Lynne Ramsay: "Joaquin Phoenix es un genio y, además, alguien hermoso como persona"
- La directora escocesa ha recibido el premio Luna de Valencia en el festival Cinemajove
- “La gente dice que mis películas son oscuras, pero siempre intento mostrar las dos caras de la moneda”, asegura
Lynne Ramsay (Glasgow, 1969) aterrizó en España hace unos días, acompañada de su familia, para recibir el premio Luna de Valencia en el festival Cinemajove. La cineasta, siempre con sombrero, nos confiesa que nuestro país posee un duende que lo convierte en su favorito. Irradia una alegría y una juventud que a primera vista choca con su estilo realizando películas, un cine duro, a menudo sórdido, que nos habla de problemas mentales, de culpa.
Desde su primer largo en 1999, Ratcatcher, un drama social con un niño como protagonista, no ha dejado de sorprendernos con obras como Tenemos que hablar de Kevin o En realidad nunca estuviste aquí, en la que tuvo el privilegio de trabajar con Joaquin Phoenix, con quien prepara otra película.
-¿Cómo definirías tu cine? ¿Es tu interés principal la condición humana?
Quizá haya gente que pueda definirlo mejor que yo. Solo intento hacer películas sobre la humanidad, sobre la condición humana, como tú dices, o sobre cosas que me interesan. Siempre estoy viendo documentales, me interesan mucho; sigo muy de cerca la actualidad… Digiero todo eso en mi cabeza y un día se me ocurre algo. Así nacen mis películas.
-Entonces,¿Todas tus ideas se basan en la realidad?
Sí, y otras se me ocurren leyendo libros, otras son originales, otras son recuerdos de infancia… También me inspiro mucho en pintores, como Matisse, en sus colores… en fotógrafos, en músicos, como Jonny Greenwood, de Radiohead, que es asombroso; he trabajado con él unas cuantas veces. Encuentro que la música me inspira mucho.
-Te interesan sobre todo los temas duros, la culpa está muy presente. ¿Dirías que haces un cine poético y duro a la vez
Sí, no me intimidan los temas duros. Pero espero que mi cine transmita belleza. Me gusta hacer cosas bellas. La gente dice que mis películas son oscuras, pero siempre intento mostrar las dos caras de la moneda.
-¿De dónde nace tu inspiración?
Mi hija, el mar, el mundo… La política, el medio ambiente… Los exploradores, los pintores, la música… Me encanta el diseño de arte, la dirección de arte… En realidad, soy un poco una pintora frustrada. Me gustaría haber estudiado Bellas Artes, pero acabé estudiando fotografía y me metí en el cine un poco de carambola. No esperaba acabar siendo cineasta.
-¿Y te han influido otros cineastas?
Claro, sí. Kubrick es el mejor. Bresson. Bergman. Hay tantos… Tarkovsky. ¡Hay tantos buenos cineastas! Nicolas Roeg, el director británico, era un genio. Me encantan las obras maestras del cine. ¡Hitchcock! Ah, ¡y Fellini! Fellini… La strada… La strada es una de mis películas favoritas de todos los tiempos.
-¿Crees que las mujeres lo tienen más difícil para hacer cine? ¿Cuál ha sido tu experiencia?
Cuando empecé a hacer películas, recuerdo que una documentalista me dijo que solo había un 2% de cineastas, de directores en el mundo que fueran mujeres. Aquello me impactó, porque tendría 27 años, o algo así, cuando hice mi primera película. Y me pareció rarísimo que faltaran la mitad de las voces. Creo que ahora la situación ha mejorado un poco. He visto muchas primeras películas geniales de directoras veinteañeras. Me inspiran mucho. Hay mujeres haciendo cine de género… Es muy fascinante. Hay que escuchar todas las voces. Somos la mitad del mundo, así que deberíamos representar la mitad de las voces en el cine. Lo mismo se puede decir del cine de otras partes del mundo, o de cineastas negros… El cine tiene que ser diverso.
-¿Sientes que tienes libertad para hacer las películas que quieres?
Sí, la verdad. En Reino Unido tenemos la suerte de tener Film4, que aún cree en las voces alternativas en el cine, y que me ha ayudado mucho. La BBC también. Apuestan por los cineastas primerizos; a mí me ayudaron a hacer mi primera película. La hice con Pathé y la BBC. Más tarde empecé a trabajar con Film4. Es una cadena de televisión, pero producen películas de cine de autor. A mí me han apoyado mucho, porque vengo de una familia de clase obrera. Mi familia no era rica, así que no podía ir a una escuela de cine a menos que consiguiera una beca. Es una carrera muy cara. Tenemos suerte de contar con ese apoyo.
-¿Qué significa el cine en tu vida?
Me encanta hacer películas. Me encanta ir al cine a ver películas bonitas. Hace poco volví a ver La noche del cazador, que es una película antigua en blanco y negro, en una copia en cine. Es una película tan bonita, tan tridimensional, tan conmovedora… Echo de menos ir al cine. Por eso quiero ir a ver la película ucraniana (Stop-Zemlia) que proyectan en el festival.
-¿Qué piensas de este tipo de festivales de cine joven?
Me encantan, ¡me encantan! Mi festival favorito de los que he estado es uno italiano llamado Gifoni, que era para adolescentes, y era muy entrañable, porque entregaban ellos los premios. Le dieron un premio a mi primera película, Ratcatcher, y los miembros del jurado eran quinceañeros. Encuentro que las primeras películas siempre son muy emocionantes. Las películas que más me han gustado últimamente eran todas óperas primas, de directores primerizos.
-¿Qué te gustaría que sintiera el público al ver tus películas?
Me gustaría que tuvieran la sensación de entrar en otro mundo, de pasar una hora y media en ese mundo. Así me sentía yo viendo las películas de estos cineastas que acabo de mencionar, como La strada, o … Todo sobre Eva, o… Terciopelo azul… Cuando sales de ver una película de David Lynch, sientes durante un rato que sigues metida en ese mundo, y me parece asombroso cuando alguien consigue eso. Terrence Malick es otro director increíble. Siempre he aspirado a transportar a los espectadores. Habrá quien diga que son películas aburridas o demasiado duras, pero me da igual, no me preocupa. Lo importante es que haya conseguido transportar a algunos espectadores. No me considero una cineasta de arte y ensayo. Me gusta invitar a mi hermana —que es policía infiltrada—, o a mi madre, que era limpiadora, a que vean mis películas. Y me dicen: “No está mal”.
- ¿Cuál es tu siguiente proyecto?
Tengo un proyecto con Joaquin Phoenix, que es una idea original, y luego estoy trabajando en una adaptación de Margaret Atwood, la autora de El cuento de la criada. También estoy adaptando un libro de Stephen King.
-¿Son historias sobre mujeres?
Sí. Una es sobre una chica de 13 años, otra es sobre una mujer de sesenta y tantos, de viaje por el Ártico, y la otra es sobre una fotógrafa y exploradora. Así que sí, son sobre mujeres.
-¿Cómo es trabajar con Joaquin Phoenix?
Es un genio; sencillamente, un genio. También es intimidante: “¡Dios, con qué nos va a salir ahora!”. No sé el qué, pero algo debe de desatar en mí, porque creo que mis mejores películas son las que hago con él. Lo cuestiona todo, en el buen sentido; te hace centrarte. Me encanta trabajar con él. Y le gusta rodar rápido, igual que a mí… Las películas que hemos hecho juntos tienen un punto punk. Es un genio, y además es alguien hermoso como persona.