130 países logran un acuerdo histórico para que las multinacionales tributen más
- Establece un tipo mínimo mundial de al menos el 15 % para el impuesto de sociedades
- Las empresas pagarán los tributos en todos los países donde ejercen actividades, tengan o no sedes sociales
Un total de 130 países y jurisdicciones alcanzaron este jueves un acuerdo sobre la fiscalidad internacional que establece un doble dispositivo para el reparto de gravámenes de grandes empresas, en particular en el sector digital, y un tipo mínimo mundial de al menos el 15 % para el impuesto de sociedades.
Únicamente 9 países de los 139 miembros del llamado Marco Inclusivo, en el que se ha desarrollado la negociación, han quedado al margen de este compromiso, y se espera que una parte de ellos se sumen de aquí al mes de octubre, cuando se finalice, ha explicado Pascal Saint Amans, el director del centro de política fiscal de la OCDE, que ha pilotado el proceso.
La solución se asienta en dos "pilares" para que las grandes multinacionales paguen impuestos en todos los países donde ejercen sus actividades, al margen de que tengan o no sedes sociales, y eso mediante un mecanismo estándar de gravámenes y un dispositivo para la distribución del dinero obtenido.
El acuerdo llega tres semanas después de que el G7 fijase un impuesto mínimo global del 15% a las empresas y que afectaba directamente a los gigantes tecnológicos.
Más de 250.000 millones de dólares a repartir
Con el primer pilar, concebido en particular para la actividad digital, pero que no se limitará a ese sector, estarán concernidas todas las compañías con una facturación mundial superior a los 20.000 millones de euros y con una rentabilidad (relación entre beneficios e ingresos) superior al 10 %.
Todos los países en los que esos grupos obtengan ingresos superiores a un millón de euros (o a 250.000, en el caso de pequeños estados) tendrán derecho a recibir una parte del impuesto que habrán de abonar.
Lo que se repartirá entre ellos es entre un 20 % y un 30 % del beneficio residual, una vez que el país donde tenga la sede la compañía se haya quedado con el impuesto correspondiente al 10 % de la rentabilidad. Desde la OCDE calculan que con ese procedimiento se van a redistribuir más de 100.000 millones de dólares anuales.
El segundo pilar se aplicará a las empresas con una facturación de al menos 750 millones de euros a las que se aplicará un tipo mínimo del impuesto de sociedades de al menos 15 %. El porcentaje definitivo tendrá que acabar de concretarse de aquí a octubre.
Gracias a la aplicación de ese nuevo tipo impositivo, superior al que aplican muchas jurisdicciones que alojan gracias a eso grandes corporaciones, la OCDE estima que se generará unos 150.000 millones de dólares anuales adicionales de recaudación fiscal que también se redistribuirán.
Años de negociaciones previas
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann, ha subrayado que "después de años de trabajo y de negociaciones intensas, este paquete histórico de medidas garantizará que las grandes empresas multinacionales pagan su justa contribución en impuestos en todo el mundo".
Cormann insistió en que este acuerdo no pretende acabar con la competencia fiscal entre países, sino "limitarla" mediante reglas multilaterales, y "tiene en cuenta los intereses de todas las partes, incluidos los de pequeñas economías y países en desarrollo". También ha afirmado que conviene que ahora esto se traduzca en "un acuerdo final" de aquí a finales de año, como se había previsto.
Sin embargo, no han querido sumarse por ahora Barbados, Estonia, Hungría, Irlanda, Kenia, Nigeria, Perú, Sri Lanka y San Vicente y las Granadinas.
Repercutirá principalmente en el sector digital
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ha explicado en una breve declaración, tras conocerse el acuerdo, que ha hablado con algunos de sus homólogos de países importantes, como la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y que no van a "escatimar esfuerzos para convencer" a "los últimos países reticentes".
Le Maire hizo hincapié en que el compromiso es "una solución pragmática" que permitirá que "todos los grandes grupos digitales, sin excepción", queden cubiertos por el nuevo dispositivo fiscal de forma que todos van a pagar "su justa contribución" allí donde tienen negocio. El ministro ha explicado que su país espera recibir, gracias a los dos pilares, entre 5.000 y 10.000 millones de euros anuales.
La OCDE considera que este plan constituye "una ayuda preciosa para los países que deben movilizar los ingresos fiscales necesarios para restablecer sus presupuestos y sus finanzas públicas y, al mismo tiempo, invertir en los servicios públicos esenciales, las infraestructuras y las medidas necesarias para que la recuperación poscovid sea fuerte y duradera".
La próxima etapa, a finales de la semana próxima, es la reunión de ministros de Finanzas del G20 (todos sus países miembros están en el grupo de los 130), donde se debería refrendar el nuevo dispositivo.