Primera cumbre entre Biden y Putin entre sanciones y disputas pendientes: ¿es posible un acuerdo?
- El encuentro tiene lugar en medio de una profunda desconfianza mutua entre Washington y Moscú
- El presidente estadounidense dijo que creía que Putin era un asesino, el líder ruso respondió deseándole "buena salud"
La primera cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en la ciudad suiza de Ginebra tiene lugar en un momento en el que las relaciones entre Moscú y Washington pasan por el peor momento desde la Guerra Fría
Desde que Biden llegó a la Casa Blanca a principios de este año, las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se han vuelto cada vez más tensas, en medio de sanciones impuestas entre ambos países. La química entre los dos presidentes nunca ha sido buena y, mucho menos, después de que el presidente estadounidense calificara a Putin de “asesino”. Muy distinto al ambiente de poca hostilidad y alguna cercanía que se percibía entre el presidente ruso y el anterior inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
Este encuentro podría servir para que los dos mandatarios sienten las bases de una nueva relación e incluso evitar un mayor deterioro. Se espera que entre los asuntos que se pondrán sobre la mesa esté Ucrania, Bielorrusia y los ciberataques sufridos por Estados Unidos y de los que Washington acusa a Moscú. También es probable que Biden entre en asuntos domésticos rusos, como la detención del líder opositor ruso Alexéi Navalny, algo que, si ocurre, según el jefe de investigación del Institute for Statecraft, Nicolás de Pedro, “lo más probable” es que Putin “reaccione de forma poco amistosa”.
Una larga lista de asuntos: Ucrania, Bielorrusia y ciberataques
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, adelantó que en el encuentro entre ambos dirigentes se tratará “una amplia gama de cuestiones urgentes”, desde derechos humanos hasta ciberataques, mientras que el Kremlin aseguró que los presidentes discutirán sobre “el estado actual y las perspectivas de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, cuestiones de estabilidad estratégica y los problemas agudos de la agenda internacional”.
El presidente estadounidense se reunirá con Putin después de haber celebrado múltiples cumbres con aliados europeos en su primera gira internacional. “Estamos unidos para abordar los desafíos de Rusia a la seguridad europea, comenzando con su agresión en Ucrania”, afirmó Biden en una columna en el diario ‘The Washington Post’.
Ucrania será uno de los puntos principales de la reunión. Durante el segundo mandato del presidente Barack Obama, Biden lideró la respuesta estadounidense a la invasión rusa de Ucrania y la anexión de Crimea. En esta ocasión, como mandatario estadounidense, planteará a su homólogo su preocupación por el despliegue de tropas rusas en abril a 100 kilómetros de la frontera con Ucrania, el mayor desde 2014.
Biden también abordará el desvío forzoso de un avión de Ryanair al aeropuerto bielorruso de Minsk para detener al periodista opositor Roman Protasevich. La Unión Europea aprobó sanciones contra Bielorrusia por estas acciones y, en apoyo a su aliado Alexander Lukashenko, Putin calificó la respuesta como un “arrebato emocional” y bloqueó tres vuelos procedentes de países miembros de la UE.
“El régimen de Lukashenko está respaldado por Putin y lo que ha ocurrido es que Lukashenko, desde la celebración de esas elecciones amañadas, cada vez es más dependiente de Rusia”, ha subrayado en declaraciones a RTVE.es el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas Pedro Rodríguez.
El presidente de Estados Unidos también planteará a Putin el asunto de los ciberataques. Biden hablará con su homólogo sobre el papel del Kremlin en ataques como el de SolarWinds contra ordenadores del Gobierno estadounidense, que afectó al menos a nueve agencias federales y a 100 empresas occidentales. También pondrá sobre la mesa en el diálogo con Putin las medidas que Rusia puede tomar ante grupos criminales como el responsable de paralizar la mayor red de oleoductos de Estados Unidos.
