'La Isla', un cómic que fluye con la belleza y la melancolía de las olas del mar
- Mayte Alvarado debuta en la novela gráfica con una historia poética e inquietante
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La ilustradora y dibujante de cómics Mayte Alvarado (Badajoz, 1978) debuta en la novela gráfica con la sorprendente La Isla (Reservoir Books), un cómic que fluye con la belleza y la melancolía de las olas del mar para narrarnos la historia de los habitantes de una pequeña isla que vive bajo a la amenaza de una antigua leyenda.
Una obra en la que el mar y el agua son los protagonistas, como nos cuenta Mayte: “El texto lo trabajé después, cuando ya tenía las páginas acabadas y escaneadas. Pero sí tenía la frase inicial: “Lo que al mar se le ha robado al mar le será devuelto”, que también se repite al final. Esa era la idea básica de lo que representa el mar en la historia de los personajes, que es el mar como fuente de vida pero también de lo contrario; el mar como el principio y el fin de todo”.
De ahí viene la estructura circular que tiene el cómic: “Si -asegura Mayte-, en parte por esa idea tan primaria, pero también por la historia de ellos, la de esa comunidad que para sobrevivir decide sacrificar a uno y como eso se va repitiendo”.
Una historia sobre el aislamiento y la pérdida
La Isla cuenta la historia de una isla que vive bajo la amenaza de una antigua leyenda que dice que una gran ola la arrasará por completo. Para apaciguar la cólera del mar deben pagar un tributo, un sacrificio: dejar que se lleve a uno de los suyos. Por ese mágico lugar deambulan los personajes: una joven que se plantea los límites de su pequeño mundo, un hombre que vive aferrado al dolor tras una grave pérdida y un perro, monstruo mítico a la vez que familiar, que parece la ensoñación viviente de la leyenda de la isla.
Una historia que gira en torno al aislamiento y la pérdida. “El aislamiento –asegura la autora-, creo que es la idea fundamental. Cómo ciertas cosas te apartan de los demás o cómo la idea de la comunidad está orientada a cómo reaccionamos ante el aislamiento de los demás. Y la pérdida está centrada en el personaje del hombre, que siempre va acompañado del perro y que es lo que me sirve para relacionarlo con la historia de la pérdida de ella, con lo que le sucede y con lo que se encontrará”.
“El hombre se ha quedado anclado en el pasado, pero el personaje femenino se siente arrastrada, siente que ha perdido el control de su propia vida y sobre lo que quiere hacer. Porque tiene un poco de miedo a lo que le sucede, tanto en su interior como a su alrededor. Miedo de lo que le espera en el futuro, de los cambios físicos y psíquicos y a verse de una forma diferente” (ya veréis por qué en el cómic).
“Para mí –asegura Mayte-, el centro de la historia es el vínculo entre los dos jóvenes que llegan a un mismo lugar, y no me refiero a la isla ni a un sitio geográfico, sino a un lugar dentro de ellos mismos. Por circunstancias diferentes, pero que están relacionadas. Y en ese lugar se encontrarán al perro, que les aguarda en ese sitio un poco oscuro. Ese perro es, en parte, el espíritu de la isla, y en parte la manifestación de los personajes”.
Mayte nos comenta cómo nació esta isla: “Tenía una idea sobre lo que luego se convertiría en la historia de, aunque cambió bastante durante el desarrollo. Y también tenía unos bocetos de una isla, parecidos a lo que vemos en el cómic, lo que me ha facilitado la parte gráfica. De esa combinación ha surgido este cómic”.
Sus influencias
La película El hombre de paja (Pietro Germi, 1958) es una de las influencias del cómic. “La idea de la comunidad y el sacrificio se me ocurrió viendo esa historia, aunque luego cambió mucho. Pero también me influyó la novela El rumor del oleaje, de Yukio Mishima, por su capacidad sensorial, porque cuando la lees sientes el mar, el sol… que se convierten en personajes. Eso es lo que quería conseguir un poco con este cómic”.
"También tuve presente Stomboli (Roberto Rossellini, 1950) por esa mujer sola en un sitio agreste y complicado", añade.
Los dibujos fluyen como las olas del mar
Los dibujos fluyen de una viñeta a otra, como si fueran las olas del mar. “Quería darle un aspecto orgánico a todo –confiesa Mayte-; al mar, a las rocas… y que el dibujo llegase a un punto casi abstracto, como de formas que se mueven, para que te introduzca en la atmósfera de la historia. Hay un intento de sacar la historia de lo real e instalarla en un espacio de ensoñación o leyenda, de ahí que los personajes no tengan nombre o los títulos de los capítulos, como El loco”.
“He procurado -añade-, que el ritmo narrativo tuviese esa ondulación de las olas del mar, que subiera y bajara. De ahí cosas como que las rocas sean unas manchas que nunca se repiten, sino que se van moviendo”.
Los colores azules, ocres y blanco también son protagonistas de la historia: “El cómic parte de la idea de que lo que está dentro de los personajes está directamente relacionado con lo que los rodea. Y quería que el espacio estuviese muy desnudo: las rocas, el mar y poco más. Me gustaba mucho esa idea visual tan básica. Luego los colores van cambiando y se van adaptando a lo que pasa en la historia, a los personajes y a cómo se sienten en cada momento. De ahí esas variaciones de color de cada capítulo”.
“Quiero seguir haciendo cómics”
Mayte Alvarado ha publicado el cuento ilustrado Miss Marjorie (2013) y los cómics E-19 (2015), Descalzos: los doce apóstoles de México (2017), El lago (2018) y, en colaboración con Borja González, el díptico Jardín/Una caja vacía (2019). También ha participado en los libros ilustrados La casa de Bernarda Alba (2017) y Escrito al margen: anecdotario indiscreto de la vida literaria (2019). Pero esta es su primera novela gráfica.
“Confieso que me daba un poco de miedo –asegura-. He tardado dos años en acabarla, porque tampoco podía trabajar de forma continuada y porque soy un poco inconstante en general. Y estar dos años centrada en una obra me parecía muy difícil. Pero al final ha sido una experiencia muy bonita y he estado mucho más a gusto de lo que pensaba”.
En cuanto a sus proyectos, Mayte asegura: “Ahora mismo quiero seguir con el cómic. Tengo una costa para niños avanzada y me gustaría hacer otra novela gráfica. Tengo algunas ideas, pero la cosa está complicada. Cuando termine la promoción de La Isla y recupere la tranquilidad intentaré decidir lo que hago. Aunque ya te digo que me cuesta mucho decidirme para hacer una historia larga porque tienes vas a estar mucho tiempo con ella y quieres que tenga realmente sentido hacerlo, por lo menos para ti”.