Baleares, lista para el verano 2021: "Somos un destino seguro"
- Las autoridades señalan que son "el destino más seguro de Europa" y los hoteleros aguardan la llegada de turistas británicos
- Temen que la pandemia haya sido una oportunidad desaprovechada para cambiar el modelo turístico
Pocas fechas tan señaladas hay en nuestro calendario como el 21 de junio. No se celebra ningún festivo nacional, tampoco se conmemora ninguna conquista civil o se rememora algún hito de la historia nacional, pero prácticamente todo el mundo cuenta los días para que llegue porque supone la llegada de uno de los momentos más esperados para muchos ciudadanos: el inicio del verano y, con él, de unas más que merecidas vacaciones estivales.
Con todo, el verano de 2021, como el del año anterior, volverá a estar condicionado por una pandemia de COVID-19 que ha hecho que contar con un certificado digital y un negativo en origen sea un bien más preciado que un puesto en primera línea de playa. Gracias a las campañas de vacunación y a las medidas de control, la temporada veraniega parece que podría dar un alivio a un sector muy castigado desde el inicio de la pandemia y, en especial, a unas Islas Baleares cuya economía depende en gran parte de la llegada de turista a sus costas: en 2019 llegaron 16 millones y medio de turistas a las islas, cifra que permite entender por qué el sector supone entre un 35% y un 45% del PIB insular.
Por ese motivo, el informativo 24 horas de Radio Nacional realizó este lunes 21 de junio un programa especial desde la Plaza Mayor de Palma de Mallorca para conocer de primera mano cómo afrontan el verano distintos sectores de la sociedad balear —desde algunos de los principales representantes hoteleros y políticos hasta a ciudadanos de a pie y pequeños negocios—, cuál es la situación social y económica en el archipiélago y si la pandemia ha sido un punto de inflexión en el debate en torno al modelo turístico de las Baleares.
"Somos el destino más seguro"
En las últimas semanas, incluso meses, se ha convertido en algo habitual ver al archipiélago balear como la zona menos afectada por la pandemia en nuestro país. En la última actualización diaria de los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Baleares figura con una incidencia de 40,97 cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, cifras que solo mejora la ciudad autónoma de Ceuta (15,97) y Galicia por apenas unas centésimas.
Asimismo, el archipiélago cuenta con un 75,9% de población con al menos una dosis y un 40,4% totalmente inmunizada, datos positivos pero menores a la media nacional en ambos casos. Con todo, el mensaje que se lanza desde las instituciones es claro: "Somos un destino seguro".
“"Somos la comunidad con menos exceso de mortalidad por coronavirus y el destino más seguro de Europa"“
Así se manifestó también el portavoz del Ejecutivo balear y conceller de Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, recordando que el archipiélago es el "principal aeropuerto de destino en España" y "el primer destino europeo en captación a viajeros": "Somos la comunidad con menos exceso de mortalidad por coronavirus y el destino más seguro de Europa".
El portavoz insular restó importancia a la decisión de Reino Unido de mantener a España fuera del color verde en su sistema de semáforo a las islas, asegurando que se han "abierto al turismo europeo, no solo al británico" e incidiendo en el trabajo realizado durante la pandemia para ahora disfrutar de esta situación.
En esta línea también se pronunció la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Palma y concejala de Seguridad Ciudadana, Joana María Adrover, explicando que la mitad de turistas que reciben son de procedencia alemana, el doble que el volumen del turismo británico.
Adrover aseguró que la ciudad se ha "preparado con el cumplimiento de medidas para que la situación sanitaria fuese óptima", que están "pendientes de todos los que se sumen a nuestra reactivación turística" y que los esfuerzos en reforzar la seguridad y la apertura del ocio nocturno han servido para reducir el número de botellones en la calle.
Los hoteleros aguardan a los británicos
Con todo, el positivismo de las instituciones choca, al menos parcialmente, con la visión que los empresarios hoteleros tienen de la situación. La patronal hotelera Exceltur calcula que las restricciones que impone Reino Unido para viajar a España le están costando al sector turístico unas pérdidas de unos 386 millones de euros a la semana. Atendiendo a estas previsiones y al hecho de que Reino Unido revise su semáforo covid cada tres semanas, es fácil entender por qué el sector hotelero espera que el Ejecutivo de Boris Johnson les coloque en su lista verde el próximo 28 de junio.