"Putin va a ser reactivo porque Estados Unidos le va a plantear el tema de los ‘hackeos’ y Rusia va a insistir en que no tiene nada que ver. Es muy probable que diga que para arreglar eso, lo que hay que hacer es acordar algunas pautas de comportamiento y de relaciones entre las grandes potencias”, ha afirmado a RTVE.es el jefe de investigación del Institute for Statecraft, Nicolás de Pedro. “Lo que va a pedir Putin es esa posición de igualdad. Putin entiende que Estados Unidos tiene que sentarse con Rusia y que tienen que cerrar unas nuevas pautas”, ha añadido.
Además, es probable que Biden vuelva a instar a Rusia a liberar al líder opositor ruso Alexéi Navalny, quien fue envenenado en Siberia en agosto de 2020 y recibió tratamiento en Alemania. Tanto el opositor como gobiernos occidentales atribuyen el envenenamiento a Moscú, aunque el Kremlin ha negado en reiteradas ocasiones estar detrás del mismo.
Sanciones y contrasanciones
En respuesta al envenenamiento y encarcelamiento de Navalny, Estados Unidos se unió en marzo a la Unión Europea e impuso sanciones a Rusia, entre ellas restricciones de visados y económicas. Estas fueron las primeras medidas punitivas impuestas a Moscú por parte de la Administración de Biden, pero no las únicas.
Aproximadamente un mes después, el Gobierno estadounidense anunció nuevas sanciones a Rusia por su presunto papel en el ciberataque de SolarWinds y su interferencia en las elecciones presidenciales celebradas en Estados Unidos en noviembre de 2020, y expulsó a diez diplomáticos rusos.
Moscú respondió con la salida del mismo número de funcionarios estadounidenses y “recomendó” al embajador de Estados Unidos en el país irse a Washington. También puso en su lista negra a ocho funcionarios estadounidenses, entre ellos el director del FBI, Christopher A. Wray.
Por otro lado, Biden decidió recientemente retirar las sanciones a la compañía que está detrás del gasoducto de Rusia y Alemania, Nord Stream 2. Washington considera que la exención de estas medidas es “de interés nacional” de Estados Unidos, ya que la imposición de medidas de castigo habría afectado a sus relaciones con Alemania, la Unión Europea y otros aliados.
¿Están de acuerdo en algo Biden y Putin?
El presidente estadounidense ha subrayado que “Estados Unidos no busca un conflicto” y que quiere una “relación estable en la que podamos trabajar con Rusia en cuestiones como la estabilidad estratégica y el control de armamentos”. “Por eso actué de inmediato para extender el tratado New START por cinco años y reforzar la seguridad del pueblo estadounidense y del mundo”, ha afirmado Biden, refiriéndose al acuerdo de desarme nuclear entre Washington y Moscú.
“Se tienen que entender sobre el futuro del armamento nuclear. Tienen que resucitar la idea de Gorbachov y Reagan de que una guerra no es viable y no puede resultar en un vencedor”, ha recalcado Pedro Rodríguez, quien ve “muy difícil” que los mandatarios coincidan en algún punto. “Esos intentos que se han realizado en el pasado por otras administraciones de establecer relaciones unidas, de resetear, de volver a confiar el uno en el otro, ya nos pilla escamados. Creo que no hay posibilidad. No hay en absoluto ninguna ilusión”, añade.
Además del control de armas nucleares, existen otros asuntos de posible cooperación entre Rusia y Estados Unidos, como Corea del Norte, el acuerdo nuclear de Irán y la estabilidad en Afganistán después de la retirada de tropas estadounidenses y de la coalición.
Putin también participó en una cumbre climática virtual organizada por Biden y en la que el presidente ruso propuso establecer una cooperación internacional amplia y eficaz para monitorear y calcular las emisiones nocivas en la atmósfera.
Según Nicolás de Pedro, “hay una desconfianza mutua muy profunda” y es “difícil” que Biden y Putin coincidan “mientras no haya confianza”. “El Kremlin está convencido de que hay un intento de derribar el poder ruso desde dentro. Está convencido en parte de que Navalny y todo lo que pasa en Rusia, también está orquestado desde Occidente”, explica el jefe de investigación del Institute for Statecraft. “Evidentemente hay temas de interés común, pero esta desconfianza hace que no sean vistos como de interés común”, asevera.
