La juez ve "imposible" seguir buscando a Anna y Tomás Gimeno y el buque abandona Tenerife un mes después
- Los responsables técnicos también califica de "completamente inabordable" la exploración de la zona, muy escarpada
- El cuerpo del presunto asesino de las niñas podría haber sido arrastrado a la deriva hasta estas grietas de gran profundidad
La titular de Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Santa Cruz de Tenerife considera "imposible" continuar con la búsqueda de Anna y Tomás Gimeno por lo escarpado del fondo submarino, y ha autorizado la marcha del buque oceanográfico Ángeles Alvariño, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
La decisión coincide con el criterio del responsable de operaciones de la embarcación que fue clave para encontrar el cadáver de la mayor de las niñas, Olivia. El técnico califica de “completamente inabordable” la exploración en la zona donde se busca al presunto asesino de sus hijas y a la menor de ellas.
A partir del peritaje realizado, los investigadores temen que el cuerpo del presunto asesino haya rodado hacia una zona “fuera de la capacidad de búsqueda” de los científicos.
Así, el buque ha zarpado este miércoles desde el puerto de Santa Cruz Tenerife rumbo a Cádiz a las 16.20 hora local. Durante el mes que ha estado en Tenerife, tras sucesivas prórrogas negociadas entre la Delegación del Gobierno, Gobierno de Canarias y el Ministerio de Ciencia e Innovación, ya que la previsión inicial es que estuviera entre ocho y nueve días, ha contribuido decisivamente a dar casi por cerrado un caso que se antojaba de difícil resolución.
Rastreada toda la zona cercana a los últimos hallazgos
Con la ayuda de un sonar de barrido lateral y de un robot no tripulado, la tripulación del 'Ángeles Alvariño' localizó el 10 de junio, a unos 1.000 metros de profundidad, y pudo recuperar el cadáver de la mayor de las niñas, Olivia, dentro de un bolso de deporte lastrado al ancla de la embarcación de su padre.
Recientemente se encontraron dos botellas de buceo, que se confirmó que pertenecían al desaparecido y que "se especula con la posibilidad de que los utilizara en su intento de suicidio para asegurar que alcanzaba la profundidad necesaria para no tener vuelta atrás". En ese lugar, cercano a donde la Policía pudo comprobar que Gimeno paró los motores de su barco, se considera que es el punto más probable donde este se arrojara al mar.
A partir los últimos hallazgos, el equipo de búsqueda ha rastreado 700 metros hacia donde el cuerpo podría haber sido arrastrado a la deriva durante 35 minutos, "pudiéndose asegurar al 100 % que el cuerpo no se encuentra en esa zona".
Arrastrado a una zona "inabordable"
"Dadas las corrientes en el fondo, no se puede asegurar que un cuerpo lastrado con un cinturón de buceo no se desplazaría rodando pudiendo llegar a un lugar no determinado y, por tanto, fuera de la capacidad de búsqueda de que disponemos", indican.
Y es que, más allá del área ya rastreada, "el fondo cambia considerablemente pasando de ser una zona idónea para la búsqueda a todo lo contrario. Se convierte en una zona muy escarpada con gran cantidad de barrancos y grietas".
Según el informe, la profundidad de la orografía, "en ocasiones de centenares de metros", impiden asegurar que en algunos de estos recovecos se encuentre "el cuerpo de Tomás o algún otro objeto procedente de la embarcación".