Vacunas COVID-19: ni reducen el pene, ni modifican el número de espermatozoides, ni hacen eyacular más
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Con la extensión de las vacunas contra la COVID-19, prolifera la desinformación sobre su relación con el pene y el resto del aparato reproductor masculino. Entre las afirmaciones más extendidas se encuentran las de que reducen el tamaño del pene y el apetito sexual, disminuyen o aumentan la cantidad de espermatozoides y llevan a eyacular más. Te aclaramos por qué estas ideas son erróneas de acuerdo a la información científica disponible a día de hoy.
El tamaño del pene no cambia
En Córdoba (Argentina), un hombre llama a un programa de radio para contar que tras la vacunación su pene “no tenía el tamaño real” y que su apetito sexual había disminuido notablemente. El programa contacta con el médico cirujano Manuel López Seoane, quien dice no tener noticia “en estos meses de este tipo de síntomas”.
Hemos hablado con el doctor François Peinado, jefe del Servicio de Urología del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid. Opina que “es imposible” e indica que la pérdida de longitud de pene puede darse por otras razones (edad, aumento de peso, cirugía por cáncer de próstata o enfermedades específicas). Este experto, que ha estudiado aspectos como las huellas del coronavirus en el semen, afirma que “la disminución del apetito sexual puede ser por la fiebre” y el malestar general de los efectos secundarios de la vacuna.
Josep M. Pomerol, especialista andrólogo en el Instituto de Andrología y Medicina Sexual de Barcelona, corrobora que es “prácticamente imposible”, ya que para que se redujera el tamaño del pene debería darse “un proceso de fibrosis de las cubiertas que rodean el tejido de la erección”. Además, señala que en el caso hipotético de que esto ocurriera, “sería a largo plazo, no de manera inmediata”, pues el pene consta de muchas partes que harían del proceso uno “muy lento”. Por eso el efecto relatado en la emisora argentina no puede corresponder a las vacunas que se acaban de inocular. En la misma línea se expresa Eduard Ruiz Castañé, director del servicio de Andrología de la Fundación Puigvert: “No hay ninguna evidencia científica de que la vacuna afecte al tamaño del pene”.
Tanto Peinado como Ruiz reconocen que se han detectado casos de priapismo (erección prolongada) por hipercoagulabilidad con la COVID-19. Se trata de “algún pequeño trombo que puede dificultar el retorno venoso”, describe Ruiz. Pero, en palabras de Peinado, son “casos rarísimos, no producidos por la vacuna en ningún modo”.
Ni aumenta ni disminuye la cantidad de espermatozoides
Mientras algunos usuarios afirman en Telegram que las “clínicas de fertilidad” advierten de que los espermatozoides terminan “prácticamente muertos” con la vacuna, otros dicen que “la ciencia demuestra” que las vacunas “aumentan la producción”. Ni lo uno ni lo otro está avalado por la ciencia en estos momentos.
Una investigación académica publicada el 17 de junio en el Journal of the American Medical Association (JAMA) sobre Parámetros de esperma antes y después de la vacunación ARNm COVID-19 muestra los resultados de un estudio a 45 voluntarios de entre 18 y 50 años. No tenían problemas de fertilidad previos y se inoculó el suero de Pfizer o Moderna, ambas basadas en la técnica del ARN mensajero (ARNm). Los autores concluyen que “no hubo disminuciones significativas” (de espermatozoides) y sostienen que, aunque sí se notaron incrementos en algunos casos, se encuentran dentro de los parámetros normales.
Los especialistas que hemos consultado dan a entender que la cantidad de espermatozoides es un tema de estudio complejo sujeto a múltiples circunstancias, ya que la variación de su número puede deberse a aspectos ajenos a la vacuna y que aún son pocos los casos estudiados. Por ejemplo, los voluntarios del estudio de JAMA se sometieron a un periodo de abstinencia de entre 2 y 7 días antes de realizarlo, lo que puede generar variaciones en la cantidad de espermatozoides.
Pomerol advierte de que los espermatozoides “son muy sensibles” a numerosos factores y que su calidad y cantidad “está en constante cambio”. Por eso, considera que las variaciones que refleja el análisis de JAMA “no tienen trascendencia”. Peinado señala que el estudio analiza pocos casos y asegura no conocer datos que respalden la idea de que los espermatozoides se vean afectados por la vacuna: “No hay evidencia y menos con las de Pfizer o Moderna, que no contienen una versión atenuada del virus sino el ARN mensajero”.
“No hay ningún dato objetivo”, coincide Ruiz, para pensar que el número de espermatozoides se reduzca tras recibir la vacuna. Le parece “muy improbable” y señala que tampoco se le ocurre de qué manera podría afectar.
No eyaculas más
El medio Mediterráneo Digital, del que ya te hablamos por un bulo electoral sobre violencia de género (el quinto en esta lista), ha publicado un artículo con el título “La ciencia demuestra que las vacunas de Pfizer y Moderna te harán eyacular como un toro bravo”. Se basa en el presunto incremento en el número de espermatozoides que te hemos aclarado más arriba y lo vincula a la eyaculación, aunque esta “no tiene nada que ver”, como afirma Pomerol. Para este experto en Andrología, “la eyaculación está relacionada con el alivio y el deseo sexual”, lo que incluye aspectos psicosociales, y no hay evidencias para “relacionarlo con la vacuna”.
Ruiz reconoce que una hipotética abstinencia o una reducción de las relaciones sexuales derivadas de la pandemia han podido aumentar el volumen de la eyaculación. Pero aclara que se trataría en todo caso de un efecto de esas situaciones, no de la vacuna.
Las ideas sobre reducción de la longitud del pene, variaciones en el número de espermatozoides y mayor eyaculación debidas a la vacuna no tienen base científica sólida a día de hoy, de acuerdo a los tres expertos contactados por VerificaRTVE. Para informarte sobre aspectos médicos, consulta siempre con tu especialista y no con las redes sociales.