"Uno de cada tres visitantes que reciben España, Baleares y mi grupo son británicos. Claro que notamos su ausencia". Son palabras de Raúl González, CEO de Barceló Hotel Group, quien asegura que "la tendencia es buena, pero el presente es preocupante" ya que el turista británico es vital para Baleares: "El mercado se ha adaptado al mercado internacional porque es nuestro principal cliente y porque el mercado español es muy estacional". En el informativo 24 horas de Radio Nacional, González también planteó una revisión fiscal y denunció la ausencia total de ayudas para el sector.
“La decisión británica no obedece a criterios sanitarios, sino políticos. No tenemos una situación sanitaria como para que no dejen venir aquí. “
Esta posición fue apoyada por Juan Manuel Ordinas, presidente de Petit y Mitjans Hotels, quien explicó que, si bien la ocupación ronda el 30%, los precios actuales suponen el 40% de otros años y lamentó que, pese a la mejoría, los efectos de la pandemia no van a desaparecer de la noche a la mañana y que están pagando la ausencia del turista británico, especialmente el pequeño hotelero.
"El sector hotelero se ha quedado atrás, los ERTE están muy bien, pero tenemos un problema si el sector laboral no está apoyado por el empresarial", denunció un Ordinas que también criticó la decisión británica de mantener a Baleares fuera de la lista verde: "Ya no obedece a criterios sanitarios, sino políticos. No tenemos una situación sanitaria como para que no dejen venir aquí".
Por su parte, Ian Livesey, representante de TUI, una de las grandes operadoras hoteleras, para la península y Baleares, no desdijo a sus González y Ordinas y señaló que su grupo está recibiendo a visitantes de toda Europa, a excepción de un Reino Unido "que supone, junto a Alemania, un 70% de los visitantes que recibimos". Con todo, Livesey se mostró optimista y celebró la situación que atraviesa el archipiélago ya que "hace tres meses nadie podría pensar en estar como estamos hoy ".
¿Una oportunidad perdida para cambiar el modelo turístico?
Pese al deseo de hoteleros y políticos de recuperar el turismo británico cuanto antes, lo cierto es que los visitantes de esta procedencia han sido protagonistas de bastantes episodios oscuros en la historia reciente y no tan reciente del archipiélago.
El turismo de excesos y borrachera, eternamente asociado al balconing y Magaluf, ha sido el principal argumento de los ciudadanos que abogan por un cambio de modelo turístico, en el que se apuesta por un turismo de calidad y no de cantidad, aunque las urgencias económicas del archipiélago parecen indicar que este debate podría quedar congeladas en los próximos tiempos.
En cualquier caso, el Govern balear dio respuesta a esta necesidad con la aprobación en enero de 2020 del decreto ley 8/2020 en el que se persiguen estas prácticas con especial atención en las zonas de la Playa de Palma, Magaluf y el West End de San Antoni de Portmany (Ibiza) y que contempla la expulsión de los hoteles de aquellos turistas que practiquen el balconing.
"Este Govern dijo que limitaría el turismo de excesos y el decreto ley viene para quedarse en esas zonas", aseguró Iago Negueruela, impulsor de esta legislación, en el informativo 24 horas de Radio Nacional a la vez que lamentaba que la ausencia de turistas el pasado verano no permitiese comprobar su eficacia y, en cualquier caso, solo supondría un primer paso en el largo camino que supone el por muchos ansiado cambio de modelo turístico. Sin embargo, no todas las Baleares han apostado tradicionalmente por este tipo de turismo.
"Tiene que reflejar la calidad de vida de la isla", explicó Alejandra Ferrer, presidenta del Consell Insular de Formentera, primera isla del archipiélago en salir del confinamiento y con unos datos por debajo de los 150 casos incidencia acumulada durante tres meses seguidos: "Ser un sitio pequeño ha ayudado, nos ha servido para hacer piña, para que todo el mundo conozca las restricciones y las aplique".
Con toda la planta hotelera abierta (en torno a 15.000 camas) y una ocupación estimada del 50% para este mes, Ferrer define el turismo como algo "necesario" para su "pequeña sociedad", pero también subrayó la necesidad de "cuidar el entorno, regular y restringir para poder disfrutarlo a largo plazo": el 70% de los 85 kilómetros cuadrados de Formentera es territorio protegido, el número de amarres de barcos está limitado a 150 y, desde hace años, la isla insiste en el fondeo responsable. "Hemos trabajado mucho en el equilibrio, en la sostenibilidad medioambiental y social", añadió.