Las relaciones personales entre Putin y Biden
Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se han vuelto cada vez más tensas desde la llegada de Biden a la Casa Blanca. El presidente estadounidense afirmó en una entrevista en marzo que creía que su homólogo ruso era un “asesino” y subrayó que Putin “pagará el precio por interferir en las elecciones” de 2020. Moscú respondió retirando temporalmente a su embajador en Estados Unidos por primera vez en 20 años, y Putin señaló, refiriéndose a las palabras de Biden, que “el que lo dice lo es” y deseó “buena salud” al presidente de Estados Unidos.
Pedro Rodríguez opina que desde que Biden es presidente, las relaciones entre Washington y Moscú “han empeorado”. “Han reducido personal diplomático, Biden cometió un exceso de sinceridad al calificar a Putin como un asesino. Digamos que la relación no ha hecho más que ir a peor, en contraste con la complicidad que existía durante la Administración Trump”, ha asegurado.
Durante su mandato, Donald Trump acusó al Kremlin de campañas de espionaje y pirateo, así como de haberse entrometido en las elecciones presidenciales de 2016, lo que llevó a la investigación del fiscal especial Robert Mueller. Sin embargo, cuando Putin y Trump celebraron su primera y única cumbre en julio de 2018 en Finlandia, el republicano declaró que creía a su homólogo, quien afirmaba que Rusia no tenía nada que ver con la piratería electoral. “Putin le dijo que no tenía nada que ver con la injerencia, a pesar de las evidencias reunidas por los servicios de Inteligencia de Estados Unidos ,y Trump no tuvo ningún reparo en desacreditar a sus propios servicios de Inteligencia y decir que si lo decía Putin, ya está”, subraya Rodríguez.
De Pedro afirma que “aunque la perspectiva rusa era que Trump luchaba contra su ‘deep state’, mostraba un deseo genuino, en algún caso excesivamente entusiasta y que generaba sospecha, de tener una relación cooperativa y amistosa con Rusia”, mientras que en el caso de Biden “estamos hablando de una relación más funcional”. “Biden no está hablando de tener una relación de considerar a Rusia como un socio privilegiado, sino simplemente buscar una fórmula que permita evitar estas fricciones y cuando se produzcan, mantenerlas bajo un cierto control”, asevera.
¿Puede salir algún elemento positivo de esta cumbre?
La primera cumbre entre Biden y Putin podría ser una oportunidad para que ambos mandatarios sienten las bases de una nueva relación y eviten un mayor deterioro, así como establecer hacia dónde quieren ir.
Para el presidente ruso, el hecho de que se celebre la cumbre “es un éxito, ya es un objetivo en sí mismo”, según Nicolás de Pedro. “Simbólicamente, el mensaje que se está transmitiendo es que Rusia y Estados Unidos están a la par y tienen que sentarse para hablar de los grandes temas”, explica el jefe de investigación del Institute for Statecraft, quien piensa que “lo que ha ido pasando en los últimos días en Rusia sugiere que la cumbre no va a ir muy bien”, aunque subraya que “al Kremlin también le gusta mucho dar sorpresas”.
Además, De Pedro señala que “es muy difícil anticipar” cómo acabará la cumbre. “Depende de cómo reaccione Putin cuando Biden saque los temas de los ciberataques y si Biden decide poner mucho énfasis en la cuestión de la situación de las libertades dentro de Rusia”, añade, destacando que si el presidente estadounidense “pone mucho énfasis” en el asunto doméstico ruso, “Putin, lo más probable, es que reaccione de forma poco amistosa”.
Por su parte, el profesor Pedro Rodríguez cree que con esta cumbre el presidente ruso está “cogiendo la medida” a Biden. “Está probando hasta dónde va a llegar el nuevo Gobierno de Estados Unidos a la hora de imponer límites”, detalla. “Es un momento importante. Tiene mucho simbolismo que Biden haya insistido en la recta inicial de su mandato en reunirse con Putin”, asevera.