Noelia, víctima de violencia machista: "Protéjanme. Soy muy joven y no me quiero morir"
- Noelia Míguez está aterrorizada porque su expareja disfrutará de un permiso penitenciario a diez minutos de su casa
- Su maltratador intentó asfixiarla y la apuñaló varias veces en la cabeza
- "Pido protección para mí, y para todas las víctimas, y vigilancia para él"
“Su casa está a diez minutos de la mía. Obviamente temo que me pueda hacer algo o encontrármelo sin querer y que no sepa cómo vamos a reaccionar ninguno de los dos”. Es la denuncia de Noelia Míguez , una mujer que sufre violencia de género y que en los próximos días tendrá que convivir en la misma localidad con su expareja, un hombre que la maltrató durante tres años llegando a apuñalarla hasta ocho veces.
En la actualidad el cumple una condena de diez años en una prisión de Alicante, donde lleva recluido seis años. Sobre el pesa además una orden de alejamiento de Míguez de 500 metros: "Mientras durante ha estado en prisión no me ha valido para nada. Ahora es la primera vez que me va a valer. Pero, claro, es un papel y con un papel también matas a una persona", asegura esta gallega que ha acudido a 'La Hora de La 1' para denunciar su indefensión y pedir a las autoridades que lo vigilen a él y la protejan a ella. Con ella ha estado María Pérez.
Gritar ante la nada
Míguez se siente desprotegida: “La denuncia que hago yo en todos estos días que llevo "gritando" no es ya porque él no tenga permisos -porque entiendo los derechos de los presos-, pero pido protección para mí y para todas las víctimas de violencia de género que estamos totalmente desprotegidas y olvidados por el estado español”. Para ella, que dice no disponer de ninguna otro "seguro" que un dispositivo móvil que le han facilitado en el centro de información a la mujer de su pueblo, la reivindación no es tanto que la vigilen a ella sino a él. “Gracias al dispositivo puedo pulsar un botón y se activa la alarma de donde estoy y viene una patrulla, pero claro, esto no es inmediato. Desde que lo pulso hasta que vienen pueden pasar minutos y en un minuto puedes matar a una persona. Soy muy joven y no me quiero morir. Ni yo ni todas las que sufrimos violencia de género”, asegura con firmeza.
“Puedo pulsar un botón y que venga una patrulla, pero no es inmediato. En un minuto puedes matar a una persona“
La comunicación de que su agresor iba a disfrutar de un permiso de medio mes en la casa que tiene cercana a la de Míguez, le llegó a ella hace unos días. Fue Instituciones Penitenciarias quién llamo y dijo que, por primera vez, su agresor iba a salir de la cárcel: “Su casa está a diez minutos de la mía. Me gustaría que llevara la pulsera de vigilancia y agradecería que no tuviera el permiso tan cerca de mi casa. Pero bueno, ahí no me meto tanto, porque los presos tienen derechos. Solo, si puede ser, pido que esté vigilado. No que sea yo la vigilada. Por mi trabajo y por mi casa pasa la Guardia Civil, deberían pasar por la suya".
Trastorno por estrés postraumático
Noelia y su maltratador tuvieron una relación de tres años de duración. Primero, como reconoce ella misma, tuvo que sufrir un maltrato psicológico que más tarde derivó en un físico: “Las relaciones de maltrato no empiezan con una paliza como la mía, pero después de tres años acabé en la UCI. Intentó hacerme de todo, primero intento axfisiarme y luego me metió ocho puñaladas”.
“Vivir con miedo, tomar pastillas, llorar, llorar porque sí, no dormir, tirarte del pelo…es lo peor que le puede pasar a una persona“
Entre las secuelas físicas, tiene problemas de audición y cicatrices. También arrastra daños psicológicas por todo lo ocurrido. Una de las cuchilladas, dice, "me reventó el nervio auditivo, por lo que por el oído izquierdo no escucho nada. También tengo marcas en muñecas y en el cuello". Pero las secuelas físicas son las de menos para Míguez: "Lo físico al final...si no tienes un oído, escuchas por el otro, pero lo psicológico es peor. Vivir con miedo, tomar pastillas, llorar, llorar porque sí, no dormir, tirarte del pelo…es lo peor que le puede pasar a una persona".
En 'La Hora de La 1', la psicóloga Laura García Agustín ha querido "felicitar encarecidamente" a Míguez por denunciar su realidad, hacer partícipe a toda la sociedad de ella y demandar ayuda. Asegura la psicóloga que los sentimientos de Míguez tienen explicación: "No puede dormir y se tira del pelo porque todavía está siendo víctima de un trastorno por estrés postraumático que ahora está reviviendo porque el agresor está cerca". Agustín ha querido concluir con su recomendación como profesional, que es seguir con lo que está haciendo: "Clamar a los cuatro vientos la denuncia y pedir que a los agresores se les vigile y a ellas se las proteja".