Adiós al curso escolar y a las clases tras un año muy complicado marcado por el coronavirus
Miles de alumnos riojanos dicen adiós a las clases tras un año marcado por el coronavirus. Un año en el que se apostó todo a la presencialidad.
El curso que nadie olvidará
Los profesores están satisfechos de cómo ha transcurrido el curso más complicado que recuerdan hasta los más veteranos, ya que comenzaba con miedo y con muchísima incertidumbre, a pesar de que se habían tomado todas las medidas anticovid necesarias para evitar los contagios.
“La comunidad educativa ha sido muy responsable y la incidencia de contagios ha sido mínima“
La hoja de ruta con la que se empezó el curso en septiembre estaba repleta de instrucciones; Toma de temperatura, distancias de seguridad, geles hidroalcohólicos, grupos burbuja y ventilación de las aulas aunque se estuviera con temperaturas bajo cero.
En el Colegio Público Obispo Blanco Nájera de Logroño, reconocen que el curso ha sido bastante complejo aunque destacan la responsabilidad de la comunidad educativa. A lo largo de todo el curso, la incidencia de casos positivos, tanto de profesores como de alumnos ha sido mínima.
Alumnos muy disciplinados
9 meses después, todo el esfuerzo ha valido la pena. El balance es muy positivo, sobre todo si echamos la vista atrás. Y todo ha sido gracias a la colaboración y a la responsabilidad de todos los equipos directivos, las familias y por supuesto, los alumnos que han sido muy disciplinados.
Ha sido un curso académico donde el número de contagios dentro de las aulas ha sido casi anecdótico. Un curso que nadie, ni profesores, alumnos ni sus familias, olvidará. Los más pequeños, los de infantil, se acostumbrado muy fácil a las nuevas medidas. A los de primaria, les hubiera gustado poder hacer más trabajo en grupo, pero este año, la pandemia, lo ha condicionado todo.
Volver a la antigua normalidad, el próximo curso
Lo más duro de este año ha sido no poder compartir material escolar con el resto de compañeros. Las clases se han dividido por grupos burbuja y apenas se han podido realizar trabajos en equipo. Había que guardar las distancias de seguridad para mantener a cero los casos positivos.
El próximo reto es ya el curso 2021-2022 que se prevé que sea un poco más fácil aunque la cautela tendrá que seguir siendo la tónica general pero con la esperanza de que se parezca un poco más a la antigua normalidad.
El último día de clase, no hemos podido verlo pero sí intuirlo. Debajo de la mascarilla había sonrisas y muchas ganas de vacaciones. Por delante, dos meses para olvidarse de los deberes, desconectar, descansar y sobre todo disfrutar de la playa y la piscina hasta que comience el curso que viene.