Cataluña duplica los indicadores nacionales de la pandemia y se plantea volver al toque de queda
- La quinta ola presenta en esta comunidad valores de incidencia y ocupación hospitalaria que duplican la media nacional
- El Govern estudia añadir a las restricciones aprobadas recientemente un toque de queda como el de la Comunidad Valenciana
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Mientras la quinta ola de contagios se dispara en toda España impulsada por los contagios entre los jóvenes -un grupo mayoritariamente sin vacunar- y la presión asistencial se intensifica en los centros de atención primaria y hospitales, la situación se encuentra desbocada en Cataluña. Allí, los indicadores principales duplican de largo los de la media del conjunto del país y hacen pensar al Govern en adoptar medidas más estrictas, incluyendo la vuelta al toque de queda nocturno o el regreso de las mascarillas en espacios abiertos.
Ocurre al tiempo en que la situación general es preocupante en España. En el día en que en España se superan los cuatro millones de casos confirmados de COVID-19 desde que estalló la pandemia, la incidencia ha saltado a 437 puntos (casi 70 más respecto al día anterior). Pero supera los 1.000 casos en Cataluña (1.014, para ser exactos).
Los jóvenes siguen protagonizando esta quinta ola y la incidencia acumulada en el grupo de edad de 20 a 29 años sube más de 200 puntos en un día hasta situarse en los 1.421 casos por cada 100.000 habitantes. En la comunidad catalana supera los 3.300 casos, una cifra a la que solo se aproxima Castilla y León, donde los veinteañeros presentan una incidencia en los últimos 14 días de 3.296 casos. Es decir, en las últimas dos semanas se ha contagiado el 3,3 % de los jóvenes de esta franja de edad.
Este aumento descontrolado de los contagios se percibe en Cataluña en todos los grupos de edad muy por encima del resto de territorios, incluso en los que ya se encuentran en principio más protegidos gracias a la vacuna. En esta comunidad, la incidencia acumulada en mayores de 80 años es de 140 casos, más del doble de la media nacional (69), y ocurre igual en el grupo de 70-79 años (incidencia de 115 casos en Cataluña, 56 en el conjunto del país) y en el resto de franjas de edad.
La presión en las UCI es del 8,5% y se dispara al 21% en Cataluña
Aunque la población que se está contagiando tiene menos probabilidades de presentar un cuadro clínico grave a causa de la COVID-19, la Atención Primaria nota la saturación Y este aumento vertiginoso y diario de casos ya se hace notar también en la presión asistencial. En España, los enfermos con coronavirus que están en la UCI son el 8,51 % del total, un porcentaje que en Cataluña se dispara al 21 %, la única comunidad en situación de riesgo alto en este indicador.
En las UCI catalanas hay ingresadas 251 personas, según los datos del último informe de Sanidad. En planta los hospitalizados por COVID ascienden a 1.420 personas, lo que eleva la tasa de esta ocupación hospitalaria al 5,81 %, mientras que la media nacional es del 3,49 %.
La presión hospitalaria en Cataluña se encuentra muy por encima del resto de comunidades autónomas. La siguiente es Madrid, donde la ocupación de cuidados intensivos por enfermos de coronavirus apenas supera el 10 % a día de hoy, seguida de Castilla y León (8,51 %) y Baleares (8,39 %), las que se encuentran por encima de la media en España. Y más allá, se percibe también en el resto del sistema sanitario, con unos centros de atención primaria que se ven sobrepasados desde hace días.
Limitadas las actividades nocturnas, se estudia volver al toque de queda
Como consecuencia, Cataluña y otras comunidades autónomas se han visto obligadas a adoptar nuevas limitaciones en los aforos y restricciones en la hostelería y en sectores como el ocio nocturno. Y una vez que la Comunidad Valenciana ha obtenido el aval judicial para plantear un toque de queda selectivo en los municipios con mayor incidencia, la Generalitat de Cataluña se plantea lo mismo.
La portavoz del ejecutivo catalán, Patrícia Plaja, reconoció este martes que los datos epidemiológicos son "pésimos" y que, si continúan empeorando, "tendremos por delante días y días de medidas y medidas".
Entre las últimas restricciones aprobadas por Cataluña, se incluye limitar las reuniones a un máximo de 10 personas -medida para la que se necesita el aval del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña- y el cierre de cualquier actividad a las 00:30 horas, lo que incluye a la hostelería, restauración, servicios a domicilio y locales de ocio nocturno.
Además, la Generalitat dispone del informe del gabinete jurídico sobre el toque de queda, y entonces se convocará una reunión extraordinaria de la comisión delegada por la pandemia para decidir en los próximos días si se solicita o no aplicar un confinamiento nocturno en las zonas con mayor transmisión.
Para hacer frente a la actual fase de la pandemia de COVID-19 en España, las comunidades autónomas establecen sus propias normas, restricciones y medidas de prevención, en función de la situación epidemiológica en su territorio, para hacer frente a la actual crisis sanitaria.
Explora el mapa para conocer las medidas específicas en cada comunidad autónoma y en Ceuta y Melilla.
CATALUÑA
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Bares y restaurantes sin límite de aforo -aunque se recomienda que las mesas no sean de más de 10 personas- y cierre según licencia. Uso de mascarilla y distancia mínima de 1,5 metros entre comensales.
Ocio nocturno abierto de nuevo desde el 11 de febrero con uso obligatorio de mascarilla y con pista de baile.
- https://web.gencat.cat/es/activem/restriccions-territorials/catalunya/
- https://dogc.gencat.cat/es/document-del-dogc/index.html?documentId=900211
"Tenemos sobre la mesa la posibilidad de adoptar medidas de confinamiento nocturno", ha dicho el presidente catalán, Pere Aragonés. Es decir, un toque de queda formal que respalde el "toque de queda informal" que supone el cierre de las actividades nocturnas y sin el cual, como protestaba la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se traslada la responsabilidad de vigilancia a los ayuntamientos.
El Govern pidió reforzar la precaución ante lo que será casi sin remedio un verano complicado. Sugiere incluso retomar medidas como el uso de la mascarilla en espacios abiertos. "Hace una semana pedimos a la población catalana que hiciera un cambio de chip como si estuviéramos antes de que dejara de ser obligatoria", recordó Plaja. También se ha prohibido comer y beber en la calle, como modo de tratar de evitar los botellones en la vía pública, pero también los picnic en las playas.
Sin embargo, la Generalitat se resiste a la autocrítica por su gestión al haber autorizado la celebración de festivales de música en esta situación. Plaja ha alegado que, cuando se aprobaron, "no estábamos en la situación que estamos ahora". "Es fácil hablar de qué decisiones se deberían haber tomado cuando lo estás viendo en el presente, pero mucho más complicado gestionar el día a día", dijo.
En cualquier caso, estas u otras medidas por venir tardarían unas dos semanas en mostrar su efecto en la transmisión de contagios. Al margen de la capacidad de la vacuna de servir de rompeolas, ahora que se está acelerando la vacunación en los menores de 30 años en la comunidad. Es lo que ha demostrado la evolución de la pandemia y el balanceo entre las diferentes olas. Pero eso no ha evitado que vayamos por la quinta.
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