'Tales From The Crypt', el terror en viñetas que nunca pasará de moda
- Se publican los miticos cómics de terror de EC Comics de los años 50
- Más noticias sobre cómic en 'El Cómic en RTVE.es'
Ya os anunciamos que una de las grandes noticias del cómic de este 2021 es la publicación de los míticos cómics de terror de EC de los años 50, que siguen siendo considerados como los mejores y más influyentes de la historia en su género. Y que han inspirado películas como Creepshow y series de televisión como Historias de la Cripta.
Y por fin tenemos en nuestras manos el primer tomo, Tales from the Crypt (Diábolo ediciones), que recopila los seis primeros números americanos: 17-19 de The Crypt of Terror y 20-22 de Tales from the Crypt. En un lujoso volumen, de más de 200 páginas y a un precio muy ajustado, en el que encontramos firmas míticas de la historia del cómic como Wally Wood, Harvey Kurtzman, Bernard Krigstein, Frank Frazetta o Al Williamson.
Un volumen que se inicia con un prólogo de uno de los grandes John Carpenter (La noche de Halloween, La Cosa, La niebla), en el que confiesa que este era su título preferido de comics cuando era un chaval: "Tales from the Crypt lo tenía todo: cadáveres en descomposición, surgiendo del fango, abriéndose paso con sus garras para reclamar una espantosa venganza. Globos oculares colgando de cuencas vacías. Vísceras. Monstruos, Demonios. Muerte. muertos vivientes. Muertos ancestrales. Muertos recientes. Después de todo, eran los años 50 y Tales from the Crypt era una rebelión contra la cultura de Eisenhower y Walt Disney. Todo era tan glorioso".
Lo mejor es que, más de 70 años después, estas historias no han perdido ni un ápice de su impacto, y nos siguen aterrorizando. Es más, como el buen vino, han mejorado con estos años.
Destacar que, desde que se supo la noticia, hubo un enorme revuelo en las redes sociales, por la importancia de este acontecimiento y porque la edición norteamericana no respetó los colores originales. Pero la edición de Diábolo ha solventado esos problemas y, probablemente, tengamos la mejor edición de estos míticos cómics.
Hay que recordar que Planeta Cómic ya publicó en castellano estos tebeos (a principios de este siglo XXI), pero en una edición de bolsillo y en blanco y negro (que está agotadísima). Por lo que esta será la primera vez que podamos leer estas joyas en una edición que respete el tamaño y el color. Diábolo ya nos ha dado muestras de su buen hacer en sus líneas dedicadas a los clásicos del cómic norteamericano de esa época como los dedicados a Stan Lee y Steve Ditko antes de crear el universo Marvel.
Cómics que fueron prohibidos por la censura
Pocos cómics hay tan influyentes e importantes en la historia del medio como los que publicó la editorial EC Comics tras la Segunda Guerra Mundial, una época en la que los superhéroes decayeron y su lugar fue ocupado por monstruos, criminales, extraterrestres y soldados. Unos tebeos que los chavales amaban pero que los censores de la época odiaban, por lo que terminaron aniquilándolos en un episodio lamentable que instauró la censura en los cómics y lastró a la industria de las viñetas durante décadas.
En 1947, William Gaines heredó EC Comics, una editorial fundada por su padre, M.C. Gaines (uno de los pioneros de la industria y uno de los responsables del éxito de personajes como Wonder Woman y Linterna Verde). Lo curioso es que EC son las siglas de Educational cómics (Cómics Educativos), pero Gaines enseguida comprendió que lo que le gustaba a los chavales de la época (y a sus padres) era otra cosa.
Por eso empezó a publicar cómics de terror, suspense, ciencia ficción, guerra y crímenes, que eran los que triunfaban entre los chavales. Y fue pionero en crear secciones de correo en sus publicaciones, que le permitían comunicarse con los lectores y adaptar las revistas a los gustos de sus fans. Además promocionó a sus dibujantes permitiéndoles firmar sus obras (lo que no era habitual en la época).
Eso le permitió reclutar a los mejores artistas de la época, como Al Feldstein, Harvey Kurtzman, Al Williamson, Frank Frazetta, Wally Wood, Graham Ingels, Jack Davis, Johnny Craig, Bernard Krigstein, Will Elder, Jack Kamen, George Evans, Joe Orlando, John Severin, Basil Wolverton o Reed Crandall, que crearon series míticas como Tales from the Crypt, Crime SuspenStories, Weird Science y la revista MAD.
Los cómics de terror y crímenes de EC, destacaron por sus escenas sangrientas y morbosas y sus famosos finales inesperados e irónicos en los que a menudo ganaban los malos (que fueron los que desataron la ira de la censura).
Pero la editorial también fue pionera en la publicación de los primeros cómics de guerra auténticos, las primeras historias “reales” de ciencia ficción, y una serie de relatos sobre temas entonces tabú como el racismo, la intolerancia, la vigilancia callejera, la drogadicción, la corrupción policial y el antisemitismo.
