo que lo era antes del comienzo de la pandemia. “En parte, esta evolución favorable refleja la efectividad de las políticas desplegadas frente a la crisis, uno de cuyos propósitos centrales era, precisamente, evitar daños duraderos a la capacidad productiva de la economía”, subraya el organismo, quien también destaca que es consecuencia “del hecho de que, aunque la crisis ha tenido un impacto muy intenso sobre algunas ramas, como la hostelería, los efectos serán previsiblemente sobre todo transitorios, a diferencia de lo ocurrido en la crisis financiera global por ejemplo en el sector de la construcción”.
No obstante, a pesar de estos rasgos positivos, el Banco de España advierte de que “no se puede ignorar” que, como resultado de la crisis, se puedan producir "cambios estructurales de calado" en la estructura productiva de la economía, “que traerán consigo la necesidad de reajustes de factores de producción entre distintas ramas y empresas”.