El cultivo de lavanda se expande por Cuenca
- En el último año se han duplicado las hectáreas cultivadas de esta planta aromática
- Las propiedades y aplicaciones de su aceite esencial son numerosas y variadas
El color morado de los campos de lavanda y lavandín no para de extenderse en las provincias de Guadalajara y Cuenca. En esta última, las hectáreas cultivadas se han duplicado en el último año alcanzando las cuatrocientas. Y es que esta planta aromática se presenta como una alternativa a los cultivos tradicionales del girasol o el cereal, pues su margen de ganancia triplica los de estas variedades.
Excelente campaña
La campaña de siega acaba de comenzar y las previsiones son más que buenas a pesar de algún episodio meteorológico. Mercedes de Loro, agricultora de la localidad conquense de Huete, espera rendimientos de hasta un 30% superiores a la media. Con su socia, Maite Bermejo, lleva 5 años cultivando lavandín, un híbrido de lavanda y espliego.
“Ha llovido mucho y hemos tenido mucha humedad“
“Es un año bueno porque ha llovido mucho y hemos tenido mucha humedad. Sin embargo, Filomena ha dejado algunas plantas heladas y la última tormenta que hubo partió parte de la flor”, asegura Mercedes.
La Alcarria, un entorno perfecto
El suelo de La Alcarria conquense es ideal para esta planta rústica y resistente. El lavandín no necesita altos requerimientos de nutrientes y, por eso, los suelos alcarreños, que son básicos y pedregosos, son suficientes para el cultivo. “Sobre todo la altitud a la que está hace que tenga un aceite con una calidad impresionante”, explica Mercedes.
Además, en una zona muy afectada por la fauna silvestre, cabe destacar que los campos de lavanda no se ven afectados por ciervos o jabalíes. Un motivo más por el que introducir esta variedad en la rotación de los cultivos.
Múltiples aplicaciones y propiedades
A partir de un trabajo totalmente artesanal, comprometido con la tierra y el medioambiente, Mercedes y Maite elaboran productos bajo la marca “Lavandaña”. Lo hacen en una choza-cueva, una edificación ancestral de la localidad de Huete escavada en la piedra del Cerro del Castillo. “Aquí es donde trabajamos y elaboramos nuestros productos”, nos dice Mercedes mientras prepara un ambientador natural. “En esta cueva estamos más fresquitas y la planta y la flor se mantienen mejor”.
Geles, licores, ambientadores… Su gama de productos es de lo más variada. Además, como planta medicinal, tiene infinidad de usos: analgésico, regenerador, sedante.. .
Un reto en la España Vaciada
La creación de su empresa supuso todo un reto de superación en el mundo rural. “Estábamos en paro, nuestros hijos eran mayores y buscábamos una salida laboral”, confiesa Mercedes. “Empezamos a hacer pruebas con el jabón y hemos ido introduciendo todos los productos que tenemos”, añade Maite.
Ahora sus elaboraciones viajan ya de Huete a Londres o París a través de la venta online. Un cultivo, el del lavandín, cuya expansión solo acaba de comenzar.