Nicolás Muller: el retrato del siglo XX tras la visión de un fotógrafo con "la mirada comprometida "
- Organizada por el Instituto Cervantes y el Ministerio de Cultura, podrá verse en el Museo Barjola de Gijón hasta el 22 de agosto
- Se complementa con otra exposición en el Museo Bellas Artes de Oviedo
La exposición, un recorrido vital por los países en los que Nicolás Muller vivió, está integrada por 75 fotografías en su mayoría inéditas, que fueron tomadas entre los años 1930 y 1960 en España, Francia, Hungría, Marruecos y Portugal.
Los comisarios, Ana Muller, hija del fotógrafo y José Ferrero, han seleccionado imágenes que permiten al visitante descubrir la obra del artista y comprobar la gran calidad del trabajo que realizó.
La importancia de esta muestra reside en su contenido inédito
Cuando cerró definitivamente el estudio Muller en Madrid, su hija descubrió en un cajón 3000 negativos en unos sobres con unas inscripciones que indicaban el país donde fueron tomadas.
El legado del reportero húngaro, que hasta entonces se creía limitado a los documentos guardados en el Archivo Regional, se vio multiplicado en cuestión de segundos.
Lo complicado de este proyecto fue seleccionar un centenar de fotografías que reflejasen la sensibilidad y el compromiso de uno de los documentalistas más importantes del siglo XX.
Instantáneas de un nómada
De origen judío, Nicolás Muller se marchó a los 24 años de su Hungría natal huyendo del fantasma del nazismo. Cambió a Paris, donde conoció a Robert Capa quien le pudo encontrar trabajo en la revista France Magazine. Fue un encargo de esta revista el que le llevo a Lisboa, donde fue encarcelado por mostrar imágenes que no interesaba mostrar al público.
De allí se fue a Tánger, huyendo una vez más de la barbarie nazi, donde pasó 8 años y que el mismo definió como los más felices de su vida. En 1947 volvió a cambiar de destino y se fue a Madrid de la mano del escritor asturiano Fernando Vela y allí se codeó con grandes figuras de la época como Pío Baroja u Ortega y Gasset.
Fue en un viaje a Asturias con Fernando Vela cuando conoció el pueblo llanisco de Andrín, donde vivió los últimos 20 años de su vida.
Asturias, la tierra que cautivó a Muller
“Se enamoró de Llanes de tal manera que dijo que cuando fuese mayor viviría allí hasta su muerte“
Y lo cumplió, así nos lo confirma su hija desde la misma tierra que fascinó a su padre. Recuerda que le prometió que se iba a hacer una casa allí. Construyó su hogar en un pueblecito llanisco, Andrín, enamorado del paisaje y del paisanaje. No se movería de esta localidad hasta su muerte en el año 2000.
Cuando se clausure esta muestra el próximo 22 de Agosto, la exposición viajará por los 5 países que aparecen en las fotos, en una iniciativa del Instituto Cervantes.