Desgraciadamente, tras ocho años de éxito, la censura responsabilizó a estos cómics del aumento de la delicuencia juvenil y de ser los responsables de todos los males de la sociedad norteamericana, lo que llevó a su desaparición.
¿Los mejores cómics de terror de la historia?
Actualmente los años 50 están considerados la edad de oro de los cómics de terror y es en gran parte gracias a William Gaines y Al Feldstein, que lanzaron los míticos cómics de EC The Vault of Horror, The Crypt of terror, The Haunt of Fear...), con unos guiones que siguen impactando hoy en día y algunos de los mejores dibujantes de la historia.
También fueron pioneros en inventar simpáticos anfitriones para presentar las historias de terror, como el Guardián de la Cripta, el Guardián de la Bóveda o la Vieja Bruja, que sorprendían a los lectores con sus divertidos chascarrillos sobre lo que iban a leer.
Esos cómics de EC están considerados la mayor influencia del género desde entonces. Inspiraron la resurrección del género de terror a finales de los 60 con las míticas revistas de Warren (Creepy, Eerie, Vampirella...) y han sido adaptados a la televisión en la famosa serie Historias de la Cripta (1989-1996), además de inspirar películas como Creepshow o series como Masters of horror.
Los cómics de EC también fueron pioneros en adaptar a las viñetas historias de grandes escritores de ciencia ficción, sobre todo de Ray Bradbury (Crónicas marcianas, Farenheit 451), que estaba encantado de colaborar con la editorial. Gaines se mostraba orgulloso de sus títulos de ciencia ficción (como Weird Science y Weird Fantasy que trataron el género, por primera vez, bajo una perspectiva realista y científica.
Destacar también las series bélicas (o quizá deberíamos decir antibélicas), como Frontline Combat y Two-Fisted Tales (creadas, escritas e incluso a veces dibujadas por el genial Harvey Kurtzman, editor de EC Comics) que mostraban con gran realismo el padecimiento de los soldados en la guerra y que desataron la ira del ejército americano que las consideró antipatrióticas.
EC también publicó cómics de otros géneros como el western e incluso historias románticas, que también encontraréis en esta colección de Diábolo.
La desaparición de los cómics de terror y suspense
Esta etapa de libertad creativa, que dio lugar a algunos de los mejores cómics de la historia, finalizó con la publicación del libro La seducción del inocente (1954) del psicólogo Frederick Wertham, que echaba a esos cómics la culpa del aumento de la delincuencia juvenil y de otros males de la sociedad norteamericana.
Como nos contaba Ignacio Fernández Sarasola (autor del libro sobre la censura en los tebeos El pueblo contra los cómics): “A los cómics se les acusó por igual de ser fascistas (con Superman como paradigma) y de ser comunistas. En esta última acusación, por ejemplo, se decía que determinados cómics que mostraban la cara realista y amarga de la guerra (como los mencionados Two-Fisted Tales y Frontline Combat) minaban la moral del ejército y, por tanto, favorecían a los comunistas durante la guerra de Corea. Incluso el ambiente sórdido que mostraban los cómics de gánsteres se decía que retrataban unos Estados Unidos decadentes, lo que beneficiaba al discurso comunista”.
Una tesis demencial que encontró un ardiente colaborador en el senador McCarthy (máximo responsable de la "Caza de brujas" contra los comunistas y famoso por su limpieza ideológica en Hollywood). McCarthy trató de que la conexión entre cómics y delincuencia fuese objeto de estudio por el Comité de Actividades Antiamericanas que presidía, aunque no lo consiguió.
Tras una polémica investigación del senado de Estados Unidos se exculpó a los cómics pero el daño ya estaba hecho y las propias editoriales, presionadas por la opinión pública, crearon el Comics Code, un código de autocensura que llevó al cierre a todas estas revistas a finales de 1954, y que se mantendría hasta los setenta (y que prohibía el terror, los crímenes y el sexo en los cómics).
Una de las obras más polémicas que se comentó en esa investigación del senado fue la famosa portada de Crime Suspenstories # 22, obra de Johny Craig, en la que se mostraba a un hombre que acababa de cortarle la cabeza a su mujer.
Por eso, hasta casi los 70, en los cómics juveniles no habría vampiros, hombres lobo ni monstruos similares; y en las historias nunca podían ganar los malos, lo que llevó a la infantilización de los tebeos y al nacimiento (en los 60) del cómic underground (publicaciones al margen de la industria, destinadas a un público adulto y que podían tratar cualquier tema)
Bill Gaines intentó luchar contra esa censura pero, ante la falta de apoyos, terminó tirando la toalla y se centró en una serie de comics más realistas dedicados a médicos, psiquiatras… lo que se conoció como “New Direction” y que fue un fracaso estrepitoso. Pero afortunadamente tuvo un gran éxito con la revista de humor MAD, la más influyente de la historia, a la que decidió dedicarse casi exclusivamente.
Estamos ante una oportunidad histórica de recuperar estos cómics que son auténticas joyas que nunca pasarán de moda. En octubre saldrá un segundo volumen dedicado a cómics de ciencia ficción.